lunes, 5 de febrero de 2024

El Pastor como movilizador

En la actualidad las múltiples tareas que el pastor desempeña en la práctica de su trabajo evidencian el tiempo acelerado y de grandes exigencias que vivimos. Los planes de la Asociación General, División correspondiente, las Uniones y Asociaciones llegan como una montaña de actividades que hacer, logros que cumplir, más las demandas de la propia iglesia, que se suman a su lista de quehaceres. Es en medio de esto que encontramos en el Espíritu de Profecía un llamado al ministerio pastoral a sentir que “no es su deber revolotear sobre las iglesias que ya conocen la verdad, sino a que salgan a trabajar por las personas que mueren sin conocer el evangelio”. (WHITE, 2008). Ella señala que “nuestra fuerza ministerial se agota en las iglesias, en la enseñanza de los que deberían ser maestros, e iluminando a los que deberían ser la luz del mundo” (WHITE, 2008, p. 280).


Entre otras cosas pidió a los miembros de iglesia que no admitieran la obra pastoral dejando así a las multitudes que no habían oído el mensaje privados de las labores de un pastor:

“En vez de mantener a los pastores trabajando para las iglesias que ya conocen la verdad, digan los miembros de las iglesias a estos obreros: Id a trabajar por las almas que perecen en las tinieblas. Mantendremos las reuniones, permaneceremos en Cristo, y conservaremos la vida espiritual. Trabajaremos por las almas que nos rodean, y con nuestras oraciones y donativos sostendremos las labores en los campos más menesterosos y necesitados. (WHITE, 2008, p. 280).”

Además instó a los pastores a sentir que no era “su deber revolotear sobre las iglesias que ya han sido levantadas, sino que deben estar haciendo una obra evangélica agresiva, predicando la Palabra y haciendo obra de casa en casa en lugares donde todavía no se ha oído la verdad. (WHITE, 2008, p. 280). Incluso, ella señaló que “si los ministros quisiesen salir del camino que ya han recorrido, si quisiesen ir hacia nuevos campos, los miembros de la iglesia estarían obligados a llevar responsabilidades, y sus capacidades aumentarían por el uso”. (WHITE, 2008, p. 280).

"Los nuevos campos necesitan mucha oración y trabajo sensato. Se necesitan hombres de Dios, no sólo hombres que sepan hablar, sino aquellos que tienen un conocimiento experimental del misterio de la piedad y son capaces de suplir las urgentes necesidades de las personas, aquellos que perciben solemnemente la importancia de su posición como siervos de Jesús y lleven con alegría la carga que él les ha mostrado". 4TI, 262.

Teniendo estas indicaciones, el tema tratado en esta investigación es la visíon que el Espíritu de Profecía tiene en cuanto al rol del pastor adventista. El problema se puede expresar preguntando: ¿Cuál es la relación entre la visión del rol pastoral como evangelista y capacitador manifestado en el Espíritu de Profecía?. Al hacer una revisión de literatura, encontramos que los autores adventistas consultados interpretan de maneras diferentes la cuestión.

Abdala (2007) dice que Ellen White señalaba el ir a nuevos lugares plantando iglesias como la función primaria de la Iglesia y el pastor. Señala que toda otra actividad se debía ajustar a un agresivo programa de alcanzar los lugares que no se habían trabajado. Aún cuando Emilio Abdala no hace mucha alusión a la función del pastor, se deja ver que interpreta que la preocupación principal del ministro debe estar en alcanzar nuevos lugares plantando iglesias. En “Guía para plantar iglesias” del propio autor, señala una múltiple variedad de formas y métodos para realizar el trabajo de plantación. Enfatiza además la necesidad de entrenar a los miembros de las iglesias ya establecidas, dando esa función al pastor. Burril (2006) toma esta visión de Ellen White enfatizando la labor del pastor como un entrenador o capacitador, antes de ir a nuevos lugares. Según él, el pastor debe trabajar por los que ya conocen la verdad para que estén en condiciones de colaborar con la obra. Además enfatiza el hecho de que cuando una iglesia está madura ya no debería ser arrullada por el cuidado pastoral permanente. Fowler (1997) realizó un estudio más detallado de lo que significa el ministerio para Ellen White, señala un equilibrio entre la labor de cuidado pastoral, capacitación, entrenamiento y supervisión hacia la iglesia y el evangelismo. De la siguiente manera el concluye: “El punto de vista de Ellen White sobre el ministerio pastoral es equilibrado. En cuanto el pastor debe atender la iglesia y tornarla su principal centro de atención, su objetivo debe ser tanto instruir como evangelizar a través de la iglesia.” (FOWLER, 1997, p. 189). En tanto que avala la obra evangelizadora del pastor dice que esta dice que “El concepto de un pastor que olvide a la iglesia, dejándola atrás, y haciendo con ella lo que le plazca, no es el concepto de Ellen White. Su énfasis alcanza tanto la instrucción de los miembros como el evangelismo y ambos, pastores y miembros, forman un equipo”. (FOWLER, 1997, p. 189). Por otra parte la Enciclopedia Ellen G. White, cuando analiza el concepto de ministerio, intentando dar una definición de éste, señalando que el modelo de trabajo de la Iglesia Adventista en donde los pastores eran primariamente evangelistas a nuevos lugares sin pastores establecidos en las iglesias “no fue un accidente. No fue un acontecimiento aislado de la fase embriónica de la iglesia- fue un plan deliberado, endorsado por Ellen White, para facilitar ambas, la misión y la nutrición de la iglesia”. (FORTIN, 2013, p. 991). 

El artículo señala que el pastor debía hacer de evangelista en nuevos lugares y de capacitador de los miembros antiguos, siendo un capataz en ciertos aspectos del trabajo de ellos y un capacitador y entrenador. Damsteegt (2005) presenta un estudio más minucioso, que tiene un abordaje histórico de estos escritos. Señala que el modelo pastoral como evangelista y capacitador presentado por Ellen White se fue degradando en el tiempo. Realiza un estudio de los cambios del liderazgo pastoral y de las funciones de los ancianos de la iglesia desde los inicios del ministerio pastoral adventista siguiendo el consejo de ella y presenta que el liderazgo actual del ministerio es un retroceso a la visión de Dios para los pastores y la iglesia. Muestra como gradualmente la iglesia perdió el rumbo.

En esta revisión preliminar se pueden encontrar variadas interpretaciones de lo que Ellen White quiso plantear al hablar del ministerio. Aunque los autores presentados no son completamente excluyentes, esta investigación irá en la dirección presentada por Damsteegt, enfatizando la pérdida actual del ideal que Dios tiene para el ministerio pastoral como evangelista y capacitador.

La importancia de esta investigación radica en primer lugar en el impacto que ella puede tener sobre el ministerio del autor de la investigación (como pastor distrital). Además siendo que hay muchos lugares en las grandes ciudades y en los rincones no urbanos que no han recibido la luz del mensaje adventista se hace preciso reorganizar las fuerzas de la iglesia para alcanzar estos lugares.

Se hace necesario entender a cabalidad cual es el rol del pastor adventista en los escritos de Ellen White y evitar cualquier marco teorico que lleve a equivocar la practica pastoral.

El objetivo principal de este estudio es demostrar la relación entre la visión del rol pastoral como evangelista y capacitador manifestado en el Espíritu de Profecía. El objetivo secundario será analizar el rol del pastor distrital en la Iglesia Adventista del séptimo día, especialmente en los escritos de Ellen White.

El siguiente estudio se trata de uno transversal. En cuanto a los medios de investigacion Se realizará una revisión bibliográfica a través de libros del Espíritu de Profecía.

2. El rol de evangelista en los escritos de Ellen White

Los textos escritos por Ellen White que hemos hallado y que hacen una clara alusión o llamado a los pastores o predicadores a dejar las iglesias establecidas para ir a evangelizar nuevos territorios abarcan un periodo de tiempo entre el año 1868 hasta el año 1904. La gran cantidad de citas que abarcan este periodo serán una base para analizar este llamado a ser evangelista a nuevos territorios.

2.1 Los Tiempos de la Iglesia Naciente. Una época de expansión.

Estos eran tiempos especialmente de expansión y de gran necesidad de llevar el mensaje a un mundo que no había recibido el mensaje del tercer ángel. “La primera estadística confiable, que data de 1867, indica que había sólo 4.320 adventistas en toda la nación” GREENLEAF, 2000, p. 130) y la población del mundo para 1850 era de 1.262.000.000 de habitantes. (Wikipedia)

Esta epoca está marcada por la necesidad de ministros incluso en los nuevos grupos crecientes que solicitaban pastores. Un caso que muestra la falta de pastores en los inicios del movimiento ocurrió en 1865 cuando un creciente grupo en California “decidió enviar U$133 en oro a Battle Creek, para pagar los gastos de viaje de un pastor para trabajar en California. ¡Lástima que la Asociación General no tenía a nadie para enviar!” (GREENLEAF, 2000, 132).

A esta falta de obreros se unía la falta de comprensión en los conceptos en cuanto a la mission mundial que la iglesia tenía. La siguiente cita relata claramente la visión de la epoca:

“Durante el primer cuarto de siglo después del Gran Chasco, los adventistas tuvieron sólo un concepto limitado de la proclamación del mensaje al mundo entero...racionalizaron que sus verdades distintivas necesitaban presentarse a todo el mundo mediante contactos simbólicos con todas las razas y lenguas del mundo. ¿No podría hacerse eso allí mismo, en Norteamérica, donde Dios, en su providencia, había reunido personas de todas las religiones y nacionalidades?.” (GREENLEAF, 2000, 137)

Muchos pensaron por lo tanto que la misión de proclamar el mensaje estaba restringida a las tierras en Norteamerica, a cada extranjero que recibiera el mensaje. Fue recién en 1874 cuando la iglesia envió a su primer pastor oficialmente al extranjero. (Idem, p. 141) ¡1874!. La necesidad de avanzar era evidente, la iglesia contaba con pocos ministros, pocos recursos, una visión que recién se ampliaba en cuanto a la misión mundial y muchos pedidos de iglesias para establecer sus pastores en ellas.

“En 1872... todo el esfuerzo denominacional de los adventistas del séptimo día se concentraba en los Estados Unidos, y mayormente se llevaba a cabo en los estados del centro y del noreste del país. Había ochenta y seis ministros ordenados y licenciados que predicaban el mensaje y supervisaban la obra”. (White, 2007a, vol. 3 p. 9) Con el transcurso del tiempo casi llegando a 1890 “a mediados de 1888 había 26.112 adventistas. Estaban distribuidos en 32 asociaciones locales y cinco campos misioneros, y organizados en 901 iglesias.” (GREENLEAF, 2000, p. 146)

Son varios los factores que llevaron a esta expansion y crecimiento de la época, como es evidente en los escritos de Ellen White “los ministros adventistas eran considerados principalmente como evangelistas más bien que como pastores. Los dirigentes de la iglesia también salían a movilizar a los miembros laicos y convertirlos en evangelistas laicos.” (Idem, p.147)

Casi llegando a 1890 muchos líderes de la iglesia (pastores, inclusive Ellen White) se habían entregado a la obra de la predicacion en el extranjero. “Comenzando con el verano de 1885, Elena de White pasó dos años en Europa. Visitas a Inglaterra, Francia, Suiza, Alemania, Escandinavia e Italia profundizaron su preocupación de que los mensajes de los tres ángeles debían proclamarse ampliamente. Desde 1891 hasta 1900, la Sra. White trabajó junto con su hijo William, en Australia, Nueva Zelanda y Tasmania. Durante esos años sus cartas a los adventistas estadounidenses les recordaron continuamente de sus responsabilidades globales.” (Idem p. 207). El campo extranjero era un campo amplio y descuidado. Otro campo descuidado era el sur del pais.

“No fue sino hasta la década de 1890 que los adventistas comenzaron a penetrar en forma sustancial en el sur de los Estados Unidos. Los primeros adventistas habían seguido la tendencia general estadounidense de migrar hacia el oeste, desde sus primeras bases en Nueva Inglaterra y Nueva York. Aun si hubiesen deseado avanzar hacia el sur”. (Idem, 227)

Recién en 1877, el pastor R. M. Kilgore fue el primer pastor ordenado enviado a estos campos sureños, antes no habían ministros disponibles ni tampoco recursos. (idem, p. 227)

2.2 Citas En Análisis: El Pastor Como Evangelista.

Ahora entraremos a examinar de lleno la mayor cantidad de citas que pudimos hallar en los escritos de Ellen White que se consideran en conflicto con el rol del pastor adventista. Considerando el contexto anterior de la epoca es que Ellen White urgió a los ministros a avanzar, a conquistar los territorios que no habían oído la amonestación y urgía a las iglesias a aprender a hacer su labor sin la dependencia de ministros. La necesidad de predicar y alcanzar al mundo era urgente y la iglesia debía hacer su parte y no retener o querer egoístamente, para sí, ministros que podían llevar la verdad al mundo entero. Observando estas citas son mayormente la visión mundial urgente que Dios fue forjando en la iglesia.

A continuación presentaremos un vistazo cronológico de las principales citas en cuestión, lo que muestra que Ellen White mantuvo desde el inicio hasta el final de su ministerio la firme convicción de que el pastor debía ser un evangelista a nuevos campos.

2.2.1 1868-18712 Testimonio al hermano G.

El primer testimonio que pudimos encontrar fue escrito a un pastor que tenía poco éxito en la obra de Dios y que no estaba comprometido con la salvación de los perdidos, como se puede ver en todo el escrito. A El ella escribe:

“Necesita convertirse a la obra de Dios. Necesita sabiduría y juicio para aplicarse a ella y orientar sus labores. Estas no son solicitadas por las iglesias. Debería ir a otros lugares para someter a prueba su vocación. Vaya con la disposición de trabajar para convertir almas a la verdad. Si se da cuenta del valor de las almas, la menor manifestación de interés regocijará su corazón, y perseverará aunque tuviera que trabajar y cansarse en el esfuerzo. Después de haber presentado el tema de la verdad, no abandone el lugar mientras haya la menor manifestación de interés”. (WHITE, 2006, p. 137)

En este párrafo se describe el gusto del pastor por ir a colaborar con las iglesias establecidas y Ellen White le pide al pastor que vea el modelo de Cristo. Cristo mismo anduvo entre la gente a costa de sacrificio. Sin duda la propuesta de exigía más sacrificio que solo quedarse en las iglesias.

2.2.2 1868 Testimonios para la iglesia Tomo 2.

En este año Ellen White escribió un testimonio por una visión que había tenido en esa misma fecha. Este Escrito es una carta que podríamos llamar universal dirigida a los ministros de la iglesia. En ella presenta una serie de admoniciones para los pastores que abarcan la necesidad de consagración y dedicación a la obra del Señor, hasta indicaciones de cómo llevar adelante la obra del ministerio. En ella ella escribe:

“A menudo ocurre que los pastores se sienten inclinados a visitar casi únicamente las iglesias, dedicando su tiempo y sus fuerzas a una tarea que no hará ningún bien. Frecuentemente las iglesias les llevan ventaja a los ministros que trabajan entre ellas, y prosperarían más si esos pastores se hicieran a un lado y les dieran la oportunidad de trabajar. Los esfuerzos de estos ministros para edificar las iglesias lo único que logran es derribarlas. La teoría de la verdad se presenta una y otra vez, pero no acompañada del poder vitalizador de Dios. Manifiestan una negligente indiferencia; esta actitud es contagiosa, y las iglesias pierden el interés y la preocupación por la salvación de los demás. De ese modo, mediante su predicación y su ejemplo, los pastores adormecen a la gente en una seguridad carnal. Si dejaran las iglesias, y fueran a nuevos campos, y trabajaran para levantar otras iglesias, descubrirían cuáles son sus habilidades, y cuánto cuesta atraer a las almas para que se decidan por la verdad”. (WHITE, 2006, p. 305)

Se destaca el poco bien que podrían hacer entre las iglesias que conocían la verdad y consideró un daño el quedarse en ellas ya que por esta razón las iglesias seguían el mal ejemplo del pastor por no tener interés en la salvación de los demás. En sus escritos es condenable además la disposición de desanimar a la iglesia con tan pocos resultados:

“Las iglesias dan de sus medios económicos para sostener a los ministros en su obra. ¿Qué tienen ellos para animarlas a ser generosas? Algunos ministros trabajan mes tras mes, y logran tan poco que las iglesias se desaniman; no pueden ver que se haya hecho algo para convertir a las almas a la verdad, ni para que los miembros de iglesia sean más fervientes en su amor a Dios y a la verdad. Los que están manejando cosas sagradas deberían estar plenamente consagrados a la obra”. (White, 2006, p. 305)

Nuevamente se repite el elemento que por su conducta de no interesarse en la salvación de los perdidos podrían llegar a desanimar a su propia iglesia al ver que los recursos que se dan como donativos para el predicador sin ver ganancia de almas. Adicionalmente ella destaca lo que significaría rehuir el llamado de evangelizar nuevos territorios diciendo que “Algunos tienen la tendencia a apartarse cuando surge la oposición. Temen entrar en nuevos lugares por causa de las tinieblas y los conflictos que esperan encontrar. Esto es cobardía. Hay.” (White, 2006, p. 306)

2.2.3 1872. Testimonios para la iglesia Tomo 3.

En el año 1871 Ellen White recibió una serie de consejos para la iglesia de la época. Un mensaje importante era para todos los jóvenes que querían entrar en el ministerio. Ella les señaló que su mejor preparación no la encontrarían en la iglesia y que la evidencia de su llamado estaba para probarse en nuevos campos donde nadie había entrado.

“Aquellos que piensan que tienen una obra que hacer para el Maestro no debieran iniciar sus esfuerzos entre las iglesias; debieran ir a territorios nuevos


y demostrar sus dones. De esta manera pueden probarse ellos mismos y definir el asunto a su satisfacción, si Dios ciertamente los ha elegido para esta obra”. (WHITE, 2007a, p. 226)

En ese mismo escrito alabó la obra de los hermanos H, diciendo: “En su labor no fueron entre las iglesias, sino que salieron a campos nuevos. Comenzaron humildemente. Eran pequeños en su propia opinión y sentían la necesidad de depender completamente de Dios”. (WHITE, 2007a, p. 226)

En el mismo testimonio llamó a los que estaban trabajando en las iglesias a salir:

“En vez de que nuestros hermanos que ministran trabajen entre las iglesias, Dios quiere que nos esparzamos en países extranjeros y que nuestro trabajo misionero se extienda por tanto territorio como podamos ocupar en forma provechosa, yendo en toda dirección para levantar nuevas compañías.” (WHITE, 2007a, p. 226)

Allí mismo los animó a enseñar a esos nuevos conversos en nuevos campos a no depender del ministro sino a aprender a llevar las cargas de la iglesia y la evangelización por sí mismos:

“No debieran pedir obreros para mantener viva su débil fe; pero se debiera impresionar a estos hombres con la necesidad de trabajar en la viña. Mientras las iglesias dependan de obreros del extranjero para fortalecer y alentar su fe, no llegaran a ser fuertes por ellas mismas. Se les debe instruir que su fuerza aumentará en proporción a sus esfuerzos personales. Cuanto mas de cerca se siga el plan DEL NUEVO TESTAMENTO 3 en la obra misionera, más éxito tendrán los esfuerzos que se hagan” (WHITE, 2007a, p. 233)

Es evidente la necesidad de la época de tener un plan de evangelización agresivo como sería el plan del Nuevo Testamento. Ochenta y seis Pastores para evangelizar un mundo con aproximadamente 1300 millones de habitantes. En esa mismo libro en otro testimonio en que Ellen White habla acerca de los Diezmos a la iglesia ella presentó su tristeza por los ministros que no avanzaban a nuevos lugares. Lo que más se lamentaba era el poco resultado y el desanimo que resultaba en la iglesia si los hermanos veían tan poco de su ministro dando ellos los diezmos:

“Nos sentimos profundamente apenados al ver a algunos de nuestros predicadores que se limitan a trabajar por las iglesias, haciendo aparentemente algunos esfuerzos, pero casi sin obtener resultado por sus labores. El campo es el mundo. Salgan a un mundo incrédulo, y trabajen para convertir las almas a la verdad.”(WHITE, 2007a, p. 446)

2.2.4 1895. Testimonio para a un matrimonio ministerial

Este testimonio es de lo más especial pues es una carta escrita en Australia a una pareja ministerial. Este testimonio explica lo que es “revolotear sobre las iglesias”. El pastor le había planteado a Ellen White sus planes de ir visitando algunas semanas a las iglesias establecidas para capacitarlas y ella no tardó en dar su respuesta. Aquí daremos un extracto de este escrito en donde señaló que tal actividad sería un error :

“El Hno.-----me presentó los planes de varias semanas de duración para ciertas reuniones que debían realizarse en diferentes lugares entre los que conocen la verdad. Sin duda se beneficiarían algunos nuevos conversos, pero yo sé que ustedes no están en el camino correcto. Indudablemente la fe de algunos de los que se congreguen será fortalecida y confirmada, pero esta obra no está llevando el mensaje de amonestación a aquellos que están en las tinieblas y el error, que no conocen la verdad. “ (WHITE 1979, p. 230)

El gran asunto aquí es que mientras ellos aparentemente estarían en una obra buena y confirmarían la fe de algunos, muchas personas perderían la oportunidad de recibir la luz en nuevos lugares. Comparando el ministerio pastoral al de Cristo ella agrega “Cristo dice: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”. Salgan nuestros ministros abrumados con el peso del solemne mensaje de amonestación.” (WHITE, 1979, p. 230)

Ante esta elaboración de planes (positivos) que retendrían al ministro en las Iglesias ella pregunta “¿cómo pueden trazarse planes para que nuestros obreros no hagan la obra de salvar a las almas que están en las tinieblas del error? “(WHITE, 1979, p. 230) Otra observación respecto a los que ya conocen la verdad fue: “Veo que se les está dando mucho a los que ya tienen; estas maravillosas reuniones para los que desean recibir mayor fuerza están privando al mundo precisamente de la obra que debe ser hecha en su favor” (WHITE, 1979, p. 231).

Prosiguiendo en su mensaje a este pastor ella estipula que sería mejor que ocupar el tiempo de esas reuniones en ir a dar el mensaje:

“Nuestros pastores debieran ahora trabajar por la salvación de los perdidos. Sería mucho mejor que las semanas invertidas en reuniones para capacitar a los hombres para el trabajo, se emplearan en ir por los caminos y vallados dando el mensaje: “Venid, todo está dispuesto”. (WHITE, 1979, p. 231)

Y es aquí donde se explica la declaración “revolotear sobre las Iglesias” y la consecuencia de debilitamiento de las mismas. El revolotear se explican con el plan que el pastor tenía de visitar las Iglesias:

“Este revolotear en torno de las iglesias para afirmarlas, las induce a depender más del esfuerzo humano. Aprenden a apoyarse en la experiencia de sus semejantes, y no hacen de Dios su seguridad y eficiencia. Es tiempo de que las ciudades y los pueblos por doquiera oigan la solemne amonestación: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá”. Preparaos para que seáis hallados por él en paz.” (WHITE, 1979, p. 231)

Para finalizar ella declara el deber del ministro y la eficiencia de ir a nuevos lugares en vez de cuidar a las 99 ovejas. Presenta sin vacilar el bien que un pastor podría realizar si en vez de dedicar su tiempo a los que conocen la verdad lo dedicara a los perdidos sin salvación.

“El tiempo que dedicáis para comunicaros constantemente con aquellos que ya conocen el mensaje de amonestación, no les dará ni siquiera una décima parte de la fuerza que ellos recibirían si pusieran manos a la obra de impartir vida para salvar a las almas que perecen. Los ángeles están esperando para bendecir a los obreros consagrados. La parábola de la oveja perdida debe ser una lección para cada alma que ha sido rescatada de la trampa de Satanás. No hemos de revolotear sobre las noventa y nueve, sino que hemos de ir a salvar a los perdidos, buscándolos en los desiertos de las grandes ciudades y aldeas. “ (WHITE, 1979, p. 232)

2.2.5 Review and Herald, 23 de julio de 1895.

En el año 1895 ella percibió que la fuerza ministerial “se agota en las iglesias, en la enseñanza de los que deberían ser maestros, e iluminando a los que deberían ser “la luz del mundo”; regando a los que deberían ser fuentes de las que fluyesen aguas vivas; enriqueciendo a los que deberían ser verdaderas minas de verdades preciosas; repitiendo la invitación del Evangelio a los que deberían haber ido hasta lo último de la tierra para comunicar el mensaje del Cielo a muchos que no han tenido los privilegios de los que ellos han disfrutado” (WHITE, 2008, p. 280)

El énfasis marcado en esta cita mostraba la visión que Ellen White recibió de una iglesia evangelizadora y de ministros evangelistas. El estar trabajando en las iglesias establecidas era “agotar la fuerza” ministerial que podría ser aprovechada en nuevos campos.

2.2.6 Testimonios para la iglesia tomo 6, año 1900.

En el sexto testimonio en el año 1900 (cercano al termino de su ministerio) el pensamiento de Ellen White no cambió respecto al plan del Nuevo Testamento sino más bien afirmó la necesidad de que los ministros llegaran a nuevos lugares. El llamado se hizo a los miembros de las iglesias establecidas a tomar la delantera en el desafío de enviar a los pastores al mundo:

“En vez de mantener a los pastores trabajando para las iglesias que ya conocen la verdad, digan los miembros de las iglesias a estos obreros: Id a trabajar por las almas que perecen en las tinieblas. Mantendremos las reuniones, permaneceremos en Cristo, y conservaremos la vida espiritual. Trabajaremos por las almas que nos rodean, y con nuestras oraciones y donativos sostendremos las labores en los campos más menesterosos y necesitados.” (WHITE, 2012, p. 38)

Aquí claramente se señala el grado de compromiso que se exigia de los miembros de iglesia para liderar y para hacerse cargo de la obra local. Los miembros debían tener en sí mismos vida e impartirla a otros, ocuparse de muchas cosas en las que el pastor se ocupaba y perdía literalmente su tiempo. En este tiempo ella se encontraba en Australia e hizo a través de los escritos del sexto testimonio un llamado adicional a unirse varias familias y presentar donativos para enviar ellos mismos misioneros:

“¿Por qué no se unen los miembros de una iglesia, o de varias iglesias pequeñas, para sostener un misionero en el extranjero? Si se privan de goces egoístas y de cosas innecesarias y perjudiciales, podrían hacerlo. Hermanos y hermanas, ¿no colaboraréis en esta obra? Haced algo para Cristo, os suplico, y hacedlo ahora. Por medio del trabajo de un maestro que vuestras ofrendas pueden sostener en el campo, será posible rescatar almas de la ruina para que brillen como estrellas en la corona del Redentor.” (WHITE, 2012, p. 38).

Sin duda el llamado era urgente. La iglesia necesitaba criticamente avanzar a un mundo que no había sido conquistado y la colaboración era urgente. El pedido era dejar ir a sus pastores, ocuparse de la iglesia local y de la evangelización y de poner sus donativos para enviar a más obreros a la Mies necesitada.

2.2.7 Testimonios para la iglesia tomo 6, año1900 (otro testimonio en el mismo tomo).

Posteriormente ella dio un testimonio mas audaz, señalándoles a los ministros nuevos o que se preparaban para el ministerio que dejaran las iglesias que ya conocían la verdad y que debían ir a establecer nuevas iglesias. Lo trascendental para nuestra investigación es que ella continuó con este pensamiento hasta el final de su ministerio.

“Que comprendan que Cristo espera que ellos hagan la misma obra que él hizo. Que dejen las iglesias que ya conocen la verdad, y que vayan a establecer nuevas iglesias para presentar la Palabra de verdad a quienes ignoran el mensaje de Advertencia de Dios....El Señor no ha llamado a hombres jóvenes para que trabajen entre las iglesias. No se los ha llamado para que hablen a una congregación que no necesita sus esfuerzos inmaduros, que conoce muy bien los hechos y que siente que su servicio ministerial carece de la influencia del Espíritu Santo”. (WHITE, 2012, pp. 414-415).

Hasta este año siguió pidiendo en los testimonios que los obreros no considerasen su obligación el hablar a congregaciones conocedoras de la verdad y que sentirían que sus esfuerzos inmaduros no serían necesarios. 

2.2.8 Manuscrito 150. 1901.

Considerando además los lugares que habían sido descuidados en el Sur de Estados Unidos ella proclamó lo siguiente:

“Al viajar por el sur rumbo al congreso, vi una ciudad tras otra en las cuales no se ha trabajado. ¿Cuál es el problema? Los pastores están revoloteando sobre las iglesias que conocen la verdad, mientras miles de personas perecen sin Cristo... Debe enseñárseles que a menos que puedan permanecer por sí mismos sin pastor, necesitan ser convertidos de nuevo, y bautizados de nuevo. Necesitan nacer de nuevo.” (WHITE, 1901, p. 18).

Lo esencial de este es que el descuido de que no hubiese obra establecida al sur de Estados Unidos se debía a que los pastores estaban revoloteando sobre las iglesias que ya conocían la verdad. Quizás la declaración más chocante es que mientras no pudiesen sostenerse a sí mismas sin pastor, debían convertirse, bautizarse y nacer de nuevo.

2.2.9 Carta 56, 1901

En el mismo año ella escribió sobre el asunto del Sur y la falta de obreros. Esta carta está dirigida al hermano C.H. Jones, luego de una junta en la cual debía decidirse el apoyo a los obreros y al avance de la obra en el sur de Estados Unidos que hasta el momento había sido profundamente descuidada. En este contexto ella presentó que los ministros al permanecer en las iglesias estaban estorbando la obra, ya que los miembros actuarían en sus propias iglesias si ellos fuesen a otros lugares. Apeló fuertemente a enviar a los obreros a lugares que evidentemente no eran favorables económicamente y no tenían tantas perspectivas económicas como lo eran los lugares establecidos.

“Los sermones han sido muy demandados por nuestras iglesias. Los miembros han dependido de las declamaciones del púlpito en vez del Espíritu Santo. Los dones espirituales que se les han otorgado se han reducido a la debilidad porque no son llamados ni utilizados. Si los ministros quisiesen salir del camino que ya han recorrido, si quisiesen ir hacia nuevos campos, los miembros de la iglesia estarían obligados a llevar responsabilidades, y sus capacidades aumentarían por el uso.” (WHITE, Carta 56, 1901, p. 13)

2.2.10 Carta 169, 1904.

En esta carta Ellen White escribe una serie de consejos a los pastores en California, nuevamente animándoles a no revolotear sobre las iglesias ya levantadas, sino yendo a aquellos que no conocían la verdad.

“Nuestros pastores deben hacer planes sabios, como mayordomos fieles. Deben sentir que no es su deber revolotear sobre las iglesias que ya han sido levantadas, sino que deben estar haciendo una obra evangélica agresiva, predicando la Palabra y haciendo obra de casa en casa en lugares donde todavía no se ha oído la verdad... Hallarán que nada es tan animador como la labor evangélica en campos nuevos”. (WHITE, 1904, 15)

2.2.11 1909. Un incidente. Ellen White y la evangelización hacia el final de su ministerio.

Es notorio que Ellen White tenía una visión clara de la forma en que la iglesia podría avanzar con mayor poder y velocidad si se mantenía un programa agresivo de evangelismo. Ya notamos que hasta el año 1904 (última cita). Elena de White usó reiteradamente la formula de llamar a los pastores a ser evangelistas, plantadores de iglesia y llevar el mensaje agresivamente no quedando cómodamente en las iglesias que no necesitaban tanto su pastoreo como las multitudes perdidas.

Consistente con su pensamiento y con el consejo del Señor respecto a la evangelización agresiva que debían llevar adelante los ministros, apeló a los lideres de la iglesia de la época a hacer planes agresivos de evangelización.

Quizás el incidente que más llama la atención en cuanto a la forma de pensamiento del pastor como un evangelista fue el llamado de Ellen White al presidente de la Conferencia General Arthur G. Daniels. Entre los muchos mensajes que ella dio al presidente para poner énfasis en la evangelización de las grandes ciudades, hay uno cuando en 1909 ella pidió una reunión con la junta de la Asociación General en la conferencia en la ultima sesión a la cual ella asistiría. Allí ella “presionó con fuerza para realizar una obra mayor en las ciudades. Indicó que los líderes de la iglesia, Daniells y especialmente Prescott, debían encontrar formas de dejar de lado sus deberes administrativos e involucrarse personalmente en la evangelización.” (GREENLEAF, 2000, p. 335).

Aún a los miembros de la junta les pareció extraño el pedido, y a cualquier líder hoy podría parecer igual de radical. “Muchos miembros de la junta cuestionaron por qué Prescott, de 55 años, debía abandonar su exitoso trabajo editorial en la Review para dedicarse al evangelismo (GREENLEAF, 2000, p. 335). Solo imaginar la escena donde el profeta entra y declara solemnemente que el presidente de la Asociación General debía ser liberado de sus tareas administrativas para ir a evangelizar las ciudades populosas es una escena que haría temblar a cualquier lider administrador de nuestra época.

El interés de Ellen White en que la administración de la iglesia se tornara a la evangelización fue crítico. El amonestar las grandes ciudades era la tarea de todos los ministros. La iglesia ya en ese tiempo había perdido mucho tiempo en avanzar en la evangelización.

“Para dramatizar su propio interés en las ciudades, la Sra. White, ya de 81 años de edad, visitó Nueva York, Filadelfia, y 25 otros lugares, incluyendo su ciudad natal, Portland, Maine. Presentó 72 mensajes públicos durante su recorrido de cinco meses por el este y el medio oeste.” Siguiendo su ejemplo, Prescott completó su trabajo en Takoma Park y se unió a una campaña de evangelización en la ciudad de Nueva York”. (GREENLEAF, 2000, p. 335)

Luego de que Daniels se desviara en asuntos de menor importancia , hubo un incidente en que Ellen White se rehusara recibir al presidente Daniels por no recibir el testimonio respecto a la evangelización en las ciudades.

“Lo sacudió más todavía enviándole un testimonio en el que le indicaba que cuando se convirtiera sabría qué hacer con los consejos que ella le daba. Ella creía claramente que a menos que Daniells, como presidente de la Asociación General, demostrara su compromiso con la evangelización urbana mediante su ejemplo personal, no habría una obra efectiva”. (GREENLEAF, 2000, p. 335)

Toda esta escena en el año 1909 nos da una vislumbre de la consistencia del pensamiento de Ellen White respecto de la urgencia de la evangelización y la necesidad de que los ministros cumplieran el rol de evangelistas. Nuevamente dedicándose al llamado que recibieron de Cristo.

3. El instructor y movilizador de la iglesia

Por años se ha oído en los círculos ministeriales que el pastor debe concentrarse en ser un capacitador o movilizador de la iglesia. Que por lo menos esta es la postura de Ellen white y la de muchos autores recientes y antiguos respecto al rol del pastor en la iglesia Adventista. Ahora la pregunta que inmediatamente nacen son las siguientes:

¿Es el rol del pastor esencialmente el de ser un evangelista o el de ser un capacitador? ¿Es excluyente un rol con el otro? ¿Puede optar por sólo ser un evangelista en vez de un un capacitador? o ¿puede ser solo un capacitador y movilizador de su iglesia y no un evangelista? Son estas cuestiones las que buscaremos aclarar a continuación.

3.1 Un pastor establecido: La iglesia de la colmena

Ellen White abogó en varias citas por la necesidad de que los obreros en iglesias establecidas fueran a nuevos campos. Hemos analizado el enfoque misionero que ella tenía y la necesidad de que se llevara la luz de Cristo a los que no la conocen. En términos generales su defensa por el modelo inicial del pastorado adventista era el llamado ferviente que hizo en reiteradas ocasiones. Pero no fue el único modelo visto con buenos ojos por la profeta de Dios. En en año 1901 escribió en la Review and Herald su experiencia al visitar La iglesia de San Francisco que era liderada por el pastor Corliss, un obrero contratado por la asociación. Luego de disfrutar de una semana trabajando en ese lugar y de ver la obra que se llevaba a cabo en esta iglesia ella declaró:

“Se había presentado a mí que San Francisco sería siempre un campo misionero importante. En un sueño vi a dos colmenas, una en Oakland, y el otro en San Francisco. En la colmena Oakland todo era actividad, en el San Francisco muy poco se está haciendo. De nuevo miré a la colmena en San Francisco, y todo era actividad entre las abejas. Estaban trabajando duro.” (WHITE, 19 de Febrero 1901, p. 4)

Ellen White había visto la obra que se llevaría a cabo en esta ciudad y en la visión presentada se representó junto a la iglesia de Oakland como colmenas donde “todo era actividad”. Ella aprobó luego esa obra diciendo: “Tenemos todas las razones para creer que el trabajo lleva a cabo en San Francisco por el pastor Corliss y sus hermanos, es el trabajo que hay que hacer” (White, 19 de Febrero 1901, p.5).

Lo interesante es que el pastor Corliss estaba dedicado tiempo completo a la iglesia de San Francisco. Era por lo tanto un pastor establecido y aún así dijo que era la obra que había que hacer. Lo que lleva a pensar que el modelo de un pastor establecido pero que movilizaba a su iglesia a la misión era el correcto.

Ahora lo que resta preguntarnos es ¿Qué estaba sucediendo allí que motivó esta declaración de Ellen White presentando que este trabajo estaba correcto?. Para comprender mejor la razón por la cual Ellen White presenta que la iglesia de la Colmena y su pastor estaban haciendo un buen trabajo se tienen que revisar las múltiples actividades que realizaban. He aquí el testimonio de Ellen White en la visita que realizó a la iglesia.

“Durante los últimos pocos años, la “colmena” de San Francisco ciertamente ha sido muy activa. Muchas diferentes clases de actividad misionera han sido realizadas por nuestros hermanos y hermanas allí. En ellas se han incluido las visitas a los enfermos y desvalidos, el encontrar hogares para los huérfanos y trabajo para los desocupados, prestar atención médica a los enfermos y enseñar la verdad de casa en casa, distribuyendo publicaciones y dando clases sobre la correcta manera de vivir y el cuidado de los enfermos. Ha funcionado una escuela para niños en el subsuelo del local de la calle Laguna. Durante un tiempo funcionó un hogar para obreros y un dispensario. En la calle Market, cerca de la municipalidad, había salas de tratamientos, que funcionaban como una sucursal del Sanatorio de Santa Helena. Había un almacén de alimentos saludables en la misma localidad. Yendo más al centro de la ciudad, no lejos del edificio Call, funcionaba un restaurante vegetariano, que estaba abierto seis días a la semana y cerrado el sábado. A lo largo de la ribera, se hacía obra misionera para la gente de mar. En diferentes oportunidades, nuestros ministros realizaron reuniones en grandes locales de la ciudad. De esa manera, el mensaje de amonestación fué dado por muchos “.(WHITE, 2015, p. 137)

Aunque es mucho lo que hacían dos cosas creemos que es importante destacar de este testimonio. Lo primero es que la iglesia estaba organizada en diferentes ministerios o actividades donde era predicado el evangelio. El pastor tomó muy seriamente el poner a su iglesia a trabajar en distintos ramos de la obra. Entre ellas, obra medico misionera, otros realizando servicio a través de un restaurant vegetariano, personas dando el mensaje en mar, etc. Lo Segundo y muy importante es que ella testificó que los “ministros realizaron reuniones en grandes locales de la ciudad”. Lo que muestra que aunque había un pastor establecido, el evangelio estaba siendo predicado activamente a través de los pastores y hermanos y liderado por los pastores o ministros.

3.2 El fundador de iglesias que capacita a sus nuevos creyentes

En diferentes escritos se anima a los ministros a no incursionar solos en la obra de evangelismo si estaba la posibilidad de hacerlo acompañados por aquellos que ya habian recibido. Es interesante notar que una parte de los escritos en que Ellen White habla sobre el deber del pastor de capacitar misioneramente a los miembros, su educación y preparación para que puedan trabajar por otros, está en el contexto de su labor de fundador de Iglesias y el correcto discipulado de ellas.

En otras palabras, es claro el rol del pastor como un movilizador y capacitador de la iglesia para que pueda cumplir su obra, pero muchas de estas indicaciones estaban en el contexto del pastor que iba a nuevos lugares y plantaba una iglesia. Un pastor cuando establecía una iglesia debía discipularlas enseñandoles a trabajar por otros.

Al llegar a nuevos lugares donde hay adventistas asegurarse de la fiel colaboración de los adventistas del lugar y luego hacer el esfuerzo evangelistico. En la obra de evangelización que el predicador debía hacer, en la fundación de nuevos lugares ya comenzaría a encontrar adventistas en aquellos lugares.

“Cuando trabaje donde ya haya algunos creyentes, el predicador debe primero no tanto tratar de convertir a los no creyentes como preparar a los miembros de la iglesia para que presten una cooperación aceptable. Trabaje él por ellos individualmente, esforzándose por inducirlos a buscar una experiencia más profunda para sí mismos, y a trabajar para otros. Cuando estén preparados para cooperar con el predicador por sus oraciones y labores, mayor éxito acompañará sus esfuerzos.” (WHITE, 1997, p. 206)

Esta cita probablemente sea la que más resuelve esta tesis, pues Ellen White esclarece que si existen adventistas, el primer deber del pastor es asegurarse de tener la colaboración de todos, trabajando individualmente, para que su testimonio cristiano espiritual sea el correcto y para que trabajen por otros. Esta indicación muestra claramente ambos roles, el de un evangelista y un movilizador o capacitador de la grey.

Según Ellen White esta era la costumbre del apóstol Pablo, quien “sentía que era responsable en gran medida del bienestar espiritual de aquellos que se convertían por sus labores” (Hechos de los Apóstoles 212) El no los abandonaba luego de presentarles el mensaje sino que “a menudo se reunía en consejo con ellos para estudiar los mejores métodos de dar a otros la luz de la verdad evangélica. Y a menudo, cuando estaba separado de aquellos con quienes había trabajado así, suplicaba a Dios que los guardara del mal, y les ayudara a ser misioneros fervientes y activos” (WHITE, 2007b, p. 212-213).

3. 3 Más citas: el pastor como“movilizador”.

A continuación reviviremos algunas declaraciones sobre el rol del pastor como el movilizador de su iglesia.

3.3.1 Dirigir y supervisar controlar y estimular la evangelización en las Iglesias.

En el siguiente testimonio ella enfatiza el lugar que el pastor ocupa en algunos sentidos. El debe ordenar a sus oficiales que velen por que los que están a su cargo hagan trabajar a los hombres de las filas llevando personas al conocimiento de la verdad. Aquí claramente el pastor ocupa la posición de supervisor, “jefe”, o “capataz” o en otras palabras es quien se cerciora de que el trabajo sea hecho por la iglesia. Dios espera que el pastor pueda llevar a su iglesia a trabajar por las almas. En Este testimonio ella continua diciendo como el fracaso del pastor en la evangelización radica en no hacer como haría un capataz.

“En ciertos respectos el pastor ocupa una posición semejante a la del capataz de una cuadrilla de trabajadores o del capitán de la tripulación de un buque. Se espera que ellos miren porque los hombres que están a su cargo hagan correcta y prontamente el trabajo a ellos asignado, y únicamente en caso de emergencia han de atender a detalles.”

En este testimonio ella cuenta del dueño de una fabrica que vio al capataz haciendo el trabajo de su personal y que despidió al capataz diciendo:

“Lo contraté para mantener a seis hombres ocupados. Encontré a los seis ociosos, y a Vd. haciendo el trabajo de uno solo... No puedo pagar el salario de siete hombres para que Vd. enseñe a seis de ellos a holgar.” (WHITE, 1997, p. 207).

En este incidente que Ellen White pone como ejemplo se entiende que el pedido de Dios para sus ministros es que ellos hagan trabajar en la obra a su iglesia.

“Este incidente puede aplicarse a algunos casos, pero no a otros. Pero muchos pastores fracasan al no saber, o no tratar de conseguir que todos los miembros de la iglesia se empeñen activamente en los diversos departamentos de la obra de la iglesia. Si los pastores dedicasen más atención a conseguir que su grey se ocupe activamente en la obra y a mantenerla así ocupada, lograrían mayor suma de bien, tendrían más tiempo para estudiar y hacer visitas religiosas, y evitarían también muchas causas de irritación.” (WHITE, 1997, p. 208)

Esta cita es clave, pues muestra que (1) el Rol del pastor es enseñar y poner a la gente en acción en todos los departamentos de la obra (2) El uso del tiempo del pastor instando a que dedicasen más atención a conseguir que su grey se ocupe activamente en la obra y a mantenerla así ocupada y (3) que debe buscarlos miembros se unan a la obra misionera en los diferentes ramos de la obra.

3.3.2 Un énfasis y un llamado a adiestrar a los creyentes en los congresos

La siguiente cita ha sido tomada originalmente de el noveno testimonio en donde Elllen White da una serie de recomendaciones a los que organizaban los congresos en donde tendrían la oportunidad de capacitar a los miembros de iglesia que asistieran.

“La mejor ayuda que los predicadores pueden dar a los miembros de nuestras iglesias, no consiste en sermonearlos, sino en trazarles planes de trabajo. Dad a cada uno un trabajo que ayude al prójimo. Enseñad a todos que, por haber recibido la gracia de Cristo, tienen el deber de trabajar por él.” (WHITE, 2014, P.68).

El énfasis estaba en dar instrucción a los miembros, en educarlos y aprovechar estas instancias de reuniones masivas para poder que los hermanos se fueran con métodos e instrucción de como llevar adelante la evangelización

3.3.3 Predicar para estimular el esfuerzo misionero

Este testimonio va acompañado de una serie de consejos a la iglesia en donde se insta a los pastores a predicar aquellas verdades que movilizarán a los hermanos a ir en pos de los perdidos. El pastor evidentemente debía estimular todos los esfuerzos misioneros en toda forma posible. “Ministros, predicad las verdades que inducirán a los hermanos a trabajar personalmente en favor de los que están lejos de Cristo. Estimulad el esfuerzo personal en toda forma posible.” (WHITE, 1983, p. 89).

3.3.4 Enseñar la responsabilidad misionera de cada uno

En el siguiente escrito ella hace un llamado a los predicadores a comprender su labor en favor de los miembros en cuanto a enseñarles que su vida espiritual está en relación con la obra de salvación de otros. El pastor es un educador de estas verdades espirituales.

“Enseñen los predicadores a los miembros de la iglesia que a fin de crecer en espiritualidad, deben llevar la carga que el Señor les ha impuesto—la carga de conducir almas a la verdad. Aquellos que no cumplen con su responsabilidad deben ser visitados, y hay que orar con ellos y trabajar por ellos.” (WHITE, 1997, p. 211).

3.3.5 Un instructor y un educador en como ganar a otros y ponerlos al trabajo

En un testimonio general a la iglesia donde Ellen White enfatiza el trabajo misionero, ella percibe la necesidad de que los ministros pongan al trabajo educando a los miembros para la labor. Aquí se presenta que este es el cuidado pastoral que deben los miembros recibir:

“Ha de hacerse una gran obra en el mundo, y ¿qué esfuerzos estamos haciendo para realizarla? Los hermanos han oido demasiados sermones; pero, ¿se les ha enseñado a trabajar para aquellos por quienes Cristo murió? ¿Se les ha propuesto y presentado algún ramo de trabajo de tal manera que cada uno haya visto la necesidad de tomar parte en la obra? “ (WHITE, 2012, p. 430)

En otro testimonio ella ratifica este rol de educador del pastor. Se vuelve a mencionar la superioridad de educar en la obra misionera por sobre la predicacion a los miembros de la iglesia

“Nuestros ministros deben llegar a ser tanto educadores como predicadores. Deben enseñarle a las personas a no depender de ellos, sino de Cristo. El ministro que predica dos horas cuando no debe pasarse de una, serviría mucho mejor a la causa de Dios dedicando esa hora extra en un estudio serio y cuidadoso para aprender cómo dirigir a otros y enseñarles a trabajar.” (WHITE, 2015, p. 182)

Adicionalmente en la siguiente cita ella habla de la labor de entrenar hombres para Cristo, como obreros, siendo esta una responsabilidad que el ministro del evangelio. Se le anima a hacer esta labor aunque muchos de los instruidos no fuesen dignos al trabajar y no apreciaran este trabajo en favor de ellos.

“Si nuestros obreros hubieran sido bautizados con el Espíritu de Cristo, hubieran hecho cincuenta veces más de lo que han hecho por entrenar hombres como obreros. Aunque uno o dos, o quizá muchos, no han pasado la prueba, no debemos cesar en nuestros esfuerzos; pues esta labor debe ser hecha para Cristo.” (WHITE, 2015, p. 181)

3.3.6 Un sin fin de amonestaciones más

Algunas ultimas citas para compartir declaran que sus labores en predicar orar y visitar a los miembros no serán tan efectivas “como el guiarlos a trabajar por aquellos que están más necesitados que ellos. La oscuridad será disipada si pueden ser guiados a ayudar a otros” (WHITE, 2015, p. 185). Constantemente insta a que los pastores “impresionen en los miembros de la iglesia individualmente, que para poder crecer espiritualmente, deben llevar...la carga de guiar a las almas a la verdad.” (WHITE, 2015, p. 180). Que como ministros “Debemos enseñarle a los miembros de la iglesia cómo ministrar eficazmente a otros”. (WHITE, 2015, p. 182) O “Ministros, enseñen a la gente cómo trabajar” (WHITE, 2015, p. 185). Estas citas y otras más evidencian el rol capacitador, educador y movilizador del Pastor.

4. Conclusiones

Al examinar la cuestión de si el pastor es un evangelista, si debe abandonar las iglesias en vez de estar establecido, no solo Ellen White recibió indicaciones claras y direcciones del Espíritu Santo sino que es inevitable observar el sentido común en cada momento del desarrollo de la evangelización de la iglesia y en cada escrito aconsejando como llevar adelante el mensaje, especialmente en lo que se refiere al lugar que debe ocupar el ministro. Es por eso que observar este estudio con sentido común sigue siendo la mejor forma de observar sus declaraciones.

4.1 El rol de evangelista : Una cuestión de una época de la iglesia que trasciende las épocas.

Desde los comienzos de la obra Ellen White llamó a los ministros a evangelizar los territorios del mundo descuidados y más aún que no habían tenido siquiera la oportunidad de escuchar el mensaje adventista como verdad presente. En ese contexto urgía a los pastores “abandonar” a las iglesias en su propia dirección para ir al extranjero desde Estados Unidos, al Sur y a todo lugar plantando iglesias siguiendo el modelo del Nuevo Testamento. Las iglesias debían colaborar en la urgencia.

Hasta el final de su ministerio Ellen White abogó por que los siervos de Dios no fuesen ocupados en su tiempo en tareas que no fuesen la evangelización. Claro ejemplo fue el llamado al Pastor Daniels presidente de la Asociación General a él mismo dedicarse personalmente en el evangelismo público. Evidentemente el modelo de abandonar la iglesia e ir a plantar iglesias era un modelo que debía mantenerse hasta llegar a los confines de la tierra estableciendo iglesias. Ahora eso es una realidad en algunos lugares del mundo más que en otros. Aunque la iglesia ha acrecentado su membresía y presencia en el mundo no hemos llegado a todos. El énfasis es que esencialmente el pastor es un evangelista independientemente de cómo lo pueda logar. Su amor por las almas que perecen, su amor por la predicación a los que no conocen el mensaje, es característico de su labor. Su tiempo y esfuerzos deben concentrarse en hacer avanzar el mensaje de luz al mundo. Su vida debe ser una que busca formas de alcanzar a los perdidos. El modelo o la forma de hacerlo puede variar en el tiempo. Al comienzo de la obra era una gran necesidad que el pastor fuese a nuevos lugares y los miembros emprendieran el modelo del Nuevo testamento. Con el tiempo la iglesia fue creciendo y el pastor no vería amenazada su obra si pudiese formar junto a su iglesia un gran equipo. El molde o modelo de alguien que abandona la iglesia es circunstancial. Si no había quien fuese a tierras no conquistadas el debía ir. Pero si habían hermanos en aquellos lugares ellos debían ser adiestrados y acompañar la misión. Lo que no es circunstancial es que el pastor es por llamado un evangelista en el lugar donde esté o se le necesita.

4.2 El rol del capacitador

El rol del pastor como un capacitador ni siquiera es excluido del modelo del pastor itinerante evangelista plantador de iglesias. Ellen White insta a los pastores en su trabajo de ir a nuevos lugares a instruir, educar, motivar, movilizar a sus miembros en el trabajo misionero que cada uno debe desarrollar. El ir a nuevos lugares y abrir iglesias nuevas no tendría sentido si el pastor no les enseñara a permanecer en la fe y trabajar por otros. Aún más ella en la circunstancia del modelo itinerante siempre señaló al pastor que si encontraba adventistas a su paso debía asegurarse de que todos pudiesen prestar una colaboración aceptable y luego al asegurarse de la ayuda de los miembros de iglesia el debía emprender la evangelización junto a ellos.

4.3 El pastor establecido

Aún cuando había gran necesidad de obreros en el mundo ella alabó el modelo de la iglesia de la colmena, que es el que hoy puede practicarse libremente en los distritos pastorales. Una iglesia activa, un pastor que enrola, desarrolla talentos, instruye en métodos y junto con ellos predica el evangelio. El pastor esencialmente según su escritos es un movilizador, capacitador, entrenador de los miembros y debe usar sus esfuerzos porque ellos cumplan con el ministerio de la predicación a través de los diferentes departamentos de la obra. Es por eso que un pastor que moviliza a su iglesia como el pastor Corliss, jamás podría llamarse un pastor que “revolotea” sobre las iglesias.

4.4 Entonces, ¿Un evangelista o un movilizador?

Los dos. No importando el modelo, el pastor en los escritos de Ellen White tiene el rol de ser un evangelista que debe poner su énfasis y esfuerzos en la salvación de los perdidos y debe trabajar asegurándose que su iglesia trabaje con él en la proclamación de la verdad presente. Es un hombre que lidera la evangelización a través de su iglesia no descuidando el conquistar nuevos territorios y trabajando por fortalecer el celo misionero y la colaboración de toda su congregación en el alcance de los perdidos. En la mayor parte de nuestro territorio, mal haría el pastor si abandona la iglesia y va a nuevos lugares sin aprovechar al máximo la colaboración de los fueron llamados de las tinieblas a la luz admirable, los que fueron llamados a proclamar las virtudes de nuestro Padre Celestial. Por lo mismo concluimos que cada rol no es excluyente, el Pastor Adventista del Séptimo día es un evangelista que capacita y moviliza a su iglesia y va con ella a evangelizar agresivamente.

Referencias

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