“La vida comienza con el fin de la iglesia”.
"Hay que tratar con paciencia y ternura a los recién llegados a la fe, y los miembros más antiguos de la iglesia tienen el deber de encontrar la forma de proporcionar ayuda, simpatía e instrucción para los que han salido de otras iglesias por amor a la verdad. La iglesia tiene la responsabilidad de asistir a esas almas que han ido en pos de los primeros rayos de luz recibidos; y si los miembros de la iglesia descuidan este deber serán infieles al cometido que Dios les ha dado". Ev, 353.
"En nuestro examen del Nuevo Testamento y de la misión que nos encomendó nuestro Señor, buscaremos descubrir si la presentación doctrinal debiera formar parte del proceso de evangelización o si debiéramos separarlos. Donald McGavran, fundador del movimiento moderno de crecimiento de iglesia, separó estos dos conceptos. Declaró que la misión de Cristo implicaba lo que él llamó "discipular", y además estaba la obra de "perfeccionar".
"Discipular" fue definido como "el contacto inicial con Cristo" y "perfeccionar" como "enseñar a la gente a vivir como cristianos".
McGavran observó que la iglesia se especializaba en "perfeccionar" y que le dedicaba poco tiempo a "discipular". Por ende, le recomendaba a la iglesia que, en vez de eso, se especializara en "discipular" y de no preocuparse tanto por "perfeccionar".
Las intenciones de McGavran eran buenas, tenía un sincero deseo de ver que más personas fuesen llevadas a Cristo. No obstante, su limitada definición de "discipular" hizo que muchos dejaran de preocuparse por ganar personas para el discipulado radical con Jesús. Por el contrario, el énfasis ha estado meramente en hacer que acepten a Cristo. En consecuencia, se le ha dado poco énfasis al "perfeccionar" de McGavran. El resultado ha sido que muchos cristianos no han crecido en Cristo, sino que se quedaron en la etapa embrionaria.
Muchos pastores adventistas que han sido influenciados por el movimiento de crecimiento de iglesia inconscientemente han adquirido la interpretación de discipulado de McGavran, que no es bíblica. No obstante el movimiento de crecimiento de iglesia, como resultado, le hizo mucho bien a la Iglesia Adventista, debemos ser cuidadosos de no aceptar sus conceptos antibíblicos". Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 7)
"El resultado es una degradación del discipulado... El problema es que McGavran creó una definición artificial de discípulo en vez de una definición bíblica". Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 22).
"Si la definición bíblica de discípulo implica más que el reconocimiento inicial de Cristo, entonces nuestra estrategia de evangelización necesita brindar información suficiente para llevar al nuevo converso al discipulado como Jesús lo entendía". Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 23).
La filosofía de McGavran era "es mejor que estén adentro en terreno ambiguo antes de no tener acceso a ellos". John H. Yoder, The Challenge of Church, ed. Wilbert R Shenk (Scottdale, PA:Herald Press, 1973), 40. Citado en Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 23).
"Aun cuando McGavran nota que "cuanto más espiritual sea el motivo, mejor es", su jugada... hacia una política de un bautismo de brazos abiertos de cualquiera que lo acepte por cualquier razón plantea el problema teológico de divorciar el ser miembro de iglesia de la conversión y abre la puerta a la manipulación de personas sencillas con arroz, lectura o cualquier otra recompensa, si tan solo comienzan a escuchar al misionero y hacer algunas de las cosas que él quiere... Me ha molestado, especialmente en años recientes, la percepción de que, cuando el Dr. McGavran habla de hombres que se convierten en cristianos, se refiere a algo diferente de la completa reestructuración personal en relación con la soberanía de Cristo a la que creo que se refiere el Nuevo Testamento cuando habla de ser un nuevo hombre en Cristo.
Cuando se reducen las demandas éticas del evangelio y el grado de comprensión del evangelio requerido antes de que la persona pueda unirse a la iglesia, se crea una base cristiana nominal a partir de la cual construir una "iglesia reunida". (Robert L. Ramseyer. The Challenge of Church Growth, 102). Citado en Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 23).
"Uno también encuentra en McGavran y en estos movimientos una preferencia a bautizar casi inmediatamente con la confesión de fe, evitando el tan prolongado período de catequesis requerido por casi todas las antiguas iglesias misioneras". (Robert L. Ramseyer. The Challenge of Church Growth, 102). Citado en Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 24).
Es decir, al darles una forma debilitada del evangelio, uno puede impedir que alguna vez capten lo que es verdadero. (Robert L. Ramseyer. The Challenge of Church Growth, 102). Citado en Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 24).
"Quizá en su intenso deseo de ver que más personas alcanzaran la fe en Cristo, McGravan ha suavizado las normas. Su preocupación porque los perdidos sean hallados es loable y válida, pero cuando estos perdidos son hallados, ¿qué clase de fe son llevados a aceptar? Es imperativo que se entienda la interpretación bíblica de discípulo, si hemos de comprender debidamente el mandato de Cristo de ir y hacer discípulos". (Russell Burrill. Discípulos Modernos para iglesias revolucionarias. 2 ed. Buenos Aires:ACES, 2014, 24).
"Los pastores que trabajan en los pueblos y en las ciudades para presentar la verdad, no deben sentirse contentos, ni deben pensar que su obra está terminada, hasta que los que han aceptado la teoría de la verdad perciban verdaderamente el efecto de su poder santificador y estén en realidad convertidos a Dios. Al Señor le agradaría más tener seis personas verdaderamente convertidas a la verdad como resultado de sus labores, que tener sesenta que hacen una profesión nominal y que sin embargo, no están cabalmente convertidas. Estos ministros deberían dedicar menos tiempo a la predicación de sermones y deberían reservar una parte de sus energías para visitar a las personas interesadas y orar con ellas, instruyéndolas en la piedad "a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre". Ev, 235.
"Hay cuatro razones básicas por qué las personas dejan de asistir a la iglesia: Conflictos, Expectativas no atendidas, Falta de afinidad o incapacidad para relacionarse" (Manual de Escuela Sabática, 2006, 27).
Conflictos
Más de la mitad de todos los miembros inactivos salen debido a conflictos que no fueron resueltos con el Pastor, con otros miembros, asuntos teológicos, normas y reglamentos de la iglesia. el conflicto crea incomodidad y la tendencia de muchas personas es simplemente retirarse.
Expectativas no atendidas
Algunos miembros se desaniman porque sienten que la iglesia los ignora y no han recibido ayuda durante el tiempo de tensión en sus vidas. Algunas veces se disgustan por la sobrecarga del trabajo de la iglesia y no son debidamente reconocidos. Las personas esperan encontrar amigos en la iglesia y si ellos no pueden involucrarse en los grupos existentes, se retiran.
Falta de afinidad
Una madre soltera puede sentirse fuera de lugar con parejas casadas: un joven puede sentirse alienado en una congregación donde la mayoría son ancianos. Los profesionales pueden encontrar difícil comunicarse con personas de poca instrucción.
Incapacidad de relacionarse
Algunas personas son desafortunadas en cualquier lugar a donde van. Tienen dificultad para relacionarse con los demás y en edificar una relación significante.
Los estudios muestran que la razón por la que la mayoría deja de asistir a la iglesia, no son diferencias en temas doctrinales. Mas bien se debe a:
- Sintieron que la iglesia no se preocupaba por ellos.
- No lograron unirse firmemente a la iglesia.
- La iglesia no satisfacía sus necesidades.
"El término principal en griego es μενω (meno). Aparece 112 veces en el NT, 66 veces en los escritos de Juan, 40 de las cuales se encuentran en su evangelio. Un pasaje clave para comprender este concepto es Juan 15:1–17, donde meno se usa 11 veces". DTB, 523.
“Permanecer continuamente en conexión viviente con Cristo es esencial para el crecimiento y para dar frutos. No es suficiente prestar una atención esporádica a la religión. El crecimiento espiritual no se promueve mediante el fervor religioso, entusiasta y transitorio de un día, seguido por una profunda depresión ocasionada por el descuido al día siguiente. Permanecer en Cristo significa que el alma diariamente debe estar en constante comunión con Jesucristo” 5CBA, 1017.
En una investigación realizada en la iglesia de Lazarte se puedo ver que el 76% de los miembros se habían habían dejado la iglesia entre 1 a 7 años; y luego, habían retornado a la iglesia.
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E. Choque
Según Mesa Gisbert (1997, 444): "Un factor está definido como un elemento que contribuye a que determinante o condición necesaria para un acontecimiento o cambio social". En el contexto de la presente exploración, son tres los factores que están entendidos como elementos o condiciones necesarias para lograr un resultado. En este caso concreto, son los factores evangelístico, eclesiástico y de liderazgo, causas o condiciones que resultan en la permanencia estable o no de los feligreses como discípulos en el cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Analicemos cada una de ellas.
I. EL FACTOR EVANGELÍSTICO
El término "evangelismo", tal como hoy se lo conoce, no se encuentra en el NT. La palabra significa "la acción de evangelizar". La partícula "ismo" denota sistema. De este modo el término en su sentido más concreto tiene que ver con principios, métodos, estrategias y técnicas en la acción de evangelizar. La palabra básica para evangelismo, evangelizar, evangelización o evangelístico, en el idioma español, tiene su origen en el sustantivo "evangelio". El término "evangelio", vocablo neo-testamentario muy común (33x), proviene del griego y su transliteración es eûanggelion?, sustantivo que se traduce como "buenas nuevas" o "buenas noticias". Existía todo un rito que rodeaba la venida del un mensajero griego que traía las "noticias de victoria"
La forma verbal original griega y su transliteración eúagelizestai significan: "comunicar buenas noticias", "predicar buenas nuevas" o "Predicar el evangelio". Así, en el NT, el término "evangelismo" implica una acción dinámica de entregar el mensaje de buenas noticias de salvación y victoria.
El trasfondo del término revela la victoria de Jesucristo sobre el pecado, la muerte y sus consecuencias, es decir, la buena nueva o la vena noticia de salvación. Una aproximación a la teología del término evangelio" sería la siguiente: (1) Cristo vino a buscar y salvar lo que se abía perdido (Lucas 19:10). Este es el sentido histórico del evangelio; (2) Cristo pagó la deuda del pecado con su muerte (Isaías 53:3-7). Este es el sentido soteriológico del evangelio; (3) Cristo resucitó de entre los muertos (1 Corintios 15:20-22). Este viene a ser el sentido de la "buena nueva" del evangelio y; (4) Cristo volverá por segunda vez a esta tierra (Juan 14:1-3). Este es el sentido escatológico del evangelio.
Según Rode (1998, 99) hubo muchos debates sobre una clara definición de evangelismo. Para Wagner (1980, 14) evangelismo es "traer hombres y mujeres que no tienen una relación personal con Jesucristo a un compañerismo con Él y a una feligresía de iglesia responsable" Con todo, "la naturaleza de la evangelización es la comunicación de las buenas nuevas de salvación, dando oportunidades válidas a individuos y a grupos de aceptar a Cristo, y persuadirlos a servir a Jesucristo como Señor y Salvador en el compañerismo de su iglesia".
En el albor del presente siglo, Bosch (2000, 26) afirma que "la evangelización es una de las dimensiones en la proclamación de la salvación en Cristo a los que no creen en él" A esto se debe añadir lo siguiente: "Evangelizar es presentar a Jesús en el poder del Espíritu Santo, para que los hombres se acerquen a Dios a través de El, para aceptarlo como a su salvador, y servirlo como a su Señor en la fraternidad de la iglesia".
Gary McIntosh y Glen Martin (1992, 31) han introducido el concepto del evangelismo como un proceso de cinco fases. En este proceso, una persona al ser evangelizada se mueve a través de estados tales como observador, oyente, creyente y aprendiz, para llegar a ser un discípulo.
Por consiguiente, toda persona a ser evangelizada y asimilada en la iglesia experimenta las siguientes cinco fases.
1. Presencia (1-P). La presencia es la demostración del evangelio. Todo cristiano asume la necesidad de compartir la vivencia del evangelio.
2. Proclamación (2-P). Esta fase es la identidad con el evangelio. En esta fase el cristiano asume una participación activa en anunciar el evangelio a un determinado objetivo, sea individual o colectivo, y lo hace según los dones que ha recibido de Dios (Efesios 4:11).
3. Persuasión (P-3). Esta fase define la construcción de una relación familiar significativa en la iglesia local y, por tanto, una relación permanente con Jesús. En esta etapa se afirman las convicciones religiosas. Generalmente, se piensa que el evangelismo termina aquí; sin embargo, los autores asumen la necesidad de contribuir con dos pasos adicionales en el proceso de un evangelismo afectivo. NO SOLO SE DEBE VELAR EL LADO COGNITIVO del nuevo discípulo, SINO TAMBIÉN EL AFECTIVO. Como afirma David Trim “No se trata de doctrinas. Se trata de relaciones […] No se trata de doctrinas. Se trata de cuidar a las personas” https://www.adventistresearch.info/wp-content/uploads/NR2017TED_3.pdf
4. Progresión (P-4). Esta es la fase donde el nuevo creyente recibe orientación y entrenamiento para afirmar su fe. El nuevo miembro llega a ser parte del cuerpo de creyentes como un discípulo. En verdad, esta fase constituye el cumplimiento del consejo paulino: "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Timoteo 2:2).
5. Producción (P-5). Ahora el nuevo miembro es un discípulo, un miembro activo en la iglesia, y está comprometido a difundir el mensaje de salvación.
Este proceso involucra a toda la feligresía. Es lo que Pablo escribe en su carta a la iglesia de Corinto:
"¿Qué pues, es Pablo, y qué es Apolos? servidores por medio de los cuáles habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor, porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios". (1 Corintios 3:5-9).
Este concepto de evangelismo propone una nueva mirada al texto bíblico:
Evangelismo implica plantar y regar para propiciar el crecimiento. Y esto, antes de ser una definición filosófica, es un conjunto de actividades enfocadas en un proceso. En términos más concretos y prácticos, evangelismo es la acción de la fase inicial del ministerio cristiano y la fase continua del proceso de salvación; es la proclamación autoritativa del evangelio de Jesús tal y como está o en la Biblia, relevante e inteligible. Es una manera persuasiva, propósito definido de lograr convertidos y, posteriormente, discípulos. Es la presentación y confrontación con Cristo, que no sólo exige conocimiento intelectual del mensaje, sino que también demanda una decisión. Según Peters (1972, 11) evangelismo "es la efectiva presentación del evangelio para la conversión de un no creyente, haciéndole un creyente en Jesucristo".
En consecuencia, evangelismo es el proceso por el cual la iglesia, colectiva o individualmente, a nivel local y universal, proclama el evangelio con sus promesas y demandas. Este proceso incluye la siembra y la cosecha. En el texto bíblico, esta actividad inicial esta conectada con algunos términos afines que expresan relevancia para la acción evangelística.
El punto de partida para que una persona transite del conocimiento al desarrollo y crecimiento espiritual, es el contacto y la transmisión de las verdades bíblicas, con el fin de lograr un compromiso con Cristo y con la iglesia. Según Huston, "el objetivo clave del evangelismo efectivo son discípulos que demuestran su compromiso por Cristo y por medio de su compromiso con el cuerpo local de creyentes" Para que esto ocurra, los actores de la evangelización deben iniciarlos en el camino del compromiso cristiano.
George E. Sweazey argumenta acertadamente que "la evangelización debe no solamente llevar a la gente a Cristo como Señor; sino también debe iniciarlos en su caminar cristiano" Las siguientes teorías de aproximación evangelística fueron consideradas como factores de permanencia de los nuevos conversos a la fe cristiana.
La aproximación evangelística inicial
Tomando en cuenta que formar discípulos es el blanco de la misión de la iglesia, el evangelismo es la parte metodológica en el proceso de la formación de los discípulos. De acuerdo a Win y Carlos Arn "el proceso por el cual transita una persona desde que escucha por primera vez el evangelio, hasta que entrega su vida a Cristo, es un factor determinante para que una persona termine siendo miembro activo de la iglesia o un desaparecido más".
Así, el factor inicial para la permanencia o no de un miembro estará directamente relacionado con el proceso evangelístico inicial. Si este proceso no tiene el enfoque del discipulado, tiene el riesgo de aumentar los números en la iglesia y no los discípulos. Los mismos autores han descubierto que la aproximación evangelística -en la práctica- se caracteriza por tres enfoques claramente diferenciables:
1. La transmisión de información, que considera a la evangelización como un camino de una sola dirección. Pero, aún cuando la información sea presentada en forma adecuada, puede esperarse una decisión inadecuada. La relación entre el evangelizador y el "candidato" es similar a la de un maestro y su alumno. Existe el objetivo de comunicar cierta información intelectual y la meta es saber cuántas personas escucharon el mensaje. De hecho, la transmisión no es participativa ni dialogada. Si este es el objetivo de la aproximación evangelística, el proceso no es completo porque está interesado en el número antes que en un discípulo.
2. La evangelización denominada "el monólogo manipulativo". En este enfoque, la atención se concentra en la apelación emocional y utiliza una serie de preguntas cuidadosamente preparadas y direccionadas. La relación entre el creyente y el no creyente se aproxima a la de un vendedor y un cliente. El objetivo que se persigue es lograr la colocación del producto. En este enfoque lo que más importa es: ¿Cuántas personas dijeron sí? También carece de efectividad en el proceso de evangelización.
3. El "diálogo no manipulativo". En éste se considera a la evangelización como un proceso de "doble vía".
Es una interacción honesta. Se tiene en consideración que no todas las personas ven las cosas de la misma manera y que un enfoque elaborado no resultaría igualmente apropiado en situaciones diferentes. La evangelización es un esfuerzo por responder a la otra persona en su calidad de individuo y describir el valor de la fe cristiana en términos de necesidades personales e individuales. En este caso, la relación entre el cristiano y el que no lo es se sitúa en el plano del trato de un amigo a otro amigo. El objetivo consiste en demostrar una honesta preocupación por el bien del otro y entregar el mensaje completo de salvación de manera concertada y participativa. Este indicador propone la siguiente teoría: el proceso evangelístico que tiene como objetivo una "decisión", en lugar de un "discípulo", tiende a producir desaparecidos.
La meta no sólo es una confesión oral, sino una vida transformada y un convertido a Cristo que participe activamente en la iglesia. La palabra decisión no está en la Biblia, en cambio la palabra discípulo se repite constantemente. Se logra éxito cuando los no cristianos dan una respuesta verbal que indica la aprobación personal de un nuevo conjunto de convicciones que reflejan la fe cristiana. La evangelización eficaz considera la formación de discípulos como un proceso donde se observa un cambio de conducta centrado en un nuevo estilo de vida. Una "decisión" es solamente un elemento entre tantos al procurar que las personas lleguen a ser discípulos y miembros responsables de la iglesia. La decisión es muy importante, pero no es todo lo que se necesita para ser un "discípulo"
Sobre la razón de la escasa permanencia de los miembros de IASD,
R. Gladden afirma: "apresuramos a la gente para que se bautice y cuando apostata, lo lamentamos profundamente porque la información que se les dio no fue lo suficientemente amplia como para mantenerla en la iglesia" (2004:11) La advertencia está dirigida a una inadecuada preparación doctrinal que no puede sustentar una decisión personal de por vida. Cuando se realiza un llamado para una decisión, generalmente, predomina la emoción antes que el raciocinio.
Si la decisión es el punto de partida para incorporar a una persona como miembro de iglesia, ésta no debe ser fruto de una acción emocional. En la mayor parte de las campañas y reuniones de evangelismo, el predicador casi manipula a voluntad los sentimientos del público, cuando debería demandar una gran cuota de raciocinio antes de tomar la decisión, de tal forma que ésta resulte una determinación consciente.
En este sentido, es de vital importancia dejarse guiar por la simplicidad de la Palabra y el poder del Espíritu Santo, pues la transformación de una persona es una acción divina. Así lo confirma Elena White al referir que los nuevos conversos, "necesitan instrucción especial en cuanto a cómo llegar a Jesús y cómo llegar a ser cristianos" Ev, 115.
Evangelización, Instrucción y práctica doctrinal.
La IASD establece que toda persona antes de ser bautizada debe recibir "una instrucción cabal sobre las enseñanzas fundamentales de la iglesia y sobre las prácticas relacionadas con ella". Además establece que la persona debe "dar evidencia de que nació de nuevo y goza de una experiencia espiritual en el Señor Jesús"
Las teorías sobre este criterio están establecidas por diferentes autores. De acuerdo con Elena White, "los candidatos para el bautismo necesitan una preparación más cabal. No solo implica creer, sino practicar la verdad" Ev, 227
La misma autora escribió a favor de una buena planificación e instrucción en el proceso del evangelismo. Ella no defendió una acción evangelística descuidada, dejada al azar o deficiente. Su advertencia fue la siguiente: "La salvación no está en el bautismo, no se recibe con tener los nombres inscriptos en los libros de la iglesia, no se obtiene predicando la verdad. La salvación se consigue mediante una unión vivificante con Cristo que renueve el corazón..." Ev, 234.
Añade luego:
"Si el interés aumenta paulatinamente y la gente obra inteligentemente, no por impulsos, sino por principios, es mucho más fuerte y durable que cuando se despierta repentinamente, y se excitan los sentimientos al escuchar un debate, o una discusión violenta que muestre las dos facetas del tema en contra o a favor de la verdad". 3TI, 218.
En la acción evangelística se imparte la doctrina a las personas. En los primeros contactos, ellas llegan a descifrar las enseñanzas nuevas y a veces extrañas. A causa de esto, existe la necesidad afirmar reiteradamente los conocimientos e invitarlos a poner práctica los mismos. El proceso de retroalimentación de los temas identificadores ayudará a reafirmar la estabilidad de su futura permanencia. La instrucción bíblica de las personas nuevas considerada de alta responsabilidad. "No debería descansar satisfecho con la presentación de ningún tema hasta que el alumno comprenda principio que encierra, perciba su verdad y pueda expresar claramente lo que ha aprendido". 3TI, 218.
Nótese la sustentabilidad de comprender el principio, percibir la verdad y expresarla con claridad. La autora asume su responsabilidad en los siguientes términos: "Dios preferiría que hubiese seis personas cabalmente convertidas a la verdad que sesenta que lo profesen y no fuesen verdaderamente convertidas". OE, 383.
Los argumentos que la autora presenta sobre la preparación doctrinal y su práctica son de los más variados. Una de las afirmaciones más contundentes es esta:
"Muchos aceptan la verdad sin cavar hondo para comprender sus principios fundamentales; cuando ella encuentra oposición, se olvidan de los argumentos y pruebas que la sostienen. Han sido inducidos a creer la verdad, pero no han sido plenamente instruidos acerca de lo que es, ni han sido llevados de un punto a otro en el conocimiento de Cristo... deben presentar al Señor conversos que tengan un verdadero sentimiento de responsabilidad y que harán la obra que se les sea señalada." Ev, 226.
James Cress (2005:11) observa: "No considerar a la conversión como un proceso completo - que incluye conocer, investigar, instruir y adoctrinar, decidir, tomar el paso del bautismo y, quizá más importante, integrar y discipular-, es una falla".
Las investigaciones realizadas por Win Arn (1990:23), comprueban que "un proceso evangelístico que presenta el evangelio una vez y luego pide una respuesta, tiende a crear desaparecidos"
Una persona que escucha una vez las "buenas nuevas" puede ser gloriosamente cambiada y llegar a ser grande en la fe. Cuando este hecho milagroso ocurre -y suele ocurrir- debe existir regocijo. Debe entenderse, sin embargo, que esto es inusual y no constituye la regla general. La mayor parte del tiempo, cuando alguien llega a la fe, es por que ha venido escuchando el evangelio una y otra vez, hasta que al final asume un compromiso con Dios. Por esta razón, la preparación doctrinal y su práctica, sea en una clase bíblica, en un estudio personal, en cruzadas de evangelismo o alguna otra forma de evangelismo, deben ser consistentes y bíblicamente fundamentadas. La evangelización que plantea una instrucción completa, lleva a los candidatos a practicar las enseñanzas doctrinales.
Las investigaciones comparativas entre miembros activos e inactivos han demostrado que "las personas que continuaron como miembros activos habían sido expuestas a un promedio de 5,79 influencias cristianas anteriores a su conversión. En franco contraste, los "desaparecidos", aquellos que se fueron de la iglesia, habían visto o escuchado el mensaje solamente 2,16 veces antes de su decisión"
En consecuencia, toda estrategia evangelística debería considerar que mientras más veces sea expuesta una persona al mensaje del evangelio antes de tomar una decisión, existe mayor probabilidad de que esa persona entienda correctamente el alcance de su compromiso. A menor cantidad de exposiciones previas a su compromiso con Cristo, mayores serán las probabilidades de que deje la iglesia. La conclusión es esta: la estrategia evangelística eficaz procura exponer a los discípulos potenciales a muchas y variadas presentaciones del evangelio.
Evangelismo y Compromiso de los miembros nuevos
George Barna (1991:72) afirma: "a menos que los miembros comprendan en formas muy reales cómo y porqué el cristianismo es significativo para la vida hoy, no harán la clase de compromiso que requiere esa fe". El compromiso y la adecuada incorporación a la feligresía son factores determinantes para la consolidación del nuevo miembro. No encontrar respuestas de compromiso de parte de quien aspira a ser miembro de iglesia, querrá decir que el mismo está a punto de optar por la deserción debido a la inercia.
Peter Wagner (1987:128) declara acertadamente que "cualquier esquema que separa la evangelización y el seguimiento tiene incorporado en sí mismo la causa de su propio fracaso" Si la evangelización es el inicio del proceso del discipulado, el compromiso que hace la persona con miras a unirse a la iglesia es parte de ese proceso antes de su prolongada, o mejor, definitiva convivencia con Cristo y su iglesia.
El mismo autor advierte que "la IASD no ha comprendido la diferencia entre el evento del ingreso de un miembro al libro de la iglesia, y el proceso de integración comprometido al cuerpo de creyentes". (WAGNER, 1987:128) Es muy pertinente considerar que toda persona que se inicia en la vida cristiana adquiere un compromiso al aceptar a Cristo.
Si además existe un compromiso corporativo con la iglesia, su condición de miembro de iglesia propenderá al crecimiento espiritual, a la madurez cristiana y, como consecuencia, a una permanencia en la comunidad eclesiástica.
Evangelización y transición a miembro de iglesia
El proceso por el cual una persona evangelizada pasa a ser un miembro activo requiere una transición adecuada. Según Russell Burrill (2007:52) "las personas con el proceso de evangelización, vienen como individuos, pero inmediatamente son puestas en contacto con los demás a fin de que pueda desarrollarse una comunidad relacional". Los nuevos creyentes adquieren muchos valores en esta fase de transición: abandonan paulatinamente los patrones de conducta equivocados al relacionarse con la comunidad eclesiástica y adoptan objetivos cristianos para la vida. Esto quiere decir que, poco a poco, rompen los lazos y los estímulos que los vinculan a amistades anteriores porque perciben una nueva familia espiritual.
Todo esto significa una transición adecuada de una nueva persona que va camino a ser un miembro de iglesia. "Si todo lo que se hace es llevar a las personas al conocimiento de la salvación y de la verdad, pero no los integramos en la comunidad, se ha fracasado en la misión cristiana" (BURRILL 2007:86)
En consecuencia -utilizando el lenguaje de Arn- una evangelización sin relaciones con la iglesia local tiende a crear desaparecidos.
Además, si los eventos evangelísticos ocurren fuera de toda relación con los miembros de la iglesia local, no se llegan a establecer los lazos de unidad necesarios y es muy poco lo que la persona percibe sobre la necesidad de involucrarse con una comunidad cristiana. Esto ocurre no sólo cuando las decisiones se efectúan en grandes cruzadas y a través de medios masivos de evangelismo, sino también en las acciones de evangelismo personal.
Dicho de otro modo, el eslabón más frágil en la formación de los discípulos es llevar a la persona evangelizada hacia una integración con la comunidad eclesiástica. Ivan Omaña (2004:30) advirtió que "el evangelio siempre fue y es el mismo, son las metodologías en la IASD las que han cambiado".
En efecto, dentro de la IASD, particularmente en Bolivia, en el período 1998-2007 se enfatizaron programas y metodologías con énfasis en el número de personas bautizadas. Debido a este énfasis, las estadísticas revelan el aumento del número de miembros, pero al no existir una transición adecuada hacia la integración con la comunidad eclesiástica, la pérdida de los miembros nuevos fue masiva, no percibiéndose el crecimiento de la iglesia en términos reales.
II. FACTOR ECLESIÁSTICO
La caracterización del término iglesia tiene su origen en el gr. Ekklesía, que a su vez viene de la raíz ek "fuera de" y kaleö "llamar o salir". La forma verbal resulta de ek kaleo, "llamar fuera de" 1 El uso de esta palabra en el NT parece estar basado en la LXX, pues de acuerdo a S. Vila, "la LXX traduce el término hebreo kähal, al griego ekklesía y designa a la asamblea o congregación de Israel"
Además, así lo confirma el autor del libro de Hechos al señalar que el pueblo de Israel estaba congregado en el desierto (Hechos 7:38).
Aunque llama la atención que los evangelios no utilicen el término "iglesia" para sus asambleas -excepto Mateo 16:18; 18:17- pronto la designación "iglesia" se convirtió en un término técnico más importante, con el uso Lucano en el libro de Hechos, como también en las epístolas paulinas.
Definición
En esencia, "la iglesia es la comunidad de todos los creyentes que han sido unidos por el lazo de la fe y de la acción regeneradora del Espíritu Santo de una manera vital a Jesucristo"4 En términos actuales la iglesia es el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo, la comunidad de los creyentes.
El concepto de comunidad que nace en la iglesia tiene características particulares que no se dan en ningún otro grupo de personas. Al aceptar el llamado de Jesús, los cristianos son "hermanos" que tienen en común una fe y una esperanza. Tienen conciencia de pertenecer a una familia con un vínculo superior al que tienen los hermanos de sangre y, debido al nexo que los une, oran juntos, se ayudan, se comunican y comparten sus alegrías, penas y dificultades.
Santiago aplica la analogía de "hermanos" a los creyentes en Cristo (Santiago 5:7-10). La razón que diferencia a la iglesia del resto de las comunidades es el Dios único que todos sus miembros invocan; el único Señor Jesucristo, a quien todos pertenecen; el único Espíritu Santo que a todos llena y a todos fusiona en el cuerpo de Cristo (1 Corintios 1:10-13; 3:9; 12:4-6; Romanos 15:5; Filipenses 2:5-11 y Efesios 4:1-6).
La exhortación de Pablo a los colosenses resume todas las exigencias del amor cristiano del siguiente modo:
Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia, soportándoos unos a otros, y perdonándoos mutuamente si alguno tuviere queja contra otro.
"Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros, y por encima de todo esto, vestíos de amor que es el vínculo de la consumación, y que la paz de Cristo haga de árbitro en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados, formando un sólo cuerpo" (Colosenses 3:12-15).
El ser humano es por naturaleza un ser social y, por ende, relacional. Entonces hay que presentar el modelo bíblico de iglesia como una comunidad relacional; eso es precisamente lo que significa ésta palabra. Jaime Morales Herrera dice con propiedad que "a la gente posmoderna le gusta participar en eventos y participar de los valores de una comunidad" Lo correcto es que la iglesia hoy sea una comunidad, tal como aparece en Hechos 2:43-47.
Resumiendo, el factor eclesiástico es la comunidad de la iglesia local constituida por los miembros, que adoran a Dios y se interrelacionan entre sí por medio de un compañerismo fraterno y amistoso, capaz de influir a otros a participar en el proceso de preparación para el reino de los cielos.
La iglesia local y los nuevos miembros
La Biblia describe el papel de la iglesia hacia el nuevo creyente mediante la analogía familiar en una función de paternidad. Al interpretar la analogía bíblica de la familia, James Cress dice acertadamente: "así como los padres no abandonan a un bebé después de su nacimiento, sino que lo nutren y protegen, así la iglesia debe asumir la responsabilidad por aquellos que nacen en la familia de Dios".
Walter Henrichsen describe este proceso de seguimiento y nutrición del siguiente modo: "El seguimiento es pediatría espiritual. Tiene que ver con el cuidado y la protección del infante espiritual. Se relaciona con el desarrollo de nuevos bebés en Cristo, desde el momento de su nuevo nacimiento, hasta que crezcan y se atiendan a si mismos". Así, la incorporación de los nuevos miembros en la iglesia no es una opción, sino una parte integral del discipulado.
Por otro lado, la misión de la iglesia con los nuevos conversos está deducida de los dos propósitos para con el núcleo inicial de su fundador, Jesucristo, quien los llamo "para que estuviesen con Él y para enviarlos a predicar" (Marcos 3:14). Uno es interno y otro externo. El primero, "estar con Jesús", establece el aspecto interno de la misión de la iglesia direccionada hacia sus propios miembros. La iglesia debe cuidar de sus feligreses edificándolos en Cristo, esto es, hacer que escuchen y que sigan sus enseñanzas. Para la iglesia y sus líderes, esto implica básicamente suplir las necesidades de los nuevos creyentes, proveerles de un círculo de pertenencia y seguridad, propiciando un medio adecuado para el uso y desarrollo de sus dones espirituales en el servicio. En cambio, el segundo, "enviarlos a predicar", señala el aspecto externo de la misión de la iglesia, que consiste en predicar el evangelio.
Este aspecto fue abordado en la sección evangelística, pero ambos son complementarios, pues se busca, como objetivo final, personas salvadas por Dios.
La iglesia del NT experimentó un crecimiento explosivo porque a las numerosas conversiones del día de Pentecostés (Hechos 2:41; 5:14), se añadía que los nuevos conversos eran asimilados para el discipulado "todos los días en el templo y por las casas" (Hechos 5:42). Las enseñanzas básicas impactaban la vida de la sociedad del primer siglo y, como resultado, "la palabra del Señor crecía y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén" (Hechos 6:7). El crecimiento de los discípulos fue notable en Judea, Galilea y Samaria (Hechos 9:31).
Nótese que este crecimiento necesitó un cuidadoso proceso de integración de los recién convertidos al discipulado en la iglesia local.
Así, Lucas demuestra consistentemente la necesidad de nutrir a los nuevos miembros de la iglesia primitiva. La pregunta de los investigadores adventistas Roger Dudley y Des Cumming sobre la situación de la IASD, es básica para abordar la transición del evangelismo a la incorporación de los nuevos miembros a la iglesia local: "¿De qué sirve bautizar nuevos conversos si dejamos de incorporarlos a una feligresía responsable, y pronto se deslizan por la puerta de atrás? ¿Por qué no permanece el miembro como un valioso converso ganado?".
En 2003 se publicaron los resultados de un importante estudio realizado por Robert E. Webber. Este autor expone, desde la perspectiva bíblica e histórica, los esquemas de formación espiritual, reconociendo a la iglesia local como un componente holístico en esta actividad. Es decir, da a comprender que la iglesia local es el centro más importante de la comunidad cristiana en la integración de los nuevos miembros a la feligresía.
La iglesia local como base de asimilación e integración
En la Biblia, la iglesia primitiva de Antioquía encierra principios sobre el tipo de iglesia que Dios puede utilizar para asimilar e integrar a los nuevos miembros de iglesia (Hechos 11:19-30 y 13:1-3). Una vez establecida la iglesia, los miembros fueron confirmados en la fe y la doctrina por medio de Bernabé (11:23), quien posteriormente fue separado, junto con Pablo, para ministrar la Palabra. De hecho, más adelante se convirtió en un centro de operaciones para proyectos misioneros de avanzada. Antioquía era una iglesia centrada en Jesús, y en esa ciudad fue que a los discípulos se los llamó "cristianos" por primera vez (Hechos 11:26). Los miembros de la iglesia local son vidas transformadas por Dios y son capaces de impactar a los nuevos creyentes.
J. C. Miranda afirma que "la congregación local debe querer que la iglesia crezca". Michael Green, declara que "la iglesia local es el medio más natural, duradero y eficaz para realizar la obra de formación cristiana, un área a la que cualquier iglesia debería prestar mucha atención" Es ésta la que, en su labor de formación de los nuevos creyentes, inicia la tarea de asimilación e integración, entendiendo que la feligresía construye una comunidad relacional. Mark Finley lo corrobora cuando dice que "el bautismo no significa el fin del viaje espiritual, sino el inicio de una nueva vida de discipulado en Cristo en el contexto de su iglesia local".
Con el fin de conseguir el objetivo de asimilación por parte de la iglesia local, J. C. Miranda recomienda tener un grupo equipado para ayudar a los nuevos conversos a establecer una identidad cristiana.
"Este grupo compuesto por diez a veinte hombres y mujeres, invirtiendo cuatro a ocho horas por semana, producirá una energía adicional necesaria a los nuevos convertidos" Concienciar e involucrar a los miembros de la iglesia local en la tarea de formar a los nuevos creyentes, es algo que no debe figurar como una opción. En la feligresía se requiere fomentar el cuidado y la atención a los nuevos conversos que llegan a la iglesia.
La iglesia y las necesidades del recién convertido
Atender las necesidades de la gente es un indicador elemental en la búsqueda de una mayor permanencia de los miembros de iglesia. La Biblia contiene amplios fundamentos para suplir las necesidades como un servicio al prójimo. Pablo es claro cuando dice: "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de Dios" (Gálatas 6:10). Hay que subrayar la última parte del texto porque Pablo pide tomar en cuenta a los que ya son parte de la iglesia.
Juan dice: "el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en su corazón? (1 Juan 3:17).
La gente busca satisfacer necesidades en los campos social y espiritual. El primero tiene que ver con la salud, el bienestar, el empleo y otras necesidades elementales básicas. El segundo comprende la fe, la esperanza, el amor, la seguridad y el perdón. Tanto las primeras como las segundas son necesidades reales y, afortunadamente, Jesús es la solución a todos los problemas humanos (Mateo 11:28-30). Por lo tanto, es necesario enseñar a los nuevos creyentes a buscar el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33). Además, en lo posible, se deben suplir las necesidades físicas sin perder de vista el valor de la verdad.
Existe coincidencia entre los autores respecto a la atención de las necesidades por parte de la iglesia. A. Graham Lotz dice: "se puede dar alimento a los pobres, casa a los que no tienen, vestido a los desnudos... pero si no les presentamos a Jesús, la gente se perderá irremediablemente".
Fred Smith afirma que "el servicio social es el deber de toda iglesia, es un ministerio que busca satisfacer las necesidades de individuos y grupos de manera directa e indirecta".
Peter Wagner ha sugerido que "las iglesias deben ser lo suficientemente grandes como para proveer la variedad de servicios que atiendan las necesidades y expectativas de sus miembros y de la comunidad" George Barna afirma que "si la iglesia espera atraer más gente, tendrá que llegar a ser más sensible a sus necesidades".
Elena White decía que "sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles el bien. Les mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: ¡Seguidme!"
Esta es una buena actitud frente a las necesidades.
La Iglesia local y el ambiente de compañerismo - amistad
En la Biblia, la amistad y el compañerismo son indicadores básicos de la formación del nuevo creyente. Para Jesús, sus discípulos eran sus amigos (Juan 15:14). Demostró amor al dar su vida por ellos (Juan 15:13). Hasta sus enemigos lo reconocieron como "amigo de publicanos y pecadores" (Mateo 11:19; Lucas 7:34). En la iglesia primitiva, el ejemplo de Bernabé es de particular importancia: fue amigo fiel de Marcos (Hechos 13:5, 13; 15:36-41) y también de Pablo, a pesar de su pasado perseguidor (Hechos 9:27-30; 11:25). Esta amistad desarrollada por Bernabé dio como resultado el crecimiento de la iglesia de Antioquía (Hechos 11:24).
Russell Burrill contrasta el individualismo reinante del tiempo actual con la necesidad de una comunidad relacional, donde la independencia y la dependencia, se pone en evidencia. Este auto afirma que "las comunidades donde las personas verdaderamente se ministran unas a otras, son la base sobre la que se puede dar toda verdadera misión en las iglesias adventistas".
El ser humano, por naturaleza, tiene un sentido de comunidad. Encontrar un ambiente de amistad y compañerismo en la iglesia por parte del nuevo miembro es muy importante. De no lograrlo, no desarrollará un sentido de pertenencia. Y si la iglesia local no manifiesta amistad y compañerismo para aceptar y asimilar al nuevo miembro, existen mayores posibilidades de perderlo.
Los estudios señalan que los nuevos miembros permanecerán en la iglesia si tienen amigos; caso contrario, existe una alta posibilidad de que no permanezcan. Según Win Arn, "Cada persona nueva deberia estar en condiciones de identificar, al menos, siete amigos dentro de la jglesia en los primeros seis meses de concurrencia. Siete amistades nuevas es un mínimo; es mucho mejor que sean diez, quince o aun más". Esta afirmación ha sido respaldada por los estudios realizados por James Cress, quien ha encontrado que "la falta de compañerismo y amistad es el factor más influyente en la decisión de dejar la iglesia"
Daniel Rode ha dicho que "la persona nueva evalúa sus nuevos amigos, el cariño que recibe y el grupo de amigos que dejó fuera de la iglesia. En muchos casos, sobre la base de este análisis sentimental y pragmático, decide quedarse o irse de la iglesia" En consecuencia, siendo la amistad una característica social del individuo, esta demuestra ser el lazo más fuerte para adherir a los nuevos miembros a la congregación. Si ellos no desarrollan inmediatamente amistades genuinas en la iglesia, puede esperarse que vuelvan a sus viejas amistades y a sus antiguos caminos fuera de la iglesia.
Esto significa que las personas nuevas que no consigan construir compañerismo y amistad en este tiempo, casi con seguridad se estarán dirigiendo hacia la puerta de salida. En este sentido, pueden existir muchas razones por la cuales las personas abandonan la iglesia, "pero la falta de una atmósfera positiva y estimulante se encuentra probablemente encabezando la lista".
La iglesia local y los servicios de adoración
Si la religión ha de resultar significativa, deberá ser relevante. La IASD afronta el reto permanente de asegurar que los servicios de adoración sean significativos y relevantes. Siendo una diligencia primariamente eclesiástica, "la adoración coloca a la persona en una relación de fe con la persona de Cristo". Es decir, por medio de la adoración, los creyentes son dirigidos hacia una comunión con Dios y us semejantes. Así, la adoración cristiana "es la respuesta activa de intima comunión, alabanza y oración de una persona o comunidad de creyentes al Dios viviente y soberano" Por lo tanto, debe ser dinámica, inspiradora y participativa. Según K. Kalahan: "a menudo las personas sienten su primer impacto para aceptar a Jesús por medio del servicio de adoración". J. M. Terry ha dicho que "el cincuenta por ciento de las personas en las iglesias americanas fueron estimuladas a conectarse con una iglesia a través del servicio de adoración".
Los estudios realizados por Christian Schwartz han comprobado que las iglesias crecientes son aquellas que tienen "cultos inspiradores". Según este autor, "el 80% de los miembros de las iglesias crecientes dijeron que el culto en sus iglesias habían significado una experiencia inspiradora; pero sólo el 49% dijo lo mismo en las iglesias decrecientes". Esto ocurre cuando "las personas se sienten inspiradas en el culto, cuando sus necesidades espirituales son atendidas y cuando participan de acuerdo a su idiosincrasia".
Otro estudio entre los bautistas del sur, reveló que el 60% de las iglesias crecientes indicaba que siempre, o casi siempre, tenía un espíritu de reavivamiento en sus servicios de adoración; comparado con un 26% en las iglesias estancadas y un 22% en las iglesias decrecientes que dijeron lo mismo".
En este sentido, inclusive la condición física e instalación del templo, el mobiliario, aún la ubicación, son importantes para establecer un ambiente cálido y apropiado para la adoración. Por ende, un buen indicador es que la hermandad asistente a las reuniones religiosas disfrute de un culto inspirador, dinámico y participativo, que la motive a permanecer en la iglesia. La adoración construye la vida del cristiano, dinamiza la acción y, con seguridad, los recién convertidos manifiestan entusiasmo por esta experiencia. Les produce un sentimiento de gozo para con Dios' y, al dar respuesta a sus demandas espirituales, les inspira a traer a sus amigos y parientes inconversos.
Por otro lado, el dinamismo lleva a la participación. Un culto que lleva a los adoradores a la participación, es aquel que los integra con la feligresía (sentido de pertenencia) y donde se canta, se ora y se estudia la Biblia con el fin de exaltar a Cristo. La adoración dinámica y participativa edifica la espiritualidad. La ausencia de ella, la destruye.
La Iglesia local y la participación en el testimonio
Integrar a los nuevos miembros en las actividades de testificación no es opcional, sino una parte esencial del proceso efectivo de hacer discípulos. Si no son involucrados en el proceso de toma de decisiones, en los programas internos, en grupos pequeños, en las tareas misioneras, la iglesia está limitando su crecimiento espiritual. En el libro de Juan se registra el encuentro de Jesús con la mujer samaritana, quien, una vez que aceptó a Jesús, fue inmediatamente a testificar a su pueblo (Juan 4:28). Del mismo modo, el endemoniado de Gadara, apenas liberado de los demonios, fue enviado por Jesús con las siguientes palabras: "Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti" (Marcos 5:19).
Por esto, es importante que los nuevos tengan oportunidades de participación en las tareas misioneras.
Para Mark Finley, "las personas crecen en la medida en que ellos pueden compartir su testimonio a otras personas que aún no conocen a Jesús" Esto significa que debemos ayudar a un miembro nuevo a tomar parte en alguna tarea de testificación, tan pronto como sea posible. Obviamente, la iglesia local debe tener ministerios organizados para involucrarlos en ellos inmediatamente. En este caso, "las personas que participan en la testificación de su fe, no dejan fácilmente la iglesia, al contrario, su vida adquiere fortaleza y crecimiento espiritual"
Dicho de otro modo, el proceso de conversión permanece incompleto hasta que el nuevo creyente sea involucrado en alguna tarea o ministerio dentro del grupo que es la iglesia. La reflexión de W. Arn es completamente acertada cuando dice:
"Algunas iglesias son efectivas en localizar y alcanzar a personas nuevas, pero cuando se trata de nutrirlas, incluyendo las funciones de asimilación, el nivel de energía y efectividad declinan dramáticamente. El resultado es que a muchas personas en quienes surgió la fe y compromiso, nunca se les dio la oportunidad completa de pertenencia, crecimiento y servicio".
Los estudios realizados recomiendan tener "al menos sesenta roles o tareas para cada cien personas". Si esta proporción es un hecho, "nueve de cada diez miembros nuevos deberían estar involucrados en alguna responsabilidad activa en el grupo' a fin de desarrollarse. El fin de estas proporciones recomendadas, es preparar a las personas nuevas para un servicio mayor y hacerlos discípulos con responsabilidad individual. La declaración de Elena White dice: "la gracia divina en el alma recién convertida es progresiva... La persona que se ha convertido genuinamente trabajará para salvar a otros que están en tinieblas. Un alma verdaderamente convertida avanzará por fe para salvar a otra y luego a otra más". Ev, 260.
Daniel Rode señala que "Diez o quince por ciento de personas recién bautizadas creará una fuerza de choque evangelizadora"? La inclusión de los nuevos miembros en las tareas misioneras de la iglesia será una formación espiritual constante para ellos. Y, si se toma en venta que los nuevos están más dispuestos a participar que los miembros antiguos en las tareas de la iglesia, lo ideal es aprovechar su iniciativa y energía.
Una forma efectiva de integrar a los nuevos miembros en la iglesia local es mediante la conformación de grupos pequeños. Emilio Abdala afirma que "el elemento más importante para asimilar a los nuevos miembros es involucrarlos en los grupos pequeños" El objetivo de la integración inmediata en un grupo pequeño es mantener saludable la vida espiritual del nuevo miembro. Es allí donde encontrará apoyo, cuidado y una identidad corporativa. El mismo autor argumenta que "diez personas trabajando individualmente pueden producir veinte pinos por día, pero diez personas trabajando juntas pueden producir cuarenta y ocho mil pinos por día".
El principio usado aquí es la sinergia generada a través del trabajo unido de varias partes. Salomón dice "mejores son dos que uno... porque si cayere, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! cuando caiga, no habrá segundo que lo levante" (Eclesiastés 4:9-10). Así, el discipulado no es una carrera solitaria, sino un proceso de ayuda mutua y de grupo. R. Warren afirma: "Cuanto más crezca la iglesia, tanto más importante serán los grupos pequeños para manejar las funciones pastorales y el cuidado de la gente" En la actualidad, el que mejor fundamenta bíblica e históricamente la implementación de grupos pequeños en la IASD es Russell Burill.
3. FACTOR LIDERAZGO
Aunque el desarrollo de la persona es una tarea del Supremo, en la que el principal motivador es el Espíritu Santo, el hombre es un instrumento intermedio activo en la influencia del poder regenera de Dios. Es por medio del liderazgo eclesiástico de apoyo que Dios establece la comisión de planificar, dirigir y construir la vida de miembros de iglesia. Existen líderes porque la iglesia existe.
María Méndez Roca afirma que "la buena o mala imagen de un organismo o institución radica en gran medida en la actitud positiva o negativa de sus líderes, tengan contacto o no con sus liderados" Y en la iglesia existe la necesidad de contar con líderes que realicen servicios eclesiásticos de calidad, que satisfagan las necesidades y expectativas de los miembros, especialmente de los nuevos.
Definición
El liderazgo es caracterizado y descrito desde varios enfoques, y diferentes autores lo definen basados en perspectivas organizacionales distintas. Por esta razón, se presentan algunas definiciones, con la finalidad de encontrar elementos comunes para una aproximación adecuada a los fines de esta investigación.
De acuerdo con Paul Hersey y Kenneth Blanchard, liderazgo es 'una influencia interpersonal ejercitada en una situación y dirigida por medio de un proceso comunicacional hacia un blanco común"
Para Robinson y Clifford el liderazgo significa "dirigir sabiamente a las personas, esto incluye la habilidad de descubrir tanto las potencialidades individualidades como las grupales".
El liderazgo también está caracterizado como "un proceso de persuasión, influencia o ejemplo que induce al grupo hacia un objetivo común dirigido por los líderes y realizado a favor de sus seguidores".
Otro autor sostiene que "un líder es alguien que ayuda al grupo mostrando la dirección correcta y ayudando a llegar a su objetivo".
Weldon Crossland afirma, "el líder es alguien que guía a sus seguidores hacia un fin. Alguien responsable de las estrategias, programas y planes que lleva hasta alcanzarlos con éxito. Es alguien que aconseja y ayuda a sus seguidores a alcanzar los objetivos"
Aunque no existe unidad en el nivel de las definiciones, existen elementos comunes en cada una de ellas.5 Queda claro que liderazgo e influencia y que existen elementos frecuentes como guiar, ayudar y aconsejar a los miembros del grupo a fin de alcanzar los objetivos y las metas. Entendido así, el liderazgo de la iglesia con los recién convertidos tiene el mismo sentido.
Charles A. Tidwell dice: "el liderazgo en la iglesia existe para equipar a los miembros. Equipar significa preparar, dirigir y habilitar al miembro de iglesia para el servicio" Pero posiblemente la definición más concreta la hizo J. Maxwell; para él, "liderazgo es la capacidad de conseguir seguidores". Esta verdad implica que el líder debe ser alguien que ejerza influencia, ayude y capacite a sus seguidores para alcanzar una meta. En definitiva, el líder eclesiástico es alguien con habilidad de entender la conversión y el crecimiento espiritual de las personas.
En términos bíblicos, debe ser alguien que descubra los dones espirituales en los recién bautizados para el servicio. Y como bien complementa Peter Wiwcharuck, "el líder cristiano es un verdadero artista que utiliza la imaginación para construir la vida de las personas"3 De esto se trata el liderazgo, de construir la vida de las personas.
Aquí, el factor liderazgo se refiere a "personas designadas por la iglesia para estar en la dirección de la comunidad con la tarea de influir, dirigir y edificar la vida espiritual de los miembros de la misma a través de la visitación, el ministerio de la Palabra de Dios y la preparación para el discipulado". En este caso, aunque el pastor es el líder principal, en cada iglesia existen líderes laicos que cumplen funciones similares dentro de la estructura de la iglesia.
La tarea del líder cristiano es amplia y, por lo tanto, es importante determinar que en esta sección se considerará la responsabilidad del líder eclesiástico con relación a la tarea de cuidado y apoyo a los nuevos miembros. Desde este punto de vista, existe una seria advertencia bíblica para el liderazgo que dice: "Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños" (Pr27:23). La práctica de esta admonición es un área débil en la iglesia.
Fred Smith admite que "la mayoría de los líderes no toma en serio la apostasía. Dicen que es algo normal y si se puede mantener sólo el 5% de los convertidos, está bien. Pero ¿qué hay del 95% restante?"1 En efecto, muchas personas dejan la iglesia por causas relacionadas con el liderazgo; sienten que nadie -ni el pastor, ni los ancianos, ni los diáconos- se preocupan por ellas. Es necesario comprender que el liderazgo de la iglesia local debe asumir el cuidado de los miembros nuevos con amor y seriedad verdaderos.
Liderazgo y visitación motivadora
La visitación de los nuevos miembros en la iglesia es vital para la nutrición y el crecimiento espiritual. Desafortunadamente, esta es un área débil, descuidada por los líderes de iglesia. En la iglesia del NT existía un equilibrio entre el ministerio público y el ministerio personal a favor de los miembros. Lucas afirma que "todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo" (Hechos 5:42). Otra cita dice "nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas" (Hechos 20:20). Nótese que la visitación en "las casas" era importante para el creyente porque demostraba la preocupación del líder por la persona. Esta acción también revestía particular importancia para el líder, ya que le permitía conocer mejor a los miembros de la congregación.
El foco de la visitación eran los hogares, es decir, los lugares de convivencia familiar desde donde el líder iniciaba el proceso de transformación y crecimiento espiritual para luego hacer discípulos.
Esta metodología fue puesta en práctica por la iglesia de una manera directa. "Aquellos que se ocupan en la obra de casa en casa hallarán oportunidades para servir de muchas maneras" Los resultados de esta estrategia los prueba el libro de Hechos de los Apóstoles, el cual describe la implementación, a cargo de los discípulos, de las técnicas de visitación propuestas por Jesús.
Muchos de los nuevos miembros dejan la iglesia porque no existe un plan de visitación en la iglesia local. Mark Finley afirma que "para los nuevos miembros, la visitación es un asunto vital para integrarlos en la vida de la iglesia. El nuevo miembro puede estar doctrinalmente convencido, pero no integrado socialmente en la iglesia".
Los nuevos miembros deberían ser visitados después del bautismo con la misma secuencia con que fueron visitados antes de su decisión. Respecto a ta tarea, Elena White afirma que "no deben ser dejados presos a las más poderosas tentaciones de Satanás; ellos necesitan ser instruidos con relación a sus deberes, ser bondadosamente tratados, inducidos y visitados para orar con ellos"
W. Arn recomienda que cinco de cada cien personas que asisten al culto de adoración deberían dedicarse a la visitación" Si esto es funcional, una visitación temática ayudará sustancialmente al crecimiento del nuevo miembro.
Liderazgo y formación de hábitos espirituales
Al iniciar su vida espiritual, toda persona afronta sus hábitos adquiridos, sean estos buenos o malos. C. S. Lewis explora la importancia del crecimiento espiritual en su libro Screw-tape Letters diciendo: "Todos los hábitos del hombre, tanto mentales como físicos, aún están en su favor" La sugerencia de este autor es profunda.
Generalmente, los hábitos adquiridos no cambian en el momento en que una persona es bautizada, pues la tendencia del corazón humano es repetir los viejos hábitos, especialmente aquellos de naturaleza pecaminosa. El escritor ruso Dostoievsky dice que "la segunda mitad de la vida de un hombre está hecha de hábitos que él adquiere en la primera". Una manera de remediar esta situación es animar a los os conversos, desde el inicio, a cultivar prácticas esenciales para desarrollo espiritual.
Cindy Tutch reconoce que "el mundo de hoy es más receptivo que nunca al liderazgo espiritual"
Ella considera que los líderes capaces de transmitir hábitos espirituales si ellos son espirituales
Campbell Morgan ha sugerido que "el principio antropológico del liderazgo es tener un buen testimonio. No tener esta cualidad, si que las personas rehusarán el evangelio" En efecto, el lider espiritual es un acto de exaltación a Jesús, en lugar de tener sola un comportamiento ético. Esta autora también aconseja a los diri en relación con la oración, factor especialmente relevante, y ad de manera repetida que Dios no puede prosperar a dirigente descuiden orar por sí mismos, por sus iglesias y por aquellos quienes tienen influencia.
Del mismo modo, el hábito de estudiar la Biblia es de vital importancia. Elena de White relaciona directamente el estudio de la Biblia con el desarrollo del carácter y con el correcto raciocinio. Los nuevos conversos, motivados por la dirigencia, deben adquirir estos y otros hábitos espirituales.
En la IASD, estos hábitos son conocidos convencionalmente como el año bíblico, la devoción personal, el culto familiar, la oración personal, el ayuno y el estudio de los materiales para la escuela sabática, entre otros. El líder puede, además, proveer a los nuevos creyentes material de lectura relacionado con estas actividades, hasta que ellos puedan cambiar sus hábitos pasados por otros nuevos. Esta obra es un proceso que puede llevar algún tiempo, sin embargo, producirá sostenibilidad en el nuevo miembro como discípulo.
Liderazgo Visionario y capacitador
Una de las cualidades del liderazgo cristiano debe ser la de poseer ma visión creativa para asimilar a los nuevos miembros que llegan a la iglesia. Según los estudio realizados por Daniel Rode,' las iglesias que crecen en el discipulado tienen líderes catalizadores y visionarios. egún este autor, ellos son optimistas, concentran y dirigen las tividades de la iglesia en la dirección de la visión de Dios. Además son arsonas que tienen la capacidad de generar entusiasmo, son agentes de cambio con un don especial para vislumbrar las necesidades de la iglesia y de la comunidad. Esto quiere decir que pueden utilizar los nes con los que cuenta la iglesia para implementar ministerios adecuados para ella y para la comunidad que la rodea.
Para un líder visionario, todos los miembros son importantes y están integrados para concretar el propósito y la visión de Dios. Por lo tanto, a partir de esta visión organiza ministerios y dirige seminarios de capacitación para el crecimiento espiritual de los nuevos miembros.
De acuerdo a J. Maxwell, "el líder es grande, no por su poder, sino por su habilidad de hacer surgir a otros. La principal responsabilidad de un líder es capacitar a otros para hacer el trabajo.
D. McGavran y G. Hunter afirmaron que "entrenar es un proceso que incluye: motivar, establecer metas, instruir, exhortar, fortalecer convicciones, aprovechar informaciones sociológicas, practicar, retroalimentar y mejorar…. con el propósito de buscar y salvar a los perdidos"2 Por ello, entrenar a los nuevos miembros en las actividades de testificación no es opcional, sino una parte esencial del proceso efectivo de hacer discípulos. Allen Hadidian afirma que "se deben utilizar tres procesos para hacer trabajar a los miembros nuevos:
Enseñar, entrenar y transformar" 3
Si los nuevos miembros son capacitados, entrenados y transformados, se tendrá la seguridad de que están formándose como discípulos. En realidad, en la iglesia, la formación de los miembros para el liderazgo es el mayor reto de la dirigencia. Esta es la convicción de Christian Schwartz: "líderes de iglesias crecientes se concentran en habilitar a otros para el ministerio cristiano".
Los estudios revelan que "entre el 30% y 65% de los miembros de una iglesia local están dispuestos a servir a sus respectivas comunidades en algún tipo de servicio voluntario". Douglas Johnson explora las motivaciones, las ambiciones y las necesidades particulares de estas personas y llega a la conclusión de que "los nuevos voluntarios son motivados, no por recompensas monetarias, sino por recompensas espirituales".
Norman Shawchuck y Roger Hauser tienen razón cuando afirman que "el liderazgo consiste en el equilibrio entre lo que significa "hacer" ministerio y "ser" " un hombre de Dios"
Un balance entre ambos producirá crecimiento espiritual en los nuevos miembros de iglesia.
Liderazgo y confianza influyente
John C. Maxwell preguntó: ¿qué tan importante es la confianza en un líder? Y su respuesta fue:
"Es lo más importante. Es el fundamento del liderazgo... los líderes no pueden romper la confianza y seguir influyendo en la gente" Si los nuevos miembros de iglesia perciben un líder digno de su confianza, los resultados serán una buena relación y comunicación entre el grupo y el líder.
Desde luego, para ganar la confianza del grupo, "el líder debe ser ejemplo en las cualidades de aptitud, conexión y carácter". Esto quiere decir que las personas no confiarán en un líder con fallas de carácter, porque el carácter hace posible la confianza y la confianza posibilita el liderazgo. Aunque los nuevos conversos expresaron su profesión de fe, aún tienen una experiencia cristiana imperfecta de conversión y necesitan dirección. Debido a la fragilidad espiritual propia de los recién bautizados -tienen que lidiar con el esquema mental de su vida anterior-, necesitan un líder que inspire confianza.
Por lo tanto, la dirigencia en la iglesia necesita ser paciente y accesible. Se necesita que el líder, al dar confianza, inspire entusiasmo y muestre cómo se logra el crecimiento espiritual. De esta forma, podrá manifestar en forma práctica -a través de su ejemplo- la seguridad en las promesas de Dios prescritas en la Biblia.
De acuerdo a Godwing, "entender las diferentes reacciones al evangelio es importante para el líder. Pero también es importante adquirir sensibilidad y paciencia para con los nuevos miembros para no exigir de ellos actitudes y comportamientos propios de los miembros maduros". En este sentido, el hecho de brindar confianza también contribuye a una relación constructiva en favor de los recién convertidos; el trato amable, respetuoso y paciente deriva de la confianza.
Liderazgo y Predicación Biblica
La predicación en la iglesia está administrada por los lideres, hay que tomar en cuenta que cuando los mensajes no tienen consistencia bíblica, la feligresía sufre desnutrición espiritual. En lo que se refiere a la nueva generación de esta generalmente llega con grandes expectativas y un inmenso deseo de escuchar buenos sermones, es como "el rebaño en busca de pasto fresco"; otras veces está obsesionada con el predicador que impactó su vida. Si estas expectativas no son satisfechas, lo más probable es que se tenga que lamentar su deserción.
Al parecer, los miembros de las iglesias de Pérgamo (Apocalipsis 2:14), Tiatira (Apocalipsis 2:20) y Sardis (Apocalipsis 3:3) registrados en el libro de Apocalipsis sufrían desnutrición espiritual. Aunque habían recibido el mensaje, no habían recibido un alimento sólido para alcanzar la madurez cristiana.(Hebreos 5:14).
Al escribir sobre la perfección de los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, Pablo advierte: "no seamos niños fluctuantes, llevados por todo viento de doctrina... sino crezcamos en todo.." (Efesios 4:14-15). Del mismo modo, los nuevos miembros necesitan nutrirse progresivamente de alimento sólido, es decir, de mensajes bíblicos y cristo céntricos cuyo contenido afecte la vida de la persona, generando esperanza y seguridad en Cristo.
Emilio Abdala ha escrito lo siguiente: "Afirme a los nuevos miembros, predicando la palabra de Dios y no sólo mostrando una variedad de figuras en power point, acompañadas de una serie de anécdotas e historias". Con el fin de alcanzar con una predicación sólida, el mismo autor dice: "Predique antes y después todo el sistema de doctrinas que están en el contexto de los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14 y no reteniendo ningún punto por temor al rechazo de las mismas"? Para los nuevos feligreses, los líderes responsables de su nutrición son los pastores, los ancianos y otros dirigentes que suministran el mensaje salvador de Cristo.
Liderazgo y Servicio
Una de las características del liderazgo de la iglesia primitiva era el servicio, un servicio al prójimo motivado por el amor a Dios. Este modelo de liderazgo servicial había sido presentado por Jesús a sus discípulos. Jesús es el líder por excelencia; su estilo y la forma de su liderazgo se distinguen por el uso de la palabra "siervo". En cada uno de los evangelios sinópticos se hace un contraste entre los que gobiernan las naciones y el modelo de siervo que plantea el Salvador.
La declaración de Marcos tiene esta visión cuando afirma los siguientes términos:
"Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos, porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos (Marcos 10:42-45).
El concepto mundano del éxito, la grandeza y el poder no concordaban con la percepción de Jesús sobre el liderazgo. Él dijo: "Los grandes se enseñorean... y ejercen autoridad sobre ellos... pero entre vosotros no será así." (Marcos 10:42-45). En consecuencia, el servicio es la medida del liderazgo cristiano.
Del mismo modo, Pedro presenta el estilo del Líder siervo al afirmar: "Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto, no como teniendo señorío sobre los que están bajo nuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey" (1 Pedro 5:2-3). Este es el sentido del liderazgo. La condición de siervo no es servil. El servilismo es degradante, es sujeción que priva de la libertad de elegir. La acción del líder-siervo es una acción voluntaria al servicio de los demás, sensible a las necesidades del grupo y que alienta la seguridad de la salvación en Cristo.
Las conclusiones encontradas por Robert Dale sobre el líder-siervo revelan que "los líderes servidores dirigen a base de relaciones personales y no por coerción. Mantienen el contacto y su preocupación por sus seguidores. Guían a la gente en vez de empujarla o presionarla.
"La autoridad del liderazgo pastoral se gana no por la posición, sino por la postura de servicio" (1 Pedro 5:2-3). En efecto, los líderes servidores no buscan posiciones, sino crecer y hacer crecer a los demás.
Las personas que llegan a convertirse requieren líderes que no sean egoístas, sino servidores motivados por el amor cristiano. Líderes quee les ayuden a desarrollarse en algún ministerio y a descubrir sus dones espirituales para el servicio del cuerpo de Cristo (Efesios 4:11-13), to constituye la calidad en el servicio. Un servicio de calidad convierte estado de ánimo en compromiso y satisface las expectativas del nuevo miembro.
Finalmente, no existe el discipulado fácil e instantáneo, o a corto plazo. Una persona, para garantizar su permanencia como discípulo es afectada por tres factores. El factor evangelístico que coloca los primeros fundamentos del evangelio, el factor eclesiástico que provee una adecuada integración y compromiso con la comunidad y el factor liderazgo que sustenta por su influencia hasta que el miembro haya desarrollado el hábito de ser discípulo permanente de Jesús en espera de la salvación.
4. IMPLICACIONES DE PERMANENCIA
En la gran comisión se ha establecido que "un discípulo es un cristiano maduro que es capaz de reproducirse" La calidad del desarrollo cristiano, como en todo proceso, está asociada con el campo. En la Biblia existen eventos ilustrativos de este proceso-tiempo. Por ejemplo, se dice que "el reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra... la semilla brota y crece sin que él sepa cómo porque de suyo lleva fruto la tierra: primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga" (Marcos 4:26-28).3 El producto será visible al final del tiempo establecido para la cosecha por la calidad deI fruto.
Otro ejemplo importante es el discipulado de Jesús con sus seguidores: él invirtió tres años y medio para entrenarlos y prepararlos para el ministerio, tiempo que además fue empleado para establecerlos como discipuladores responsables que posibilitaran su propia permanencia en la iglesia por el resto de sus vidas, logrando que sus seguidores manifestaran las mismas características.
El otro aspecto implicado es la atención y el cuidado del nuevo miembro. Waylon Moore propone como importante "empezar el trabajo del discipulado dentro de las primeras cuarenta y ocho después de su profesión de fe" Otros estudios recomiendan "contacto con los nuevos miembros debe ocurrir semanal durante tres meses para confirmarlos en la iglesia". W. Arn dice que "los primeros seis meses son cruciales. Si los miembros nuevos lograron integrarse dentro del período de los primeros seis m podrían fácilmente salir por la puerta de atrás" Esta propuesta corroborada por M. Finley, quien afirma que "la mayor parte de la gente deja la iglesia en los primeros seis meses por la crisis de desánimo y falta de integración".
Lo ideal es planificar el tiempo de confirmación y seguimiento para que los nuevos miembros lleguen a la madurez espiritual permanente. El estudio realizado por Arn encontró además que entre el 75% al 80% de los miembros que salen de la iglesia, lo hacen en el primer año después de su bautismo"," y Robert Jeamby encontró que la mitad de los nuevos miembros se perdieron en los dos años que siguieron a su ingreso".
Una iglesia responsable debe ser capaz de evaluar el estado de los nuevos miembros en términos del tiempo propuesto por W. Arn, que dice: "el crecimiento de la iglesia debe ser medible en términos de uno cinco años, crecimiento que se retroalimenta a sí mismo en la formación de nuevos discípulos"
Esto implica evaluar la permanencia de los nuevos miembros en el primer año, luego a los cinco años y, posteriormente, a los diez años.
En realidad, esto significa el desarrollo natural, desde la decisión inicial hasta la consolidación de un miembro maduro, como un proceso en el tiempo. Sin embargo, si la iglesia ve la decisión del creyente de unirse a la denominación como un fin y no como el inicio de un proceso, se verá con miembros que tal vez no lleguen a permanecer en la iglesia.
¿Qué debería tomar en cuenta una estrategia para hacer discípulos responsables, a fin de eludir los obstáculos que existen en casi todos los métodos evangelísticos? La respuesta es simple: la estrategia debería fomentar una relación y convivencia genuina entre los miembros de iglesia y el nuevo convertido, por cuanto cada bautizado es un discípulo potencial. Esto quiere decir que se debería procurar que el nuevo miembro se involucre en varios grupos apropiados y en los programas de la iglesia donde pueda lograr nuevas amistades. Cuanto más conectado pueda estar un recién convertido a la persona de Cristo a través de su pueblo, tanto más completa será su comprensión de la persona y amor del Salvador. También es necesario atender oportunamente las crisis que pasa el recién convertido, tal como fue expuesto en la primera parte.
CONCLUSIÓN
Choque, luego de realizar su estudio llega a siete conclusiones que ayudaron a los miembros de iglesia a permanecer fieles en el seno de la IASD si:
1) Nacieron en un hogar adventista;
2) Iniciaron el conocimiento de la fe al estudiar la Biblia con un familiar, un amigo o algún miembro de la Iglesia;
3) Practicaron las doctrinas bíblicas antes del compromiso del bautismo;
4) Han hecho una decisión consciente, concertada y voluntaria para su bautismo;
5) Tienen un alto sentido de identidad y permanencia con su iglesia y la seguridad que la IASD es verdadera bíblica y profética;
6) Se involucraron luego de su bautismo en alguna de las responsabilidades de liderazgo local;
7) Practicaron regularmente hábitos de oración y estudio personal de la Biblia.
https://www.biblia.work/sermones/si-su-iglesia-puede-cerrar-la-puerta-de-atras/
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