"Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti." Isaías 60:1
Surgen varias preguntas sobre cómo desenvolver un ministerio fructífero con nuestras hermanas:
¿Cómo puedo conectarme con las mujeres a mi alrededor?
¿Cómo puedo estructurar un plan que funcione?
¿Cómo incluir a todas las mujeres en este ministerio?
¿Cómo puedo atender las necesidades de las mujeres de la iglesia y de la comunidad?
¿Cómo movilizar y motivar a las mujeres para servir?
¿Cuáles son los componentes de un plan saludable para las mujeres?
¿Cómo ayudar a las mujeres a comenzar a crecer?
A la vez, existen muchas necesidades:
Precisamos mejorar:
- Nuestras amistades y relaciones
- Nuestro Coraje y Valor
Precisamos avanzar en nuestro crecimiento espiritual
- En la gracia
- En la adoración y la alabanza
- En nuestra paz
- En la Oración
Precisamos Reavivamiento y Restauración sobre:
- La Depresión
- Los Miedos
- El Perdón
- La Gratitud
- El Dolor y el luto
- La Culpa
Precisamos promover una vida saludable y abundante:
- En tiempos Difíciles
- Nuestra Autoestima
Debemos entender problemas que pasan las mujeres en el mundo:
1. Abuso y Violencia
2. Pobreza
3. Salud
4. Carga de Trabajo
5. Educación
6. Analfabetismo.
¿Qué puede hacer una mujer?
- Una mujer puede conducir a las personas diariamente más cerca de Dios.
- Una mujer puede orar por su prójimo.
- Una mujer puede mantener conversaciones que hagan la diferencia.
- Una mujer puede lograr un impacto eterno en el lugar que trabaja.
- Una mujer puede alcanzar a las personas alrededor del mundo.
- Una mujer puede invertir tiempo, talentos y tesoros.
- Una mujer puede movilizar a otros.
- Una mujer todo lo puede en Cristo que la fortalece.
Sin duda alguna, una mujer en las manos de Señor puede hacer grandes cosas para el reino de Dios. Y uno de los grandes dones dados al sexo femenino es que tiene la capacidad de unir. Sí, la mujer es el elemento que une una familia.
De igual modo, toda mujer se esfuerza y esmera en hacer que su casa sea atractiva y acogedora, un lugar donde reine el espíritu del cielo, por ello su importancia en la iglesia: Si la iglesia es unida, con certeza es gracias al trabajo de las mujeres y a la búsqueda de tener una iglesia receptiva y hospitalaria.
Veamos como podemos tener una iglesia receptiva y acogedora:
Las cuatro A:
Abrazar
Es promover el bienestar del otro cuando manifiestas actitudes que hacen que el otro se sienta bien recibido. En la iglesia puede acercarse con una sonrisa, saludar con alegría y darle la bienvenida a la casa del Padre. Decir su nombre y preguntar el nombre de la persona; desear saber de dónde viene y cómo está. Ponerse a disposición de lo que necesite; ser la extensión del abrazo y la sonrisa del Señor
Acompañar
No somos islas. Solos no somos suficientes. Nos necesitamos unos a otros. Quien desconoce la necesidad de su hermano o deja de atenderla no cumple el propósito de su vida que es: servir. Dios amó tanto al mundo que dio a su hijo. Jesús te ama y dio su vida por ti. Y tú ¿A quién amas? ¿A quién sirves?
Si amas a Dios y te amas a ti mismo; entonces, servirás a tu prójimo. ¿Qué tal comenzar a servir a las visitas?
Puedes realizar cosas sencillas como acompañar una persona, invitarla a la próxima reunión, verifica si desea estudiar la Biblia o recibir oraciones intercesoras. Pídele su teléfono y llámala durante la semana para compartir amistad; acompañe a su nueva amiga hacia la puerta de la iglesia, al final del culto y tan pronto como sea posible invítala para una nueva programación en tu iglesia y ¿por qué no un almuerzo en casa?
Amar es demostrar interés, es un estilo de vida y esta es nuestra misión.
Amar
"El que no ama no conoce a Dios porque Dios es amor." 1 Juan 4:8
Muestra que el amor es real en ti. Para mirar a los otros con los ojos del amor del Padre. Mira con simpatía sin hacer ningún tipo de discriminación y hable solo cosas buenas de sus hermanos.
Atender
El cuidado es el amor en acción. Quien ama cuida y cuidar es estar atento a las necesidades. Dios te cuida con amor eterno y espera que tú hagas lo mismo por las personas que están a tu alrededor. EN la iglesia puedes cuidar atendiendo con cariño a las personas que nos visitan. Compartiendo la Biblia y la lección de Escuela Sabática. Ayudando a encontrar los textos Bíblicos; proporcionando informaciones si las necesita; explicando la ceremonia, presentando a las personas, prestando ayuda si la persona tiene un niño para que pueda entender mejor la palabra, tratando de saber si la persona está atravesando por alguna situación por la que se pueda orar, respetando el deseo del invitado.
Sin duda, amar es mucho más que un sentimiento, es una actitud y esta es nuestra misión.
Más también toda mujer puede participar mostrando su pasión por la Misión.
Mujeres Integradas llevando Esperanza - MIEL
En cierta ocasión Jesús invitó a sus discípulos a una travesía desafiante.
El Texto Bíblico nos dice en Juan 4:4
"Era necesario pasar por Samaria"
La primera pregunta que podían haber hecho los discípulos era: ¿Qué vamos a hacer en Samaria?
Sin embargo, Jesús, se interna en el corazón de Samaria y llega a una pequeña localidad llamada Sicar. ¿Qué veía Jesús en ese territorio estéril?
En realidad, tan profunda era su anhelo de salvar, que cambia la comida del medio día por el encuentro con una mujer "despreciable".
En este desierto los discípulos no veían absolutamente nada, pero Jesús es movido por una pasión, que para ellos era incomprensible. Jesús, entonces tuvo un encuentro cuyo caso, humanamente hablando, estaba perdido, la mujer samaritana.
Jesús, sin embargo, vio en ella no solo una candidata al reino de los cielos, sino una "cabeza de playa" a través de la cual podía desembarcar en toda esa comunidad.
La pregunta crucial es la siguiente ¿Por qué Jesús vio lo que los discípulos no vieron?
Simplemente por una sencilla razón: Porque nuestra pasión determina nuestra visión.
Jesús estaba tan deseoso de salvar a las personas que para él esto era su "comida" hacer la voluntad de Dios y terminar su obra es la pasión que consume su corazón.
Esto es simple:
- Cuando un carpintero ve madera ¿Qué ve?: Muebles
- Cuando un Panadero ve harina ¿Qué ve?: Pan
- Cuando un ingeniero mira un río ¿Qué ve?: Un Puente
- Cuando un pescador ve un lago ¿Qué ve?: Pescados
Cuando Jesús mira a las personas, incluso las desahuciadas y perdidas, ve en ellas un candidato para el reino de los cielos.
Precisamos tener la mirada de Jesús, la misma pasión, una mirada llena de ComPasión.
Y tu, querida, cuando miras a las personas ¿Qué ves?
Jesús te invita a levantar la vista y mirar como él mira. Nuestro gran desafío consiste en pedirle al Señor que nos de un corazón apasionado por él y por su reino.
Que el amor de Cristo enternezca de tal manera nuestro corazón que nuestra comida sea terminar su obra- hacer la voluntad del Padre - Juan 4:34.
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