“La más alta de todas las ciencias es la de salvar almas” (MC, 310).
La iglesia adventista del Séptimo Día surgió dentro de un contexto profético.
La profecía de las 2.300 tardes y mañanas se cumplió en esta iglesia. En realidad, este es el movimiento profético levantado por Dios para cumplir la noble misión de evangelizar al mundo. La predicación del evangelio es la profecía más significativa que falta aún cumplirse para que nuestro Señor Jesús vuelva en las nubes del cielo. Cuando la iglesia surgió en 1844 para cumplir la séptima fase del cristianismo descrita en Apocalipsis 3, su punto fuerte fue el evangelismo público. En aquella época, el crecimiento de la iglesia era sorprendente. Dios estaba cumpliendo su propósito y los pastores y miembros estaban enfocados en el evangelismo como forma de crecimiento (A proclamação da esperança, pp. 49-56).
Podría estar todo preparado para el inicio del evangelismo (los folletos enviados, los sermones escritos, la organización estructurada, etc.) y, sin embargo, resultar en fracaso. Esto puede suceder si los miembros de la iglesia no están lo suficientemente preparados para tal acontecimiento. La preparación de los miembros es clave en el éxito de evangelismo. Muchas iglesias creen que el evangelismo es solo una actividad que ocurre una vez por año y que el único momento en el que se realiza el trabajo de evangelismo en la iglesia es durante los seminarios. Creen que la promoción es suficiente para compensar su negligencia pecaminosa en compartir diariamente su fe con otros. Dios no bendecirá una situación como esa.
Durante los programas de evangelismo vía internet, muchas iglesias pensaron que solamente bastaba con ofrecer la transmisión vía satélite y las personas aparecerían en la iglesia. Cuando eso no sucedía, decían que los programas no funcionaban. El problema no eran los satélites, sino el hecho de que los miembros habían realizado poca o ninguna preparación. Recuerde que el evangelismo público es un programa de cosecha. Si la iglesia antes no siembra, no habrá cosecha cuando llegue el tiempo de las campañas. Lo ideal es que día a día cada miembro dé testimonio continuamente. De esa manera, los seminarios podrían tener lugar en cualquier momento y siempre habría personas alcanzadas. Si la iglesia alcanzara ese ideal, no habría necesidad de “preparación“ para las campañas. La preparación sería solo un hecho cotidiano de la vida (Russell Burrill, A proclamação da esperança, p. 119).
Por primera vez en la historia de la iglesia, se distribuirá una cantidad de libros misioneros que supera las expectativas. Estamos viendo a la iglesia levantarse como un movimiento profético para cumplir la misión dejada por Jesús. La iglesia está predicando las verdades de manera más abierta, con más énfasis en el evangelismo y con más osadía e intrepidez. Creo que es un privilegio vivir en esta época profética de la historia. El Espíritu Santo se está moviendo entre nosotros, la lluvia tardía está comenzando a derramara y se ven milagros por todas partes.
Estrategia
El evangelismo debe observarse desde dos esferas, dos ángulos: infantería y artillería.
Infantería
Sabemos que el trabajo de casa en casa produce tremendos resultados y entendemos que la guerra se puede ganar gracias a la infantería, por tierra. La distribución de los libros de evangelismo, las Clases bíblicas y los Grupos pequeños forman parte de esa estrategia de guerra. Entendemos que la distribución del libro "Esperanza para un mundo en Crisis" puede generar varias clases bíblicas, incluso podríamos utilizar el mismo nombre del libro en las invitaciones y carteles. La clase bíblica puede llamarse Esperanza para un mundo en Crisis.
Recuerde que es necesario tener, como mínimo, tres clases en cada congregación, una los domingos por la noche, otra los sábados por la mañana, en la Escuela Sabática, y otra para los Juveniles, incluyendo los Conquistadores. Las parejas misioneras también forman parte de este ejército de evangelistas que llevan, por tierra, la palabra de salvación.
Artillería
El proyecto del Libro Misionero debe conducirnos a hacer evangelismo público de cosecha. Este evangelismo sería lo que llamamos “artillería“, es el momento de las grandes decisiones por la verdad. La sugerencia es distribuir los libros dentro de una estrategia bien definida y organizada, de manera que la persona que lleve la literatura lo haga con intencionalidad y no solamente para cumplir una tarea.
Podría hacerse de la siguiente manera: cada miembro de iglesia hace tres listas de interesados, una con los nombres de los familiares, otra con los nombres de amigos y vecinos, y una tercera lista con los nombres de ex adventistas.
El pastor de la iglesia puede escribir una carta-invitación para que cada miembro se la entregue a las personas de su lista y, después de un período de oración a favor de los amigos, cada uno lo visitará y los invitará, en persona, al evangelismo.
Diez sugerencias para un evangelismo a través de libros misioneros
1. Haga el lanzamiento del proyecto de distribución de los libros el sábado por la mañana, pues este es nuestro horario estelar y, cuando se trata de evangelismo, debe usarse el mejor horario para la promoción.
2. Organice la iglesia en parejas de evangelismo para la distribución del libro. Cada pareja debe saber cuál es su territorio de trabajo.
3. Promueva un momento de oración dentro de la iglesia a favor del barrio o ciudad donde se realizará el trabajo.
4. Organice un equipo de oración (puede usar a las personas que tienen dificultades para salir a la calle) que actuará mientras los hermanos estén en las calles entregando los libros.
5. En este mismo sábado, los hermanos pueden salir y orar en las calles donde se distribuirán los libros. Pueden, inclusive, llegar a las casas y ofrecer una oración. Todos percibirán que las personas están con hambre y sed de la Palabra de Dios.
6. A partir de este sábado, los hermanos pueden iniciar una semana de oración, cada uno en su propia casa, en las primeras horas de cada día, orando por las personas y familias que recibirán los libros que contienen las palabras de Dios.
7. Al sábado siguiente, después de que todo esté debidamente preparado, y después de la semana de oración, la iglesia podrá salir a hacer la distribución oficial. ¡Esté preparado para ver los milagros de Dios a través de usted!
8. Si es posible, podrá llevar los DVD de El gran conflicto como material de apoyo a la entrega del libro.
9. Esa distribución intencional debe tener continuidad. El sábado siguiente, cada uno podría volver a las mismas casas, preguntar qué les está pareciendo el libro, hacer una oración e también podría invitar a la familia a una clase de estudios bíblicos con los temas complementarios en vivo.
10. De esta manera, la iglesia transformaría una simple distribución de libros en un poderoso evangelismo. ¿Amén?
“Las condiciones a que hacen frente los obreros cristianos en las grandes ciudades, constituyen una solemne exhortación a un esfuerzo incansable en favor de los millones que viven a la sombra de la condenación inminente. Los hombres pronto se verán obligados a efectuar grandes decisiones, y deben tener oportunidad de oír y de comprender la verdad bíblica, a fin de que puedan decidirse inteligentemente por el camino recto. Dios pide ahora a sus mensajeros, en términos de!nidos, que amonesten a las ciudades mientras la misericordia todavía perdura y mientras las multitudes son aún susceptibles a la influencia convertidora de la verdad bíblica”. Ev, 23.
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