Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios 12:11).
1. Cada uno de nosotros ha recibido dones de parte de Dios. ¿Qué implicaciones prácticas tiene esto para nuestra iglesia local? ¿Qué diferencia puede marcar este pensamiento en la participación de cada miembro en el servicio?
2. ¿Cómo los dones de otro miembro han sido de bendición para ti?
¿Cómo descubriste tus propios dones espirituales. ¿Cuáles crees que son tus dones y cómo los usas para bendecir a otros?
3. Nuestros dones crecen a medida que los usamos. Mira hacia atrás, a tu propia vida. ¿Puedes pensar en los dones que Dios te ha dado y que han crecido a medida que los has usado para la gloria de su nombre?
4. ¿Cómo colocar a la iglesia en modo "Misión " para que alcance a la comunidad?
Dios nos llama a testificar por él (Hechos 1:8; Isaías 43:10).
Testificar no es un don espiritual especial que solo poseen unos pocos elegidos.
Testificar es el llamado divino de cada cristiano.
La Biblia usa diferentes expresiones para describir nuestro llamado ante Dios. Debemos ser “la luz del mundo”, “embajadores de Cristo” y un “real sacerdocio” (Mateo 5:14; 2 Corintios 5:20; 1 Pedro 2:9).
Este mismo Dios que nos llama a ser testigos y a servir nos capacita para la tarea. Él imparte dones espirituales a cada creyente. Dios no llama a los calificados. Él califica a los que ha llamado. Así como da la salvación libremente a todos los que creen, también les da sus dones libremente.
Al consagrarnos a Dios y dedicar nuestra vida a su servicio, nuestras posibilidades de servir son infinitas.
“No tiene límite la utilidad de quien, poniendo el yo a un lado, da lugar a la obra del Espíritu Santo en su corazón y lleva una vida consagrada por completo a Dios” (MC, 116).
¿Qué son los dones espirituales? ¿Están reservados para unos pocos super cristianos? ¿Son para todos los creyentes?¿Cómo descubro cuáles son mis dones espirituales?¿Cuál es el propósito de los dones del Espíritu? Una vez que descubra mis dones ¿Cómo puedo usarlos en el servicio a Cristo?
Hoy estudiaremos nuestras posibilidades ilimitadas de servicio a través del don del Espíritu Santo.
I. DIVERSOS DONES: UNIDOS EN SERVICIO
¿Alguna vez has considerado lo diferentes que eran los discípulos? Sus antecedentes, personalidades, temperamentos y dones eran muy variados.
Pero esto no fue una debilidad para la iglesia, fue una fortaleza. Mateo, un recaudador de impuestos, era preciso, exacto y minucioso. En contraste, Pedro a menudo hablaba rápido, y era entusiasta e impulsivo, pero también tenía cualidades naturales de liderazgo. Juan era tierno, pero también franco. Andrés era una persona amable, extremadamente consciente de su entorno y sensible a los demás. Tomás tenía la inclinación natural a cuestionar, y a menudo dudaba. Cada uno de estos discípulos, aunque tenía diferentes personalidades y dones, fue usado poderosamente por Dios para testificar por él.
Según 1 Corintios 12:12 y 13, y 18 al 22, Dios se deleita en tomar personas de diferentes orígenes, con diferentes talentos y habilidades, e impartirles regalos para el servicio. No han de ser usados en un exhibicionismo egoísta para mostrar cuan talentosos somos, o para traer la atención sobre nosotros. Correctamente comprendidos, todos los dones son impartidas por el Espíritu Santo se dan con 2 propósitos esenciales:
1. Nutrir o fortalecer el cuerpo de Cristo.
2. Cumplir la Misión de Cristo de alcanzar al mundo con el evangelio
El cuerpo de Cristo no es un grupo homogéneo de personas que son todas iguales. No es un club de campo con personas de los mismos orígenes que piensan lo mismo. Es un movimiento dinámico de personas de diferentes dones, unidas en su amor por Cristo y por las Escrituras, y que están comprometidas a compartir su amor y su verdad con el mundo (Romanos 12:4; 1 Corintios 12:12).
Los miembros del cuerpo de Cristo tienen dones diferentes, pero cada uno es valioso; cada uno es crítico para el funcionamiento saludable del cuerpo de Cristo. En Cristo todos tenemos igual valor, pero no tenemos los mismos roles o dones. Así como los ojos, los oídos y la nariz tienen diferentes funciones, pero son necesarios para el cuerpo, todos los dones también son necesarios (1 Corintios 12:21, 22).
Si consideras cuidadosamente el cuerpo humano, incluso las partes más pequeñas tienen un papel crucial. Considera nuestras pestañas. ¿Qué pasaría si no tuviéramos algo tan aparentemente insignificante como las pestañas?
Las partículas de polvo nublarían nuestra visión, y las consecuencias resultantes podrían causar daños irreparables.
El Espíritu Santo elige qué dones impartirá cada creyente basado en su trasfondo, si cultura y su personalidad.
El miembro de la iglesia que parece el más “insignificante” es una parte esencial del cuerpo de Cristo y ha sido dotado por el Espíritu Santo. Cuando dedicamos estos dones totalmente a Dios, cada uno de nosotros puede marcar una diferencia eterna.
No importa cuán talentoso seas, ¿Cuáles son las cosas en las que no eres muy bueno pero que otros en la iglesia sí lo son?
¿Cómo debería ayudar esto a mantenerte en el lugar adecuado?
II. DIOS: EL DADOR DE TODA BUENA DÁDIVA
Según 1 Corintios 12:11 y 18, Efesios 4:7 y 8, y Santiago 1:17, Dios es el originador de todos los dones, y “todo don perfecto” proviene de él. Por lo tanto, podemos estar seguros de que él nos impartirá los dones del Espíritu Santo que mejor se adapten a nuestras personalidades, y de que utilizará mejor nuestras habilidades para servir a su causa y glorificar su nombre.
¿A quién da Dios dones espirituales?
¿Cómo se diferencian de los talentos naturales?
¿Quién recibe los dones espirituales?
¿Cuál es su propósito y por qué se los da?
Según Marcos 13:34 y 1 Corintios 12:11 Dios tiene una tarea especial para cada uno de nosotros en compartir el evangelio con los demás.
Una comprensión correcta de los dones es vital para la alimentación como para el crecimiento de la iglesia. Los dones espirituales están en el corazón mismo de una efectiva ganancia de almas. Son el fundamento de una iglesia que testifica.
En la parábola de Jesús sobre el jefe de familia que deja su casa a sus sirvientes y les pide que la cuiden, el amo da a cada siervo una tarea específica (Marcos 13:34).
Hay una tarea para cada individuo, y Dios da dones espirituales a todos para que cumplan la tarea o el ministerio divinos a los que son llamados.
Cuando entregamos nuestra vida a Cristo, y mediante el bautismo nos convertimos en miembros de su cuerpo, la iglesia, el Espíritu Santo imparte dones para que podamos servir al cuerpo y testificar al mundo.
En 1903, Elena de White escribió una carta a cierto hermano para alentarlo a usar los dones que Dios le había dado en el servicio.
“Todos somos miembros de la familia del Altísimo, y en mayor o menor medida tenemos talentos que él nos ha confiado, por cuyo empleo nos hace responsables. Ya sea que nuestros talentos sean grandes o pequeños, tenemos que emplearlos en el servicio del Señor, y debemos reconocer el derecho de los demás de emplear los talentos que se les han confiado. Nunca debemos despreciar el más mínimo capital físico, intelectual o espiritual” (Carta 260, 2 de diciembre de 1903).
¿Recibimos la promesa del Espíritu Santo en el bautismo?
Según Hechos 10:36 al 38, Mateo 3:16 al 18 y Hechos 2:38 al 42, Jesús fue ungido con el Espíritu Santo en su bautismo a fin de prepararlo y equiparlo completamente para su ministerio en el mundo; así mismo a cada uno de nosotros se le promete el Espíritu Santo en nuestro bautismo.
Dios anhela que tengamos la total seguridad de que él ha cumplido su Palabra y nos ha impartido dones espirituales para bendecir a su iglesia y al mundo.
III. EL PROPÓSITO DE LOS DONES ESPIRITUALES
¿Por qué Dios imparte dones espirituales a cada creyente? ¿Cuáles son los propósitos de esos dones?
Según 1 Corintios 12:7 y Efesios 4:11 al 16, los dones espirituales sirven para varios propósitos. Dios los otorga a fin de nutrir y fortalecer a su iglesia para cumplir su ministerio. Están diseñados para desarrollar una iglesia unificada, lista para cumplir su misión en el mundo.
Los escritores de la Biblia nos dan ejemplos de los dones espirituales que Dios imparte a su iglesia, como ministrar, servir, proclamar, enseñar, alentar y dar.
También, habla sobre los dones de hospitalidad, misericordia, ayuda y alegría, por mencionar solo algunos. Para una lista más completa, lee Romanos 12 y 1 Corintios 12.
Quizás te estés preguntando acerca de la relación entre los dones espirituales y los talentos naturales. Los dones espirituales son cualidades impartidas divinamente que el Espíritu Santo da a cada creyente con el fin de equiparlo para su ministerio especial en la iglesia y el servicio al mundo.
Los incrédulos pueden tener muchos talentos naturales, pero no sé los usa para la edificación del Reino de Cristo. A menudo se los usa para beneficiarse a uno mismo.
Los dones espirituales difieren de los talentos naturales de dos formas claras:
1. La forma en qué se usan. Su objetivo es el desarrollo personal.
2. Dónde se los usa. Su objetivo es la gloria de Dios.
La diferencia está en su foco de atención.
También pueden incluir talentos naturales que son santificados por el Espíritu Santo y utilizados en el servicio a Cristo. Todos los talentos naturales son dados por Dios, pero no todos se usan en el servicio de Cristo.
“Los dones especiales del Espíritu no son los únicos talentos representados en la parábola. Ellos incluyen todos los dones y los talentos, ya sean originales o adquiridos, naturales o espirituales. Y todos deben ser empleados en el servicio de Cristo. Al convertirnos en sus discípulos, nos entregamos a él con todo lo que somos y tenemos. Él nos devuelve esos dones purificados y ennoblecidos, con el fin de que los empleemos para su gloria en bendecir a nuestros prójimos” (PVGM 263, 264).
El Espíritu Santo no imparte el mismo don a todos; sino, da dones diferentes a cada creyente. Sin embargo, no pasa por alto a ninguna persona.
Además, Dios ha establecido dones especiales, como el don de profecía y oficios específicos en la iglesia, incluidos pastores y ancianos, que son maestros dentro del cuerpo de Cristo con el propósito de nutrir y equipar a cada miembro para el servicio (ver Efesios 4:11, 12).
La función de todos los dirigentes de la iglesia es ayudar a cada miembro a descubrir sus dones espirituales y enseñarles a usar estos dones para edificar el cuerpo de Cristo.
El Espíritu Santo no da dones a unos pocos elegidos y descuida o pasa por alto a otros que parecen ser menos talentosos. El Espíritu Santo imparte dones a cada persona como el quiere. No es una distribución arbitraria, sino que está basada en la comprensión y el conocimiento de Dios. El Espíritu Santo ha impartido dones exactos que necesitamos para llegar a ser testigos efectivos para Cristo.
En los seres humanos cada parte del cuerpo tiene una función. No hay miembros inactivos del cuerpo. Del mismo modo, la iglesia necesita miembros activos.
¿Cuáles son algunos talentos naturales que tienes que, por útiles y beneficiosos que sean en un entorno secular, también pueden ser una bendición para la iglesia?
IV. CÓMO DESCUBRIR TUS DONES
Según 1 Corintios 1:4 al 9 y 2 Corintios 1:20 al 22, Dios promete que su iglesia manifestará todos los dones del Espíritu Santo justo antes del regreso de nuestro Señor. Sus promesas son seguras.
Nos ha dado el testimonio del Espíritu Santo en nuestros corazones para guiarnos a comprender los dones que nos ha dado. Es Dios quien da los dones y Dios, por medio de su Espíritu, nos los revela.
Si deseamos descubrir los dones que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, ¿qué nos invita a hacer?
Según Lucas 11:13, Santiago 1:5 y Mateo 7:7 recibimos los dones del Espíritu al consagrarnos a Dios y pedirle que nos revele los dones que nos ha dado. Cuando nuestros corazones se vacían de la gloria propia y nuestra prioridad es servir a Jesús, su Espíritu nos impresionará con los dones espirituales que tiene para nosotros.
“El derramamiento del Espíritu no fue recibido hasta que, mediante la fe y la oración, los discípulos se entregaron por completo a la obra de Cristo. Entonces, en un sentido especial, los bienes del Cielo fueron encomendados a los seguidores de Cristo. [...] Los dones ya son nuestros en Cristo, pero su posesión verdadera depende de nuestra recepción del Espíritu de Dios” (PVGM, 263).
Los dones espirituales (ver 1 Corintios 12:4-6) son cualidades, capacidades, que Dios imparte para que podamos servirlo con eficacia. Los ministerios son las áreas generales en las que podemos expresar nuestros dones, y las actividades son los eventos específicos que nos permiten usar nuestros dones.
Los dones espirituales no vienen completamente desarrollados. A medida que el Espíritu Santo te impresiona con alguna área de servicio, ora para que te guíe a un ministerio específico para ejercer tu don a través de una actividad misionera.
Algunos de estos dones son de liderazgo, cómo los de apóstoles, profetas, maestros, evangelistas y pastores. El propósito de estos dones de liderazgo es facilitar la unidad, fomentar el crecimiento espiritual y equipar a los miembros para la Misión.
Existen también los dones para ministrar. Unos pocos ejemplos son el de hospitalidad, liberalidad, ayuda, misericordia y sanidad.
Muchos de estos dones son cualidades de un corazón convertido. Sin embargo, aunque cada creyente es llamado a revelar un espíritu acogedor lleno de gracia en su vida, no todo creyente es llamado a un ministerio de hospitalidad.
¿Cuáles son tus dones específicos? Y, más importante, ¿Cómo puedes mejorar esos dones para el servicio del Señor?
CONCLUSIÓN
La comprensión correcta de la enseñanza bíblica de los dones espirituales trae unidad a la iglesia. El reconocimiento de que cada uno de nosotros es valioso y un miembro necesario del cuerpo de Cristo es un pensamiento unificador.
Cada miembro de la iglesia es necesario para el cumplimiento de la misión de Cristo. Cada miembro está dotado para el servicio.
“A cada cual se le da una obra que hacer por el Maestro. A cada uno de sus siervos les confía dones y talentos especiales. ‘A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad’ (Mateo 25:15).
Cada siervo tiene un cometido por el cual es responsable; y los diversos cometidos están en relación con las distintas capacidades. Al otorgar sus talentos, Dios no ha obrado con parcialidad. Ha repartido los talentos de acuerdo con las posibilidades conocidas de sus siervos, y espera los réditos correspondientes” (2TI, 254).
Alguien ha dicho con razón: "Si no lo usas, lo perderás". El corolario es: "Si avanzas, crecerás".
Dios no está buscando personas súper inteligentes o súper talentosas, busca personas súper consagradas.
Dios no busca habilidades, Él busca disponibilidades que quieren trabajar con él.
El Espíritu Santo es esencial para la Testificación efectiva. Él prepara un pueblo para la proclamación del evangelio, haciendo que corazones y manos sean receptivos a la influencia de la palabra de Dios
Dios busca hombres consagrados que estén comprometidos a usar sus dones para el progreso de su causa y que este dispuestos a compartir su amor con un mundo perdido.
Recuerda también que los dones del Espíritu se dan para la gloria de Dios y no para la nuestra. Dios los da para exaltar su nombre y hacer avanzar su causa.
Sobre tus rodillas buscando a Dios, ¿Le has pedido que te impresione con los dones que él te ha dado?¿Has abierto tu corazón al Cristo viviente, y le has pedido que te revele tu lugar de servicio? ¿Estás dispuesto a hacer la siguiente Oración sencilla?
"Querido Señor, reconozco que, sin tus dones y el poder del Espíritu Santo, mí testificación es ineficaz. Te agradezco porque has prometido dar dones a cada creyente, y me comprometo a usar los dones que me has dado en el servicio de tu iglesia y a la gente que me rodea. Humildemente pido que me reveles el lugar donde quisieras que yo sirva y me des poder para usar mis dones bajo la dirección del Espíritu Santo. Gracias por los dones del Espíritu y tu conducción al usarlos en forma efectiva en tu causa. En el nombre de Jesús. Amén.
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