Fuimos llamados por Dios para una misión especial: Llevar la esperanza del pronto retorno de Cristo a todo el mundo. Este es nuestro certificado de nacimiento, registrado en Apocalipsis 10. Pero para cumplirla, necesitamos alcanzar a las personas donde ellas están. Ellas se encuentran cada vez más aglomeradas en las ciudades. Si por un lado, estos centros urbanos y metrópolis secularizan a las personas, por otro, facilitan nuestro acceso. Además de eso, viviendo en estos lugares ellas se quedan más carentes, inseguras, confundidas y solitarias, sumándonos más responsabilidad en presentar la verdad bíblica que salva, alimenta, acoge y trae esperanza. Hoy, ese es nuestro mayor desafío. "Jesús ama a las ciudades. Él las ama porque en ellas están las personas y Él ama a las personas".
No hay dudas de que existen corazones abiertos, en todos los lugares, que necesitan recibir el mensaje y debemos alcanzarlas. Ellas también están en la ciudades medianas, en las pequeñas villas y las comunidades rurales, pero especialmente en las grandes ciudades presentan desafíos y oportunidades sin precedentes. Necesitamos testificar a todos, sea en grandes o pequeños lugares, pero las regiones urbanas necesitan una atención especial.
Hace un poco más de un siglo, Elena White ya presentaba el desafío:
"¡Mirad las ciudades, y cuánto necesitan del evangelio! Durante más de veinte años, se me ha recordado la necesidad de obreros diligentes que trabajen entre las multitudes que pueblan las grandes ciudades. ¿Quién se preocupa por ellas? Algunos; pero poca es la atención que se ha dedicado a esta obra, si se piensa en las inmensas necesidades y en las innumerables oportunidades." 9TI, 80.
Está delante de nosotros el tiempo en que Dios está levantando la Iglesia Adventista del Séptimo día en todo el mundo para impactar los grandes centros urbanos. Es también nuestra oportunidad para ampliar el foco en las ciudades a través de un proyecto especial de evangelismo integrado que establezca acciones continuas y resultados permanentes. Así, unidos a la iglesia mundial podremos avanzar con osadía para que no haya más demora e veamos a Cristo volver en las nubes de los cielos. Finalmente, "Estamos en el tiempo de espera. Pero, este período no ha de usarse en una devoción abstracta. El esperar, velar, y ejercer una vigilancia activa han de combinarse." SC, 107.
La misión está en nuestras manos, las personas ya están reunidas en los grandes centros urbanos y las señales nos muestran que falta poco tiempo. ¿Por qué esperar? Para aquellos que poseen la gran esperanza el llamado es claro:
"En preparación para la venida de nuestro Señor, hemos de hacer una gran obra en las grandes ciudades. Tenemos que presentar un solemne testimonio en esos grandes centros." EUD, 121.
1. EL DESAFÍO DE UN MUNDO EN CAMBIO
Alrededor de 1880 la iglesia Adventista del séptimo día tuvo un fuerte énfasis en la ciudades. Por aquellos días había no muchos miembros. Había solo 1 adventista por cada 89,768 habitantes del mundo, pero con el inmenso desafío de cumplir la misión que Dios había colocado en nuestras manos. Para facilitar la comprensión de nuestra tarea, la Asociación General comenzó a publicar un informe anual sobre la misión en las ciudades, que duró de 1885 a 1889. En 1886 este informe presentaba 36 proyectos misioneros en desarrollo, que involucraban 102 obreros asalariados y 224 voluntarios.
Algunos años después, entre 1908 y 1910, Elena White renovó el énfasis en la conquista de las ciudades, insistiendo, de manera más clara, que la iglesia Adventista estaba descuidando esta misión. Pasaron 100 años desde entonces, sumando invitaciones, llamados, consejos y advertencias sobre este asunto y muchas cosas cambiaron. Cerca de 1900, el mundo apenas tenía 12 ciudades con más de 1 millón de habitantes, hoy son más de 400. 20 de ellas tienen una población mayor a 10 millones. Diariamente, cerca de 200 mil personas dejan el campo para ir a las ciudades; por eso, desde 2008 más de la mitad de la población está concentrada en regiones urbanas. En 2030 esa concentración debe alcanzar el 60% de la población mundial.
En América Latina la situación en más desafiadora: Mas de 70% de la población ya vive en áreas urbanas. Hasta el 2030 el número de habitantes en estas áreas va a crecer de 394 millones a 742 millones de personas. 79% de la población mundial estará viviendo en las metrópolis de los países en desarrollo, como los que tenemos en América del sur. Solo África Y Asia tendrán casi 7 de cada 10 habitantes urbanos del planeta. Esa realidad nos desafía.
En 1910 Elena White declaraba:
"No hay cambio en los mensajes que Dios ha enviado en el pasado. La obra en las ciudades es esencial para este tiempo. Cuando se trabajen las ciudades como Dios desea, el resultado será...un poderoso movimiento cual nunca se ha visto" (MC, 403)
Si esta era la obra esencial en aquellos días, ¿Cómo describiría ella hoy la realidad y las necesidades de los grandes centros de hoy?
Además de todos los consejos y llamados inspirados que nos desafían a prestar atención a las grandes concentraciones urbanas, Gary Krause presenta por lo menos tres razones básicas, para enfrentar esta realidad.
A. La Realidad de los Números. Estos claman muy fuerte. Por ejemplo, en Estocolmo, Suecia, 410 adventistas viven en medio de una población de 1, 25 millones de personas. En otras palabras son mas de 3000 habitantes por cada adventista. En Kolkata, India, existen 558 miembros para una población de 15 millones de habitantes. Eso representa 1 adventista por cada 26000 habitantes. En EEUU, 80% de la población vive en áreas urbanas, pero solo 1 de cada 3 de nuestras iglesias están en esas áreas.
En Pittsburgh, Pensilvania, una región metropolitana de 2,4 millones de habitantes, tenemos menos adventistas que los que teníamos en 1948. Si observamos la proporción de adventistas por habitante en el mundo, los datos de 2010 indican que tenemos 1 adventista por cada 405 habitantes. Si evaluamos esa situación, pero esta vez considerando los grandes centros urbanos, la proporción será de 953 adventistas por cada adventista.
B. El Contexto Urbano. En Muchos lugares del mundo, un pionero de misión global que realiza una campaña misionera, en una pequeña comunidad, reúne a casi toda la comunidad. Si intenta hacer lo mismo en Sao Paulo, tendrá que competir con teatros, cines, restaurantes, shopping, casas de espectáculos, clubes y varios lugares de diversión. Para muchas personas que viven en estas regiones, la iglesia es algo raro, como una reliquia de la antigüedad.
"En las ciudades de nuestros días, donde hay tantas cosas que atraen y agradan, las personas no pueden ser interesadas por medio de esfuerzos comunes. Los pastores señalados por Dios hallarán necesario poner a contribución esfuerzos extraordinarios a fin de cautivar la atención de las multitudes. Y cuando tengan éxito en la tarea de reunir una gran cantidad de personas, deben presentar mensajes de un carácter tan extraordinario que la gente sea despertada y amonestada. Deben hacer uso de todos los medios que puedan ingeniarse para hacer resaltar la verdad en forma clara y distinta." Ev, 125.
C. El Distanciamiento del Adventismo de las grandes ciudades. Mientras mucha gente vive en áreas urbanas, un gran número de iglesias e instituciones adventistas están localizadas lejos del campo misionero. En muchos casos, en las iglesias urbanas o centrales asisten personas que no viven en dichas zonas. Muchos de sus miembros se trasladan de zonas periféricas para poder asistir a sus reuniones. Lejos de su campo misionero la iglesia se separa de la realidad que precisa alcanzar. Pero el llamado es claro:
"Mi deber es decir que Dios está pidiendo con fervor que se realice una gran obra en las ciudades. Han de abrirse nuevos campos. Hombres que conocen el mensaje y que deben sentir las responsabilidades de la obra, han manifestado tan poca fe que, debido a las dificultades o temores, se ha manifestado descuido por mucho tiempo." Ev, 38.
Ver
http://revistaadventista.editorialaces.com/2020/10/01/salir-de-las-grandes-ciudades-orden-o-consejo/
2. VISIÓN INSPIRADA
El Director de investigación y Proyectos especiales de la Asociación de Ohio, en los Estados Unidos, Monte Sahlin, encontró 107 artículos en el Index de Elena White, en que habla sobre el ministerio urbano. En 24 de ellos se presentan instrucciones para salir de las ciudades y también establecer nuestras instituciones fuera de ellas. Por otro lado, 75% de los artículos presentan instrucciones específicas para que haya un movimiento dentro de las ciudades, alcanzando a sus habitantes. Algunas citas son impresionantes:
"Me dirijo a nuestros hermanos que han oído el mensaje durante muchos años. Ya es tiempo de despertar a los guardianes. He gastado mis fuerzas en la tarea de dar los mensajes que Dios me ha confiado. La carga de las necesidades de nuestras ciudades ha descansado tan pesadamente sobre mí que en ciertas oportunidades me he sentido morir. Quiera el Señor conceder sabiduría a nuestros hermanos para que sepan llevar a cabo la obra en armonía con la voluntad del Señor." Ev, 36.
Ella llegó a estar tan disgutada con Arthur G. Daniells, presidente de la AG, que le negó una entrevista hasta que él le presentara estrategias agresivas para alcanzar miles de personas en las grandes ciudades.
Su abordaje podría ser considerado de DENTRO-AFUERA. Según ella, dentro de las ciudades debe ser realizado un ministerio especial. Y fuera de ellas, debe encontrarse reposo y la oportunidad de reponer las fuerzas. Estar fuera de los grandes centros es el ideal para la salud física y espiritual, pero alcanzar a los habitantes de los grandes centros urbanos es la misión que está en nuestras manos. En otras palabras, debemos aprovechar el campo y alcanzar las grandes ciudades.
"Trabajen sin tardanza en las ciudades, porque queda poco tiempo" Ev, 34.
Llegó la hora de redimir el tiempo y aprovechar la prosperidad que Dios nos ha dado, la unidad de la iglesia, el enfoque claro y los medios de comunicación.
Entre sus consejos sobre los medios de alcanzar las grandes ciudades, Elena White menciona repetidamente los proyectos y actividades en las áreas de salud, obra que ella denomina "medico-misionera" su visión de este tema no se restringe tan solo a la existencia de hospitales y clínicas adventistas o incluso a obreros asalariados actuando en esta área. Ella presenta un ministerio que involucra instituciones adventistas de salud, pero también evangelismo a través de médicos predicadores, restaurantes vegetarianos, literatura y cursos sobre salud, actividades de vida saludable en la comunidad, entre otros.
"Si los pastores y los médicos planificaran unirse en un esfuerzo por alcanzar a los de corazón sincero en las ciudades, los médicos, al igual que los pastores, serán colocados en posición ventajosa. Mientras trabajen con humildad, Dios abrirá el camino delante de ellos, y muchos recibirán un conocimiento salvífico de la verdad" MLC, 135.
Estas herramientas poderosas en sus días, son hoy instrumentos preciosos para establecer contactos y atender las necesidades de las personas.
Por otro lado, nuevos recursos surgirán durante nuestro caminar juntos como iglesia; recursos que pueden ser útiles y poderosos para alcanzar a las personas en las grandes ciudades. Hoy están a nuestra disposición: Literatura misionera de buena calidad y bajo costo, una fuerte estructura de comunicación y medios, escuelas modernas, colegios y universidades que influyen en la vida de miles de familias no adventistas y un ejército de grupos pequeños que ofrecen amistad y atención que son fuertes necesidades de los habitantes de las grandes ciudades.
ADRA y ASA pueden ayudar a aliviar el sufrimiento de muchos que viven en precarias condiciones, ofreciendo mejores condiciones de vida. Es una oportunidad para escuchar el llamado: "Pensad en los pobres de las grandes ciudades"
Estos son algunos de los medios a través de los cuales podemos hacer que la presencia de la iglesia sea relevante y alcanzar muchos corazones. Podrán usarse otras estrategias creativas. Lo importante es que todas las actividades realizadas conviertan a la iglesia en un verdadero "centro de influencia" o se tornen medio de influencia como Elena White acostumbraba llamarlos.
Recuerde que su primera misión debe ser: servir a la comunidad, pero su verdadero compromiso es la salvación de las personas. El servicio es un puente para la salvación. Al servir ofrecemos a las personas lo que ellas aparentemente necesitan. Al presentar la salvación ofrecemos lo que ellas realmente necesitan.
"La iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo" HAp, 9.
En esta obra hay lugar para la participación de todas las fuerzas de la iglesia:
"La causa de Dios en la tierra necesita hoy día representantes vivos de la verdad bíblica. Los ministros ordenados solos no pueden hacer frente a la tarea de amonestar a las grandes ciudades. Dios llama no solamente a ministros, sino también a médicos, enfermeros, colportores, obreros bíblicos, y a otros laicos consagrados de diversos talentos que conocen la Palabra de Dios y el poder de su gracia, y los invita a considerar las necesidades de las ciudades sin amonestar. El tiempo pasa rápidamente, y hay mucho que hacer. Deben usarse todos los agentes, para que puedan ser sabiamente aprovechadas las oportunidades actuales." HAp, 131.
Este llamado urgente debe involucrar cada frente de acción de la iglesia: Departamentos de Iglesia, Fábricas de alimentos, Nuevo Tiempo, Escuelas, Colegios, Universidades, ADRA, ASA, Facultad de Teología, Obreros Jubilados, Empresarios, profesionales liberales, Tercera edad, adultos, jóvenes, niños , hombres y mujeres, líderes y miembros.
"Libros que contienen la preciosa luz de la verdad presente yacen en los estantes de nuestras casas editoras. Deberían circular. Se necesitan colportores que vayan a las grandes ciudades con estos libros. Al ir de casa en casa, encontrarán a personas que están hambrientas del pan de vida, a las cuales pueden hablar palabras oportunas." CE, 24.
Somos una iglesia mundial y a pesar de nuestros desafíos regionales necesitamos comprender el tamaño de la obra que está delante de nosotros como pueblo remanente. "Por que será predicado el evangelio del Reino, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" Mateo 24:14.
No hay comentarios:
Publicar un comentario