Aquí estamos, casi al final de este libro. ¡Listo para ir!
Pero, antes de salir, hay una cosa importante más que quisiéramos mencionar: tu seguridad. Nadie quiere pensar sobre algo malo que pudiera ocurrir, pero la realidad es que vivimos en un mundo inseguro. Huracanes, terremotos, tifones y otros desastres naturales suceden en todas partes. Las enfermedades o los accidentes forman parte de la vida. Y los crímenes son un problema dondequiera que haya personas. Finalmente, en muchos lugares el descontento político puede llevar a secuestros, evacuaciones y otras dificultades.
Aunque muy pocos misioneros se encuentran con problemas serios de esta índole, es importante que por lo menos pienses en ellos y que sepas qué harás si alguna
de estas cosas ocurriera mientras estás sirviendo. De hecho, harás todo lo posible para estar enterado de lo que te rodea, para prevenir problemas siempre que sea posible.
Las siguientes pautas fueron preparadas por el Instituto de Misión Mundial en la Universidad Andrews, a pedido de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, y son pautas oficiales para misioneros que se deben seguir en caso de situaciones de emergencia. Por favor, léelas cuidadosamente.
Tipos de emergencias
Cuando hablamos de emergencias nos referimos a los siguientes tipos de acontecimientos:
• Emergencias médicas, como accidentes
• Hospitalización por heridas o enfermedades
• Desastres naturales, como tsunamis, terremotos o tifones
• Crisis políticas, incluidos guerras, golpes de Estado, terrorismos, etc.
• Evacuación
• Fallecimiento de un miembro de la familia o del equipo de trabajo.
Cómo sobrevivir en las calles
Si no estás acostumbrado a la vida urbana, puedes llegar a sentirte muy incómodo en las ciudades. Incluso las ciudades en nuestra propia cultura son muy diferentes de la cultura suburbana o de la rural. Te damos aquí algunas sugerencias para ayudarte a sobrevivir en una ciudad.
• Cada ciudad tiene su propio tempo, o ritmo. Lleva unos pocos días acostumbrarse, así que espera sentirte "fuera de ritmo" por un tiempo.
• Evita llevar monederos vistosos o carteras de mano. Las carteras deberían colgarse sobre el cuerpo, no en el hombro.
• Separa tus tarjetas de crédito, documentos de identidad y licencia de conducir del dinero. Si te roban, solo pierdes el dinero.
• Tienes que verte y actuar seguro. Las personas asustadas son una presa natural.
• No te quedes mirando a las personas. En general, evita el contacto visual en las calles.
• Siempre que te sea posible, evita viajar solo.
• Evita las calles oscuras y vacías.
• Evita estar caminando por la ciudad de noche.
• Las mujeres nunca deberían tomar un taxi solas, especialmente de noche.
• No les des dinero a mendigos. (Pero siempre ten a mano unas monedas para músicos callejeros; mejoran la vida).
• Si piensas que alguien te está siguiendo, entra a un negocio o tienda y quédate curioseando mientras recuperas el ánimo. Si te sientes seriamente amenazado, pide poder usar un teléfono para llamar a una persona de confianza.
• Recuerda que la mayoría de las personas urbanas son muy normales, amistosas, y dispuestas a ayudarte. No les tengas miedo a todos.
Cosas que todos tienen que hacer antes de que algo pase
• Regístrate en la embajada o el consulado de tu país. O regístrate con la embajada que maneje los asuntos para tu país. ¡Esto es absolutamente necesario!
• Elige a una persona afuera de tu país (preferentemente un miembro de la familia) que será la persona de contacto para ti y tu familia. Asegúrate de que las personas de enlace en la Asociación General, en tu División de origen, de tu División, Unión o Misión anfitriona tengan el número de esta persona en caso de que no te puedas comunicar con ellos en tiempo de crisis.
• Tienes que conocer tu línea de comunicación dentro de tu país/Misión/Unión en caso de una crisis seria, y cómo hacer una llamada telefónica internacional.
• Si tu institución incluye a varias familias, elige a una persona para que sea el coordinador de crisis, que tomará decisiones clave y se contactará con el "mundo exterior" en caso de crisis severa. Esa persona debería tener los números de contacto en los lugares de origen de todos los misioneros de tu institución/campo, de modo que con un solo llamado telefónico puedan hablar con una persona que luego notificará a cada uno de tu condición. (En realidad, sería bueno que tu grupo eligiera a un "coordinador de crisis en el país de origen" que tenga todos los números de contacto para todo el grupo. Esta es una precaución valiosa en caso de que solo puedas hacer un hacer un breve llamado telefónico al exterior).
• Si es posible, trata de conocer personas en la embajada o el consulado de tu país y también de una o más agencias internacionales de noticias. Unos pocos amigos en "lugares encumbrados" pueden ser útiles en tiempos de crisis.
• Mantén todos los documentos importantes (pasaportes, identificaciones, tarjetas de débito y crédito, un poco de dinero en efectivo, autorizaciones del Gobierno local para viajar, visas, permisos de trabajo, etc.) y.algunos números telefónicos importantes (número de emergencia de la Asociación General, contacto personal de tu familia, Misión, Unión y/o División local) todos juntos, en un lugar que sea fácilmente accesible en caso de crisis. Recuerda: puedes estar buscándolos en un estado de pánico o bajo circunstancias muy difíciles.
• Mantén números de contactos de emergencia e información de seguro de viajes a fácil alcance todo el tiempo.
• Si tienes voluntarios de corto plazo o misioneros independientes trabajando en tu área, aunque sea por unas pocas semanas, asegúrate de que la embajada correcta, el coordinador local de crisis y la organización superior (Misión, Unión o División) sepan que están en el país.
• Si estás en un área sensible, sería bueno desarrollar alguna clase de discreto código de lenguaje para utilizar en una crisis.
• Para cada miembro de la familia confecciona una lista de cosas esenciales que deben llevar (no más de lo que cabría en una pequeña valija por persona) en el caso de que tengas que empaquetar rápidamente. Por ejemplo: medicamentos recetados, anteojos, solución de lentes de contacto, fotos irreemplazables, vestimenta mínima, alimento para el bebé, la manta para el bebé, etc.).
Cosas que deberías hacer en caso de enfermedad seria o de accidente que requiera hospitalización
• Notifica y mantén al tanto a tu persona de enlace en la AG y/o tu División de origen, para que ellos sepan de primera mano el alcance del problema. (Esto evita rumores, especulaciones y preocupación innecesaria).
• Si eres responsable por otros misioneros (especial-mente estudiantes misioneros y otros voluntarios), asegúrate de notificar al departamento de la AG y/o División de origen que los envió y a sus padres, de ser apropiado.
• Mantén un registro de los detalles pertinentes referidos a la enfermedad/accidente, que puedas compartir con los miembros de la familia para que tengan un sentimiento de acompañamiento y puedan comprender la situación. Esto es muy tranquilizador para ellos si están lejos.
Cosas que hay que hacer en caso de una crisis que requiera la evacuación o posible evacuación
• Si la comunicación con el "mundo exterior" todavía es posible, pide consejo a la AG y/o a la División de origen, al personal que te fue asignado para aconsejarte. Recuerda que van a estar en contacto con el Departamento de Estado de los Estados Unidos (o su equivalente en las otras divisiones), las embajadas de los países involucrados, así como también con agencias internacionales de noticias y, por lo tanto, generalmente tendrán un conocimiento razonablemente bueno de la seriedad general de la situación. ¡Escucha el consejo que te den! ¡Si ellos te dicen "vete", es definitivamente hora de irte! No pongas a la iglesia local o mundial, o a las personas del lugar o a instituciones en riesgo, por insistir en quedarte cuando ya no es más seguro, ni para ti ni para ellos.
• Si la comunicación con el "mundo exterior" está cortada, trata de obtener el consejo más confiable vía emisiones de onda corta desde afuera del país, la embajada o el consulado de tu país, personas de agencias de noticias internacionales, y líderes de la iglesia en el ámbito de la División y de la Unión locales.
• Trata de trabajar a través de tu coordinador de crisis, para evitar confusiones.
• Durante tiempos de crisis (especialmente crisis política), mantén tus documentos importantes siempre contigo todo el tiempo, para poder salir del país en cualquier momento y desde cualquier lugar, si fuere necesario.
• Durante tiempos de crisis, ten a mano todo el tiempo una pequeña valija empaquetada, que contenga lo absolutamente esencial, de modo que puedas partir en el momento de la notificación, si fuere necesario.
• Si es posible, que varias personas en tu grupo mantengan un registro de acontecimientos que llevan a la crisis, durante y después de esta. Este tipo de información puede ser muy valioso para tiempos posteriores cuando los acontecimientos sean evaluados tanto local como globalmente.
El registro debería incluir llamadas telefónicas, una cronología de los acontecimientos, tiempos, lugares, fechas, y si es posible nombres. Sin embargo, dado lo delicado y a veces peligroso de tales problemas, los nombres de las personas en un informe -en manos de un extranjero- pueden ponerlas en grave riesgo. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, sería mejor referirse a las personas usando algún tipo de código, para no ponerlas en problemas si el informe llegara caer en manos equivocadas.
• En tu registro, incluye las cosas buenas que suceden como también las malas, para que cuando todo haya terminado se pueda reconocer y agradecer apropiadamente a aquellos que estuvieron ayudando.
• Recoge cualquier información que puedan tener los lugareños de lo sucedido, sin embargo, evita cualquier contacto que los pudiera poner en peligro. Otros misioneros y trabajadores nacionales posiblemente consigan la información a través de sus contactos normales mejor que tú.
• Si algún testigo puede hacer una declaración, regístrala. Tómala por escrito. Si la persona no la puede firmar o necesita quedar en el anonimato por razones de seguridad, la escribes tú, describiendo al informante como "un granjero de unos cincuenta años de edad" (o utiliza lenguaje codificado). Luego la firmas, como habiendo recibido la declaración de este testigo y la fechas indicando también tu ubicación.
• Permanece en contacto con las autoridades de la iglesia local (nacional) como también con otras misiones e iglesias de la zona. Haz un informe de su intervención.
• En el caso de la desaparición de un misionero, lleva un informe de dónde vivía y dónde trabajaba la persona, el lugar desde donde él o ella fue llevado, el lugar donde esta persona fue vista por última vez, etc.
Qué hacer si te secuestran
Permanece en calma y sigue las instrucciones. No les des a tus secuestradores motivo alguno para lastimarte. Muéstrate cooperativo y sé cortés. No discutas ni provoques a tus captores. Escucha cuidadosamente sus demandas iniciales para asegurarte de entender bien qué te pueden estar exigiendo. Los primeros momentos de un secuestro son los más peligrosos para la víctima.
Prevé negativas y desorientación, seguidas por depresión durante los primeros días de tu cautiverio.
Probablemente sufras insomnio y también desórdenes intestinales. Estos síntomas de ansiedad van a retroceder si eres capaz de reducir el estrés y adaptarte al cautiverio.
• Adáptate a tratar a tus secuestradores de una forma respetuosa, pero no servil. Intenta establecer algún tipo de relación personal con tus captores. Gana su respeto y simpatía. No es necesario rebajarse y suplicar, o degradarse de ninguna manera. No pierdas la fe en ti mismo. Recuerda, ino hiciste nada equivocado! Ellos están en falta, no tú. Cuéntales de tu familia. Si es posible, muéstrales fotos.
• Evita discusiones sobre política o religión; especialmente política. Si tus captores quieren hablar de su causa, escúchalos, pero sin indicar si estás de acuerdo o en desacuerdo. Si te piden tu opinión, diles que no eres suficientemente conocedor para comentar.
• Come, descansa y haz ejercicios lo máximo posible.
Trata de mantener tu fuerza física y emocional lo mejor posible. Trata de evitar la depresión, y ten siempre en mente que las fuerzas de seguridad están haciendo todo lo posible para que tu prueba termine. Puedes hacer ejercicios estirándote en el lugar o girando tu cabeza y tus miembros. Duerme y lávate si puedes, y come y bebe cuando tengas la oportunidad de hacerlo.
• Piensa en tu familia, ora, canta para ti mismo. No te des por vencido.
• No te sientas perturbado por el síndrome de Estocolmo, es decir, fuertes sentimientos positivos hacia tus captores, si llegara a suceder. Es común, normal, y puede ayudar a mejorar las oportunidades para una supervivencia saludable. Este fenómeno se llama así por una situación que sufrió un rehén en un banco en Suecia. Durante el curso del problema, la víctima comenzó a mostrar fuertes sentimientos positivos hacia el secuestrador. Esto no es un problema y, afortunadamente, no es permanente. Este mal es muy común, especialmente en situaciones de ser rehén durante mucho tiempo. Si ocurre, los captores generalmente lo notan y la experiencia demuestra que es menos factible que lastimen a la víctima.
• Si tienes una oportunidad clara para escapar, úsala; pero piensa que tus captores te pueden haber tendido una trampa. Las estadísticas demuestran que tu mejor oportunidad está en ser liberado mediante una negociación. El FBI aconseja que escaparse debería ser un "último recurso" y que es extremadamente peligroso.
• En el caso de un intento de rescate, tírate al piso, pon tus manos sobre tu cabeza, no te muevas y grita tu nombre. Espera ser tratado rudamente por tus rescatadores en un primer momento.
• Recuerda que se está haciendo todo lo posible para asegurar tu liberación. Mantén un cuadro positivo en tu mente.
• Si tu cautividad se prolonga, es necesario que establezcas regularmente rutinas de ejercicios mentales y físicos. Si tienes espacio, camina diariamente y practica ejercicios en el lugar. Si estás confinado en un lugar cerrado, trata de hacer ejercicios isométricos, o de estiramiento, en el lugar. Mantén un calendario mental de lo que te ha sucedido. Haz resolución de problemas. Inventa una historia o escribe una novela en tu mente sobre tu experiencia. ¡Incluso puedes soñar despierto!
LIDIANDO CON EL TERRORISMO
El terrorismo en todo el mundo va en aumento, y dado que no siempre se puede evitar, necesitamos saber qué hacer, si es que llega a ocurrir.
• Mantén un perfil bajo. No hagas alarde de tu nacionalidad.
• Vístete de forma conservadora, trata de entremezclarte con los lugareños.
• Sé siempre cortés, pero no servil.
• Debes estar alerta a si hay alguna actividad inusual en aeropuertos u otros lugares públicos.
• No busques el peligro.
• En caso de violencia, quédate cerca del piso.
• Evita lugares congestionados que puedan ser blancos de ataques.
• Asegúrate de que alguien sepa dónde estás y que conozca tus horarios.
• No pongas en riesgo a otros por desatender órdenes de evacuación.
• No hables de política o religión con extraños.
• Entrega tu vida a Jesús y descansa en sus manos todo el tiempo.
Qué hacer en el caso de la muerte de un misionero
Cuando ocurrió el fallecimiento por causas no violentas (no provocada por terceros)
• Consigue que le hagan una autopsia, si se estima que sea apropiado.
• Notifica a la embajada/consulado del país de origen
• Notifica a la Asociación General y a la persona de contacto de la familia.
• Sigue los procedimientos recomendados en los reglamentos eclesiásticos de la Asociación General.
• Consigue el permiso necesario para enterrarlo en el cementerio local del país o para enviar el cuerpo al país de origen, según los deseos de la familia.
Cuando hay muerte por causas violentas
• Consigue que hagan una autopsia, si es posible, con un informe completo de la causa de la muerte, tipo de heridas, lesiones, etcétera.
Si no es posible hacer una autopsia, consigue que uno o dos médicos examinen el cuerpo. Si tienen miedo de ser nombrados, haz que líderes institucionales u otro expatriado (preferentemente uno con antecedentes médicos) sean testigos del examen, firmen, pongan la fecha y el lugar.
• Documenta, todo lo que sea posible, los acontecimientos que en realidad terminaron en la muerte.
• Sigue con los mismos procedimientos como en una muerte no violenta (ver más arriba)
• Presenta el informe de la muerte tal como lo conoces, que incluya:
1. Causa específica del deceso (heridas de bala, apuñalamiento, estrangulación, golpes masivos en la cabeza u órganos vitales, etc.).
2. Especifica la naturaleza de las heridas (por ejemplo, dónde la bala o las balas ingresaron en el cuerpo, dónde salieron del cuerpo, calibre de las balas).
3. Especifica cuántas heridas.
4. Saca fotos o dibuja un diagrama que ayude a aclarar la naturaleza de las heridas.
• Busca evidencias adicionales en la escena (casquetes de balas, etc.).
• Pídeles a representantes de la prensa que estén allí que envíen fotos a los oficiales de la División y/o AG como lo estimen más apropiado.
• Haz que un representante de la Misión (expatriado) lleve en mano un examen médico preliminar o una autopsia con fotos fuera del país a la División o a la Asociación General.
• Cualquier cosa que se pueda necesitar como evidencia forense (por ejemplo ropas, etc.) debería ser llevada en mano en bolsa de plástico y sacada del país hacia donde será analizada.
• Si es posible, notifica a la prensa internacional, para que puedan relatar la historia exacta al mundo.
• Envía una copia del informe de la autopsia, documentos y fotos a la embajada correspondiente en el país donde ocurrió la muerte.
• Si es necesario, solicita la ayuda de oficiales de la embajada y/o del Gobierno del país del fallecido (incluyendo los cuerpos legislativos) para que ayuden a que se haga justicia. La Administración de la iglesia debería enviar copias de la autopsia/ informe médico, duplicados de las fotos y su "versión oficial" de lo sucedido a los correspondientes oficiales del Gobierno, pidiendo un informe completo, si se estima necesario y de utilidad.
Roles específicos en el momento de crisis
El rol de liderazgo institucional es:
• Notificar a tu embajada.
• Notificar al nivel institucional superior o a la oficina de la Asociación General.
• Notificar a la familia (a menos que se haya hecho por el nivel superior próximo).
• Notificar a las autoridades locales (nacionales) de la iglesia.
• Notificar a la autoridad cívica local (policía, etc.).
El rol del comunicador de crisis es:
• Notificar al contacto de la red internacional.
• Notificar a la prensa internacional.
El rol de la Asociación General o de la oficina correspondiente es:
• Notificar a las familias.
• Notificar a los canales denominacionales apropiados.
Si es necesaria una investigación, deberás contactarte con la oficina correspondiente en Cancillería o el Ministerio de Relaciones Exteriores, o institución equivalente de tu país, responsable por tu tipo de actividades.
Algo de esta información fue adaptada de los materiales de Sean M. McWeeney, de Corporate Risk Internacional, y de Managing Terrorism Risks, por Ackerman Group.
Tanto las Naciones Unidas como la Cruz Roja proporcionan clases en línea sobre asuntos de seguridad y protección. Visita: www.training.dss.un.org o www.redcross.org.
Erich W. Baumgartner (et. al) Pasaporte para la Misión. (Buenos Aires:ACES, 2025) 265-278.