Cómo impactar su distrito pastoral
Uno de los mayores desafíos de un pastor de distrito es involucrar a los miembros de iglesia en el evangelismo. Sabemos que la fuerza de la iglesia está en los miembros, por eso es fundamental realizar un evangelismo coordinado por los hermanos.
Primer paso
Elija cinco (algunos prefieren elegir diez) parejas misioneras en cada congregación; cada una con cinco interesados. Con anticipación, las parejas deben inscribirse en el proyecto y deben inscribir también a sus interesados. El pastor de distrito necesita contar con un banco de datos, con el registro de cada pareja y sus interesados.
Primera reunión: Fije el primer encuentro con esas parejas. Escoja un lugar especial; puede ser una chacra o un hotel. Debe ser un lugar diferente del que normalmente se acostumbra a usar para las reuniones. Si no es posible llevar a cabo la reunión en un lugar diferente, hágalo en la iglesia o, incluso, en la casa del pastor. Es necesario que ese encuentro sea de carácter de evangelismo y tenga un espíritu de consagración. La primera reunión debe marcar la vida de cada pareja.
1. Realice un culto inspirador.
2. Presente una meditación poderosa, mostrando urgencia por la predicación del evangelio.
3. Puede celebrar una Santa Cena al final
4. Presente los planes con los mínimos detalles.
5. Entregue un kit de evangelismo que contenga una Biblia, el DVD El gran conflicto, estudios bíblicos, !chas bautismales y otros materiales importantes.
6. Explique cómo hacer el trabajo.
7. A partir de ese encuentro, cada pareja tendrá de dos a tres meses para hacer los estudios bíblicos con sus cinco, o más, interesados. Segunda reunión El segundo encuentro debe llevarse a cabo dos o tres meses después. Ese será el día para evaluar lo que se esté haciendo. Es hora de gestionar el evangelismo de las parejas: motivar, redireccionar, sacarse las dudas o cargar más combustible en el equipo de evangelismo. Estos hermanos son, a partir de ahora, su equipo de evangelismo.
Oriente a las parejas a dividir a sus interesados en tres categorías: A, B y C.
Interesado clase A: es aquel que tiene mucho interés, frecuenta la iglesia y no tiene ningún impedimento grave para hacerse adventista. Son candidatos potenciales para el bautismo.
Interesado clase B: es aquella persona que, aunque muestra mucho interés, vive una situación muy difícil, como problemas con drogas, convivencia con alguien sin estar casados o que tenga problemas para guardar el sábado. Incluso, frente a alguna de estas circunstancias, está firme en los estudios y está trabajando para resolver las cosas.
Interesado clase C: es aquel que, además de tener varios problemas, aún no muestra mucho interés. Sin embargo, no quiere abandonar los estudios bíblicos.
Importante En este proceso de evangelización y clasificación de los interesados, pueden suceder milagros que cambien la situación de las personas. Aquel que hoy es clase C, puede pasar a ser clase B y el B puede convertirse en A. En realidad, los que se bautizarán al final de su evangelismo son los de clase A. Sin embargo, es importante seguir dando atención a los de clase B y C porque, en el futuro, esas personas también se podrán bautizar.
En esta segunda reunión, sería bueno realizar un bautismo de alguien que se convirtió por el trabajo de las parejas, para que sirva de motivación e inspiración a todos.
Tercera reunión En el tercer encuentro, cada pareja debe llevar a sus interesados. Este encuentro debe ser en la iglesia o en un lugar grande, porque tendremos mucha gente. La idea es hacer un evangelismo especial de un día: usted estructura el programa, predica, hace un llamado poderoso y marca la fecha del gran bautismo.
El llamado Es necesario que el llamado sea objetivo y directo, pero con mucho amor. Las personas necesitan entender que usted los está invitando al gran bautismo. Cuando las personas pasen al frente, usted invita a las parejas a que los acompañen, termina el llamado, hace la oración. Cada pareja puede decirles algunas palabras bonitas a sus alumnos, que fijen un encuentro en el cielo. En otras palabras, las parejas harán el llamado más poderoso. Cada pareja debe abrazar a sus invitados, dar las felicitaciones por la decisión y, enseguida, ellos mismos deben completar las fichas bautismales. Usted debe ayudarlos también en ese momento. Con seguridad será una gran bendición, habrá muchas sorpresas y el Espíritu Santo hará grandes milagros.
Cuarta reunión Este es el encuentro en el que se debe llevar a cabo el gran bautismo. Haga una linda fiesta espiritual, como dice la Palabra de Dios en Lucas 15:7. Este bautismo deberá organizarse tan bien, debe ser tan espiritual y poderoso que aquellos que no se bauticen ese día se arrepientan de no haberlo hecho y pidan también el bautismo.
Realice esta gran fiesta un sábado a la tarde, termine a la hora de la puesta del sol y fije dos fiestas más para una fecha próxima.
a. Al final del bautismo, usted ya anuncia la fecha del próximo.
b. Haga otra fiesta el domingo siguiente. La entrega de los certificados de bautismo, del kit espiritual y la bienvenida a la Iglesia Adventista.
Quinta reunión Una o dos semanas después del gran bautismo, haga una quinta reunión; debe traer a las parejas y a los nuevos evangelizados por ellos. En el culto, las parejas deben separarse y formar nuevas parejas. El que tiene más experiencia con el que tiene menos. Y, si la pareja ganó más de dos personas, debe llamar a otros miembros de la iglesia para que adopten a los recién bautizados y formen pareja con ellos. Así multiplicaremos las parejas e involucraremos más personas en el evangelismo. Cada persona que trabajó con su pareja debe recibir un certificado de evangelista y padre en la fe; es decir, se convierte en discipulador. Enseguida comience todo el proceso de nuevo.
Haga de esto un programa oficial de su distrito. Si usted continúa en ese ritmo, en poco tiempo, en toda su iglesia, todo su distrito estará involucrado en la predicación del evangelio y los problemas del día a día desaparecerán porque “el que no trabaja, da trabajo”.
Haga evangelismo y contemple los milagros de Dios en su vida y su ministerio
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