INTRODUCCIÓN:
Los jóvenes son un ejército, vigorosos y dinámicos. Los jóvenes que hoy conocen a su Salvador tienen algo digno de ser compartido. ¡Tienen el evangelio, las buenas nuevas de salvación. Este es el tiempo en que los jóvenes, vibrantes de confianza en su fe, deben salir a compartir el evangelio con otros. Nuestra vida debe ser un laboratorio de la gracia y del poder de Cristo dondequiera que estemos. Así podemos crear y aprovechar las oportunidades para presentar a Cristo a jóvenes incrédulos. Debemos comenzar donde estamos y con lo que tenemos. Hacemos atrayente la vida cristiana cuando revelamos que Cristo pone en ella ese algo adicional que todos desean y buscan.
No sólo se necesita celo y vigor juveniles en el servicio de Cristo, sino que estas cualidades quedan enriquecidas y adornadas cuando los jóvenes comparten su fe con otros jóvenes. Cuando ellos se dedican a los actos de bondad en forma tan natural como cuando participan en alguna diversión agradable, el mundo se fija entonces en la belleza y el poder del Evangelio. La felicidad y el optimismo de la juventud se vuelven irresistibles para los jóvenes.
PROPÓSITO DEL MENSAJE
No hay duda de que el joven tiene mucho que dar y compartir. Sin embargo, es importante, que pueda tener estrategia. Hay formas simples y sencillas que podemos realizar a fin de compartir el evangelio con nuestros semejantes. Hoy veremos algunas formas. ¿Estás preparado?
I. PRIMERO LO PRIMERO, ¿CÓMO EMPIEZO A EVANGELIZAR?
En esta tarea de ganar almas la preparación personal es importante. Debemos poseer al Cristo vivo en nuestra vida si queremos tener éxito. Hoy los jóvenes quieren saber: “¿Qué puede hacer Cristo para mí ahora?”:
Palabras y actos.- La preparación personal tiene que ver con toda la vida. Las palabras y los actos forman parte de ella, como también los motivos, los pensamientos y las ambiciones secretas. Tiene que ver con la vida de cada día y en todas las circunstancias. Uno no necesita ser hábil para compartir su fe, pero debe ser espiritualmente puro.
El estudio de la Biblia y la oración.- Gracias a este estudio testificaremos con más inteligencia y eficacia, y hallaremos en el renovado valor y una fe fortalecida.
La oración y el estudio de la Biblia nos capacitan para poder compartir el mensaje de esperanza. NO PUEDES DAR LO QUE NO TIENES. No podemos compartir esperanza si no tenemos esa esperanza.
No podemos pretender ser evangelistas de las personas si nosotros no hemos experimentado el poder del evangelio en nuestras vidas.
II. HAY OPORTUNIDADES PARA NOSOTROS, ¿CÓMO COMPARTIR EL EVANGELIO?
¿Cuáles son nuestras oportunidades de ganar almas? ¿Debemos ser personalmente especialistas? ¿Qué escogeremos: dar estudios bíblicos, visitar a la gente de cada en casa, cantar, hacer obra personal, dirigir reuniones públicas, tocar un instrumento, evangelizar a los niños, servirles de consejero, distribuir folletos,
servir de consejero personal? Hay satisfacción y gozo excepcionales para los que aprovechan sus oportunidades de presentar el Cristo a todos. Pensemos en estas oportunidades frecuentes:
La amistad.- La juventud es el tiempo de las amistades. ¿Saben nuestros amigos que somos cristianos? A menos que una amistad llegue a ser una experiencia espiritual, no está completa. El cristiano verdadero no queda satisfecho con tener amigos mientras ellos no sean también cristianos verdaderos.
La conversación.- Cristo ganó a Nicodemo por una larga conversación nocturna. Se valió de una oportunidad que produce resultados admirables y que, sin embargo es casi inexplorada por los jóvenes. Debemos cultivar el hábito de conversar naturalmente con otros acerca de Cristo.
Los correos electrónico y mensajes a través de las redes.- Esta es una forma de conversación que podemos emplear cuando es imposible hablar cara a cara. Nunca debe reemplazar la conversación personal, o la conversación por teléfono, pero hay ocasiones en que puede aprovecharse ventajosamente. Podemos escribir nuestro mensaje sin interrupción, y de hecho, el mensaje puede presentarse en el lenguaje más convincente. Además, un mensaje puede leerse muchas veces, de manera que su contenido no se olvidara fácilmente.
La repartición de revistas y folletos.- Vayamos a repartir revistas y folletos en la parte central de la ciudad en las noches en que están abiertos los negocios. Hagamos, con la comisión directiva de la iglesia planes de celebrar reuniones con proyecciones para los jóvenes, en las cuales hablarán otros jóvenes, en algún salón, y dichas reuniones pueden ir seguidas por una distribución de publicaciones y volantes.
Cantar en un cuarteto.- Un cuarteto mixto puede cantar en los barrios residenciales para descubrir interesados en las cases bíblicas. Llamemos a las puertas y expliquemos que pertenecemos a la sociedad de Jóvenes Misioneros Voluntarios y que hemos salidos para alegrar a los hogares cantando himnos religiosos.
Después de cantar, hagamos averiguaciones acerca de la familia, los niños y los jóvenes. Invitémosles a orar y dejémosles publicaciones apropiadas.
Equipo de temperancia.- Demos programas de temperancia en las iglesias, los cubes, en salones apropiados, escuelas elementales y superiores. Según Bakke (2002, 100): "Pablo alquiló un teatro, que se llamaba la scholae (o salón de debate) de Tirano (Hechos 19:9). Scholae era la palabra para 'escuela' tanto en griego como en latín. En griego la palabra significaba literalmente 'esparcimiento' porque solo las clases sociales con el tiempo de ocio tenían la oportunidad de ir a la escuela, que se reunía en un anfiteatro".
Y agrega: "Pablo entendió eso, y también Lucas, así... vemos el resultado de la misión urbana: la provincia escuchó el evangelio porque este había penetrado en la ciudad. Después de dos años de diálogos en el teatro, dos años de diálogo con los líderes, con las clases de ocio y con las personas de las escuelas, el evangelio se había esparcido por toda la provincia de Asia". (Bakke, 2002, 102).
"Este principio aún es válido. las ciudades son, de hecho, los amplificadores en toda cultura" (Bakke, 2002, 102).
Biblioteca circulante.- Presentemos algunos de nuestros libros pequeños, uno a la vez, para que las personas puedan leerlos durante una semana. Estos libros deben presentar la verdad bíblica en forma progresiva.
Paquetes sorpresas.- Incluyamos en estos paquetes poesías alentadoras, selecciones de trozos bíblicos, cuadros e historias interesantes puestos en sobres más pequeños, rotulados con destino a cada día de la semana, para que se los abra oportunamente. Distribúyanse estos paquetes mientras se visitan los hospitales, los orfanatos y otros lugares por el estilo.
Escuelas sabáticas filiales.- Dedíquese atención especial a los menores y a los jóvenes.
Visitas a las bibliotecas.- Fórmense grupos de dos, tres o cuatro personas para visitar las bibliotecas. Llévense unos cuantos libros atrayentes.
Reuniones en la calle o en los parques.- Obténgase el permiso de la policía. Celébrese un servicio de cantos y un breve estudio bíblico. Úsese el proyector. Háganse discursos cortos.
Escuelas bíblicas para la comunidad.- Este es un plan que se ha probado ya. Fórmense equipos de jóvenes evangelizadores, que usarán proyectores y películas.
Reuniones sociales bíblicas al aire libre.- Esto es un proyecto para los días calurosos.
Empléese un proyector. Proyéctense en la pantalla cánticos y temas bíblicos. Este tipo de evangelización veraniega puede ponerse en práctica en algún patio particular, atraerá a los jóvenes del vecindario.
Evangelización de los niños.- Una esfera que muchos consideran comparativamente nueva es la de la evangelización entre los niños. No es sin embargo algo nuevo. Más bien, se trata de recalcar en nuevas formas las técnicas necesarias para dar el Evangelio a niños.
Actividades en clubes de conquistadores y aventureros.- Podemos compartir nuestra fe ganando la confianza de los niños y las niñas mostrándoles nuestro interés en ellos y revelándoles un camino que resulta agradable e interesante. Se invita a los niños y jóvenes que no son adventistas a ser miembros del club.
Campamentos adventistas.- Estos han proporcionado ambiente favorable para reclutar a los jóvenes para Cristo. En muchas ocasiones, al finalizar un campamento y al extender la invitación para que los concurrentes acepten a Cristo y los privilegios de ser discípulos, ciertos niños que no se habían criado en un ambiente religioso se han decidido firmemente por el nuevo camino que se abría delante de ellos. Las oportunidades ilimitadas que hay en esta actividad nos imponen el deber de ensanchar esta evangelización de los niños.
III. ¿QUÉ DEBEMOS ESPERAR?
Se cometerán errores.- Se presentarán seguramente emergencias inesperadas mientras nos esforcemos por dar un testimonio personal en el servicio de Cristo. Todo nos resultará fácil. Hay que tener en cuenta que se cometerán errores y se producirán chascos. Pero la mayoría de las veces encontraremos que son bendiciones.
Nos prepararan para tareas más importantes. El peligro se manifiesta cuando repetimos nuestros errores; siempre debiéramos sacar provecho de ellos.
También podemos esperar resultados.- Los jóvenes consagrados que solo se creen dotados de capacidad común pueden tener éxito en la conquista de almas. Cuando nos encontramos frente a ciertas condiciones, podemos tener confianza en que se alcanzaran resultados. Mientras seamos conductos por los cuales pueden transmitirse el poder del Espíritu Santo, podemos esperar que tendremos éxito. Este no se alcanzara por nuestra propia fuerza. Jesús dijo: “El que en mi cree las obras que yo hago también él las hará; y mayores que estas hará.” Juan 14:12
CONCLUSIÓN
Tal vez preguntes, ¿Es necesario pertenecer a una clase especial de cristianos para tener éxito en la obra de ganar almas? ¿No requiere acaso habilidad extraordinaria, una capacidad desarrollada, una preparación extensa y otras cualidades? “El Señor imparte idoneidad para el trabajo a todo hombre y mujer que quiera cooperar con el poder divino. Cuando se pongan la armadura obtendrán todo el talento, el valor, la perseverancia, la fe y el tacto requeridos.” 6TI, 333.
LLAMADO
¿Por qué no empezamos a ejercer nuestra influencia en favor del evangelio e iniciamos nuestra labor para Cristo? ¿Aceptas el reto? Ven y quiero hacer una oración especial de compromiso misionero. Amén.
Oremos.
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