Alguien ha dicho que existen tres componentes para tener éxito en una serie de evangelismo. El primero es la visitación. El segundo es la visitación y el tercero... la visitación. No existen dudas de que este es un aspecto muy importante del evangelismo. El éxito de muchas campañas está directamente ligado a la proporción de las visitas realizadas. La predicación de la Palabra puede ser excelente pero, si no es seguida por una visitación cuidadosa, la predicación no tendrá éxito.
Para algunos evangelistas sin experiencia, predicar puede parecer fascinante, mientras que la visitación es la parte difícil del trabajo. Sin embargo, no estamos buscando el camino fácil, pues Dios nos llama a alcanzar personas para su Reino, y eso significa tanto predicar un mensaje claro como visitar personas.
Existen dos abordajes básicos para la visitación. Uno de ellos utiliza una fuerte persuasión para convencer a las personas a seguir la verdad, mientras que el otro es mucho más gentil y amigable. La elección del abordaje está determinada por la clase de predicación evangelizadora. Si el evangelista es fuerte en el púlpito, y hace llamados definidos para seguir la verdad, las visitas pueden ser más limitadas. Por otro lado, si el evangelista no hace llamados fuertes y claros en el púlpito, entonces será necesario que se hagan llamados personales y más fuertes en los hogares. Un evangelista no puede hacer fuertes llamados en el púlpito y también fuertes llamados personales. De la misma forma, no puede hacer llamados débiles en el púlpito y llamados débiles personalmente. Los evangelistas tienen que escoger el estilo que mejor los favorezca. Enfatizo en este libro fuertes llamados en el púlpito y llamados personales más suaves.
Algunos evangelistas hacen claras presentaciones bíblicas. Otros, pueden no dar explicaciones detalladas. Cuando esto sucede, se deben dar estudios bíblicos en los hogares, además de la visita. Por otro lado, cuando las presentaciones bíblicas son claras, no son necesarios los estudios bíblicos en las casas. Por lo tanto, la visitación está fundamentada en la manera en que la persona responde a los mensajes en las reuniones.
Como siempre, Elena White tiene mucho para decir acerca de la importancia de la visitación durante las conferencias de evangelismo. En realidad, siempre que ella aconseja a los pastores hacer visitas, lo hace en el contexto de las visitas evangelísticas. Algunos han intentado usar sus consejos para aplicarlos a la visitación pastoral pero, en verdad, ella nunca los aplicó a esa área. Eso es porque, en la época en que ella vivió, la Iglesia Adventista no poseía pastores distritales. Cuando ella habla acerca de los pastores que visitan a su rebaño, se estaba refiriendo al rebaño evangelístico.
“Allegaos a la gente, dondequiera que se halle, por medio de la obra personal. Relacionaos con ella. Esta obra no puede verificarse por apoderado. El dinero prestado o dado no puede hacerla, como tampoco los sermones predicados desde el púlpito. La enseñanza de las Escrituras en las familias es la obra del evangelista, y ha de ir unida a la predicación. Si se llega a omitir, la predicación fracasará en extenso grado” (Ev, 323).
“Durante años se me ha mostrado que el trabajo de casa en casa es el que hará que la predicación de la Palabra tenga éxito. Si los interesados no son visitados por nuestros obreros, otros ministros van en pos de ellos y los confunden citando falsamente las Escrituras y distorsionándolas. Esta gente no está familiarizada con la Palabra; piensa que sus ministros deben ser hombres veraces y sin prejuicios, y abandonan sus convicciones. Pero si nuestros obreros pudiesen visitar a esos simpatizantes para explicarles más plenamente la Palabra de verdad, para revelarles la verdad en contraste con el error, estos se afirmarían” (Ev , 317, 318).
“Si se sermoneara la mitad de lo que ahora se hace, y se duplicara la cantidad de trabajo personal dedicado a las almas en sus hogares y en las congregaciones, se vería un resultado que sería sorprendente” (Ev, 316).
“Cuando se descuida la obra personal, se pierden muchas oportunidades preciosas, que, si se aprovechasen, harían progresar decididamente la obra. [...] Las almas perecen por falta de trabajo personal. [...] Esta labor de casa en casa, para buscar a las almas, para recoger a las almas perdidas, es la obra más esencial que pueda realizarse” (Ev, 317).
Estos pasajes de Elena de White indican claramente que la visita personal es de extrema importancia. Puede cometer errores en otras áreas, pero no puede descuidar la visitación pues, si así lo hace, habrá muchas personas que no tomarán la decisión en favor de la verdad de Dios. Es una sagrada y solemne responsabilidad representar a Dios en las casas de las personas.
Al comienzo de mi ministerio, no había recibido ningún entrenamiento de visitación evangelística. Sabía que debía visitar, y visité, pero no lo hice de manera inteligente. No era una tarea con un propósito, solo visitaba. Hice varios amigos, pero tenía miedo de hacer preguntas específicas sobre lo que estaban escuchando en las reuniones. El resultado fue bien escaso o nulo. Más tarde, realicé conferencias con un evangelista de experiencia, y lo observé haciendo visitas. Terminamos bautizando muchas personas que venían a mis reuniones. Él visitaba de manera correcta y ayudaba a las personas a tomar decisiones por Cristo. Aprendí con él.
Hay algunos elementos esenciales en la ciencia de la visitación. Los pasos no son complicados, pero una vez aprendidos, el evangelista experimentará un nivel más elevado de éxito. En este capítulo, intentaré compartirlos.
Hace algunos años, las personas esperaban al pastor en su casa, por lo que no era difícil visitar. Actualmente, esta tarea ganó el mismo estatus que el de una visita médica. Aparecer en la puerta de alguien, sin avisar, puede ser considerado un acto descortés, y las personas se sentirán ofendidas, principalmente si es una visita larga. Hoy, en muchas localidades, es necesario marcar una cita con anticipación. Encontrará que hay personas que prefieren ir a su encuentro en el lugar donde se realiza el evangelismo, en lugar de recibirlo en casa. Otras personas preferirán encontrare en un restaurante. La visitación puede ser diferente hoy, pero incluso así debe ser realizada. En general, cuando más elevado sea el nivel de vida de la persona, más importante será marcar un horario por anticipado.En los vecindarios más humildes, no siempre está esa necesidad. El evangelista necesita conocer su campo de trabajo y qué procedimiento seguir.
¿Por qué visitar?
Hay tres razones para la visitación evangelística.
La primera es conseguir un público. Las personas necesitan ser invitadas a las reuniones. Los miembros de la iglesia deberían hacer la mayor parte de este trabajo, pero el evangelista puede considerar necesario hacerlo durante la primera semana de reuniones. Estas visitas acostumbran ser cortas, quizá en la puerta, sin entrar en la casa. Es solo para invitar a las reuniones. Es realizada para que las personas tengan un interés mayor en la iglesia.
La segunda razón es mantener el púbico. Durante la primera semana, descubrirá una serie de personas que irán a la primera noche y después no regresarán. Esas personas pueden ser visitadas en las primeras semanas. Estas visitas también son rápidas. Puede decirle a las personas que fue a llevarles el material que se perdieron, para que puedan estar al día con los temas. Si no hubiera nadie en casa, puede dejar el material con una nota. Muchas veces, puede convertir a una persona que fue solo una noche en una que asiste con regularidad a las reuniones.
Recuerde que las visitas son rápidas, en la puerta. Su trabajo es intentar construir un público asiduo. Una conferencia siempre atrae muchos curiosos que vienen una noche para ver de qué se trata, pero sin intención de volver otra vez. No piense que los ofenderá al visitarlos. En la peor de las hipótesis, no volverán, lo que ya es el caso, y entonces no estará perdiendo nada con visitarlos. Es claro que algunos solo regresarán si tienen ese contacto personal. Tiene todo para ganar y nada que perder.
La tercera razón es preparar a las personas para tomar una decisión. Muchos necesitan ser animados cuando están decidiéndose a seguir la Verdad, y una visita en la hora correcta los ayudará a tomar esa decisión. A veces, las personas tienen preguntas específicas y ellas no lo incomodarán en las reuniones para preguntar, pero esa duda les está im- pidiendo tomar una decisión. Visítelas en su casa, aclare la duda y hágalas tomar una decisión. Las decisiones quizá nunca se tomarían sin la visita en la casa. A veces, se consigue más en diez minutos de visita que en una hora de sermón.
Las personas raramente recuerdan todo lo que dijo en el sermón, y algunas veces hasta pueden no comprender lo que se dijo. Visitando, aclarará los malos entendidos. Otro aspecto positivo de la visitación es que las personas conocen mejor al evangelista, percibiendo que se los toma en cuenta. A partir del momento en que ven el reflejo de Jesús en la personalidad del evangelista, aceptarán mejor el mensaje que están escuchando. Es fácil permanecer distante, pero necesita acercarse al corazón de las personas con el fin de alcanzarlas para el Reino de Dios.
Las personas son alcanzadas individualmente, no en grupo. La conferencia que tiene un gran público es ideal para informar, pero es pobre en desarrollar relaciones entre las personas. Eso sucede mejor cuando va a la casa de ellas. Proporcionar un momento para compartir algunos alimentos luego de la reunión permitirá la construcción de relaciones con los otros miembros, pero esto no sustituye la visita en la casa.
Habilidades para la visitación
Hay algunas habilidades para la visitación. Una de las más importantes es aprender a ser un buen oyente. Dios nos dio dos oídos y una boca, pero muchas personas actúan como si tuvieran dos bocas y un oído. Necesitamos escuchar. La clave para la buena visitación es ser un buen oyente. Haga las preguntas correctas para hacer que las personas hablen y, entonces, escuche y aprenderá todo lo que necesita saber. Esto le permite decir las palabras correctas en el momento adecuado. Muchos evangelistas sin experiencia tienen miedo de hacer visitas, pues no saben qué decir, pero el elemento clave de la visitación no es hablar mucho, sino escuchar con atención lo que las personas tienen para decir.
Saber escuchar es el ingrediente principal para una visita evangelística de éxito. Una de las preguntas clave es: “¿Qué piensa sobre...?” o “¿Cómo se siente en relación con...?” Estas son preguntas abiertas, ideadas para que las personas hablen. Nunca haga preguntas cuyas respuestas pueden ser un simple “sí” o “no”. El propósito principal de la visitación es escuchar a las personas, a fin de que pueda evaluar la comprensión de los mensajes que están oyendo. Cuando sabe cómo se está relacionando con la verdad, entonces sabrá qué decir.
Cuando alguien le hace una pregunta, repita la pregunta a esa persona. Esto hace que sepan que usted está escuchando. Si no la comprendió, lo corregirán, y no dará una respuesta incorrecta. Nunca discuta con una persona cuando ella expresa una duda. Las visitas nunca discuten. Puede ganar la discusión, pero perder a la persona.
Después de verificar que la pregunta está correcta, respóndala rápidamente de manera sencilla. No use más que dos o tres pasajes para explicarla. Después, pregunte si la explicación pudo satisfacer sus dudas. La mayoría de las personas dirá que sí. Si todavía tuvieren preguntas, respóndalas de forma más completa y deje alguna literatura que explique el asunto. Muchas personas dedican demasiado tiempo a responder una pregunta, dándoles a las personas más de lo que necesitan. Eso entorpece, en lugar de ayudar. Algunas personas necesitarán explicaciones más detalladas; por otro lado, comience con un abordaje sencillo.
Otra tentación de los evangelistas inexpertos es dar informaciones sobre temas que todavía no han sido abordados. Necesita mantener la curiosidad de las personas y hacer que continúen yendo a los encuentros. Si responde las preguntas antes de que el tema sea abordado en las conferencias, no habrá necesidad de que las personas vayan a escucharlo hablar. A veces, las personas necesitan escuchar otros temas antes de que se responda la pregunta. Entonces, la regla es esta: No comparta temas que todavía no fueron abordados.
Conforme vaya visitando, comenzará rápidamente a ver señales de interés o desinterés. Esto no siempre queda claro al comienzo de las series o cuando la persona que visita no tiene experiencia. Los evangelistas terminan desarrollando un sexto sentido para saber cuán interesada está realmente la persona pero, cuando se está aprendiendo, es mejor no hacer suposiciones antes de tiempo. Una de las señales de interés genuino es el entusiasmo que una persona muestra en relación con las reuniones. Si la persona está encantada con las reuniones, en general es un buen indicador de interés genuino, principalmente si el entusiasmo continúa después de conocer la verdad sobre el sábado.
Algunas veces, las preguntas que las personas hacen indican que están listas para tomar una decisión. Cierta vez, fui a visitar a una familia mormona. Habían asistido con regularidad a las reuniones y reaccionaron bien a las verdades que estaban conociendo. Comenzaron a guardar el sábado, y sentía que debían tomar la decisión de unirse a la iglesia, pero estaba preocupado por la herencia mormona de ellos. En una visita, me preguntaron qué debían hacer en relación con su ropa interior.
Al principio, quedé espantado, pero enseguida recordé que los mormones tienen ropa interior sagrada que deben usar después de haber estado en el templo. Esa pregunta me dio la pauta de que estaban preparados para dejar el mormonismo y convertirse en adventistas.
Otro punto clave que determina el interés verdadero de una persona es observar los cambios que hicieron en su estilo de vida como resultado de lo que escucharon en las reuniones. Cierta vez, visité a una mujer después de haber presentado el mensaje sobre salud, y ella me contó que, cuando llegó a su casa luego de la reunión, sacó del refrigerador todos los productos de origen porcino y se los dio a su perro. Entonces, me preguntó si lo que había hecho estaba bien. Queda claro que ella demostró gran interés.
En otra oportunidad, había una joven pareja bien simpática que estaba asistiendo a las reuniones. Se sentaban en una fila de atrás todas las noches, y parecerían absorber todo el contenido. El pastor y yo estábamos muy contentos por esa pareja, sabiendo que sería un placer tenerlos en la iglesia. Entonces, presentamos el mensaje sobre salud. A la mañana siguiente, fuimos a visitarlos. Mientras avanzábamos por el camino, percibimos un fuerte olor a cerveza. Nos pareció, por las varias botellas de cerveza que vimos en la basura, que habían tenido una fiesta toda la noche. Quedamos bien desanimados cuando golpeamos la puerta.
La pareja nos atendió y pronto percibió la impresión causada. Entonces, nos explicaron. Contaron que, luego del encuentro, tiraron todas las bebidas alcohólicas, vertiéndolas en la alcantarilla. El pastor y yo quedamos muy felices. Hoy, esos jóvenes sirven al Señor en un ministerio integral.
¿De dónde consigue nombres para visitar? Si las reuniones están en su etapa inicial, puede visitar a las personas que firmaron el libro de visitas de la iglesia, o a las que están asistiendo a las clases de estudios bíblicos con el pastor. Estos nombres siempre son buenas posibilidades. Puede visitarlas con el pastor o con una persona que esté dándoles estudios bíblicos.
Una vez comenzadas las reuniones, sus hojas de inscripción y tarjetas de respuesta a los llamados le proveerán los nombres del público. Puede suceder que visite a una persona que pensó que había asistido solo una noche, cuando en verdad estaba asistiendo regularmente, pero no llenó su tarjeta todas las noches. A las personas, en general, les gustará su visita, y eso también las animará a llenar la tarjeta cada noche a fin de evitar su viaje para llevarles el material.
La visitación es importante. La visitación es necesaria. El éxito de su campaña dependerá de su habilidad en la visitación. Entonces, necesita dominar esa tarea lo más rápido posible. Este capítulo introdujo el tema y le dio algunas ideas básicas. El próximo capítulo examinará cada visita que hará durante una serie evangelística. Le ayudará a entender lo que necesita hacer en cada visita y a desarrollar las habilidades necesarias.
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