domingo, 10 de diciembre de 2023

La salvación desde la perspectiva del santuario

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Noél Guachalla

La Palabra de Dios revela un conjunto de acciones que Dios realiza para salvar al ser humano.  La salvación no se limita a una acción, sino a un conjunto de acciones, planteadas y planificadas por la Deidad (1 Pedro 1:20). 
Este conjunto de acciones, varía, incluye: justificación, santificación y glorificación.  Sin embargo, es recomendable entenderlas desde la perspectiva del santuario y del conflicto cósmico.  Veamos cada una de ellas: 

I. Justificación por la fe. 
 
1. Desde que el ser humano pecó, quedó destituido de la gloria de Dios (Romanos 3:10-18).  
2. Sin embargo, Dios llama al pecador para perdonarlo (Hechos 2:38), imputarle la justicia de Cristo (Romanos 5:6-11; Efesios 2:13) y, luego, declararlo "justo" (Romanos 5:17; 19-20; Zacarías 3:1-5; Lucas 19:10-14) 
"Cuando Dios perdona al pecador, le remite el castigo que merece, y lo trata como si nunca hubiera pecado, lo recibe en el favor divino y lo  justifica por los méritos de la justicia de Cristo.  El pecador solo puede ser justificado por la fe en la expiación efectuada por el amado Hijo de Dios que se convirtió en sacrificio por los pecados del mundo culpable." (1MS, 389-392). 
3. Para ser declarado justo, se le tuvo  que haber purificado de sus pecados, y esto es gracias a la sangre de Cristo en la cruz. (Romanos 5:19-20). 
4. Para ser justificado, se necesita tener fe (Romanos 1:16-17).  El nuevo creyente recibe el Espíritu Santo (Hechos 2:38). 
5. En el encuentro de Zaqueo y Jesús, el manifiesto: "Hoy ha llegado la Salvación a esta casa" (Lucas 19:9), por tanto,  necesito hoy aceptar a Jesús como mi Salvador.

II. Santificación.  

1. Al recién justificado, le toca vivir como justo. Como a todo creyente, se le invita a tener buenas obras (Efesios 2:10);  y no seguir bajo el dominio del pecado (Romanos 6:1-4).  
2. La salvación influye positivamente en el estilo de vida del creyente, porque ahora es "nueva criatura" (2 Corintios 5:17).  
3. Que crece continuamente en el conocimiento y en el amor de Dios (2 Pedro 3:14,18). 
4. A través de su lealtad y obediencia a la ley, activamente su amor al Creador (Juan 14:15).  Esto no quiere decir que jamás pecará;  pero, sí se sabe que, al momento de caer, Dios estará dispuesto a perdonarlo desde el santuario celestial (Hebreos 4:16; 1 Juan 2:1). 
5. Dicho de otro modo, la santificación es el nuevo estilo de vida del recién justificado.  
6. Debo ir todas las mañanas a la presencia de Dios y ser bautizado por el Espíritu Santo diariamente.  

III.  Glorificación  

1. Se podría decir que es la última etapa de la salvación.  
2. Esta se revelará cuando Cristo retorne por segunda vez, nos transforme (1 Tesalonicenses 4:13-18), y nos hagamos morar con El por la eternidad.  
3. Aquellos que serán glorificados (1 Pedro 5:14), serán los que hayan permanecido con la justicia de Cristo. 
4. Aplicación. El hijo de Dios es llamado a experimentar la salvación, por medio de una comunión diaria con Cristo. Al recibir la influencia del Espíritu Santo, cada uno se prepara para la segunda venida. 

IV. La salvación desde la perspectiva del santuario 

1. Cada creyente, si desea conocer la salvación, necesita saber los elementos básicos del santuario. De lo contrario tendrá un pensamiento parcial de Cristo y sus acciones redentoras.  
2. Las etapas que hemos estudiado, que son la justificación, santificación y glorificación, deben entenderse a través de los ritos y elementos del santuario terrenal.  
3. Por ejemplo, el hebreo era justificado diariamente, porque acudía al santuario terrenal con una ofrenda.  Esta se convertía en su sustituto al momento del degollamiento (Levítico 4:15). 
4. Al degollar la ofrenda e imponer las manos sobre su cabeza (Levítico 4:24), los pecados de aquel hebreo se transfieren a la sangre de la ofrenda, y así la sangre quedaba contaminada.  
5. Después del sacrificio, el sacerdote ingresó con la sangre contaminada al santuario, la vertía siete veces en la velocidad e intercedía por el pecador (Levítico 4:6, 17).  
6. Así, el pecado quedaba en el santuario (por medio de la sangre contaminada), y el creyente retornaba a su casa "justificado".  
7. Ahora, ¿el recién justificado regresaba a casa a seguir pecando?  De ninguna manera.  Recordemos que los diez mandamientos estaban guardados en el arco del pacto (Deuteronomio 10:2).  La ley no solo era la base para toda clase de juicio, sino que era el elemento recordatorio para cada recién justificado.  Aquella ley requirió ser cumplida por amor al Creador y al prójimo.  
8. Por supuesto, si el creyente se equivocaba, el sacerdote intercedía por él en el lugar santo.  Esto sucedía diariamente.  
9. Finalmente, los judíos participaban del día de expiación, que prefiguraba la expiación cósmica (Levítico 16), iniciada en 1844 DC.  Este día prefiguraba también, la glorificación que experimentaremos en el futuro.  
10. Con esto, vemos que los judíos entienden la "justificación" en los actos de "sacrificio" de la ofrenda, la transferencia del pecado al santuario y la declaración de Dios. Todo era por fe 
11. La santificación  se entendía mejor dentro del santuario, por medio de la intercesión del sacerdote y la observancia de los diez mandamientos. De hecho, sin dejar de lado la mano de obra del Espíritu Santo, representado por el candelabro. 
12. Por supuesto, la glorificación se comprendía en el lugar santísimo, con  el cual, cuando se realizaba el día de expiación, a los judíos se les venía en mente la "Nueva creación de Dios". 

V. Cristo en su Santuario

1. El altar de sacrificio, en el AT, representó a la cruz donde murió Jesucristo. 
2. El lugar santo simbolizó al lugar santo del santuario celestial, donde Cristo ministró desde el año 31 hasta 1844 DC. Su función, básicamente, fue de intercesión. 
3. En el lugar santísimo, desde 1844 DC, Jesús opera el juicio investigador y salva al creyente hoy. 
4. En la actualidad, cuando el creyente peca, debe acudir al sumo sacerdote Jesucristo, para que Él interceda.  Luego Dios lo perdona y lo declara “justo”, como si nunca hubiera pecado. 
5. Al ser justificado, es llamado a perseverar, guardar los diez mandamientos y tener fe en la voz profética (Apocalipsis 12:17; 14:12), mostrando así el nuevo estilo de vida en Cristo, como resultado de la obra del Espíritu Santo. 
6. Cuando Jesucristo deje el lugar santísimo, vendrá a la tierra y glorificará a todo aquel que haya permanecido con su justicia. 

Conclusión 

1. Si queremos  conocer a Cristo, debemos conocer el santuario.
2. La salvación solo se entiende desde la perspectiva del santuario (terrenal y Celestial).
3. La salvación incluye una serie de acciones, a saber, la "justificación", la "santificación" y la "glorificación"; todo esto, a la luz de la doctrina del santuario.

Mi Decisión.
Reconozco que soy pecador, solo Cristo me puede salvar, hoy anhelo experimentar el nuevo nacimiento.

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