miércoles, 1 de noviembre de 2023

La identidad de la iglesia en el contexto urbano de Filipos - Misión Urbana

 Ciudadanos del Reino de Cristo

"Eclesiologia... es el testimonio humano visible del Señor Jesucristo en un mundo que no lo conoce" - Kavin Rowe. (One true life: The stoics and early christians as rival traditions. New Haven, CT:Yale University Press, 2016, 134). (Citado en KIRSCHNER, 28. Traducción Propia)

"Pablo era un hombre de ciudad" - Wayne Meeks (The first urban christians: The social world of the apostle Paul. New Haven, CT: Yale University Press, 1983, 9). (Citado en KIRSCHNER, 28. Traducción Propia).

"Es fácil percibir también que Pablo, además de poseer facultades cosmopolitas, daba prioridad a contextos citadinos en su trabajo de evangelización, lo que se evidencia en las visitas que hizo a lugares como Tesalónica, Atenas y Corinto (Hch 13-28). Sin duda alguna, Pablo fue, en un lenguaje moderno, un misionero urbano". Bernardo Cho (En: KIRSCHNER, 29. Traducción Propia).

"De acuerdo con Lucas, fue allí (Filipos) que, por intermedio de Pablo, el evangelio comenzó a alcanzar a Europa (Hch 16:12)... Así, el ministerio de Pablo a los filipenses... tiene implicaciones variadas para la temática de un libro llamado Misión urbana". Bernardo Cho (En: KIRSCHNER, 29. Traducción Propia).

"El discernimiento de nuestra vocación es precedido por el entendimiento de la historia que nos define" Alasdair MacIntyre (After virtue. A Study in moral Theory (Notre Dame, IN: University of Notre Dame Press, 1981, 216). Citado en Bernardo Cho (En: KIRSCHNER, 29. Traducción Propia).

¿Cuál es la relación entre Eclesiología y Misiología en el contexto urbano de Filipos?

"La misión solo tiene sentido cuando la iglesia entiende quien ella es" -Bernardo Cho (En: KIRSCHNER, 29. Traducción Propia).

¿En qué términos Concibe Pablo la identidad del pueblo De Dios en aquella ciudad?

FILIPOS

"No figuraba entre las mayores ciudades del imperio romano. Se estima que era habitada por 10.000 personas, buena parte de las cuales era fluente en griego y latín. Su principal fuente de ingreso fue la construcción civil, la extracción de mármol y la producción de tinta" (KIRSCHNER, 29. Traducción Propia).

"Esa relación casi indivisible entre ser "un filipense" y ser "un ciudadano romano" era reforzada por una parte considerable de la población formada por veteranos de guerra, habituados a un estilo de vida de profunda lealtad a César... Esto convertía a Filipos en un importante centro de influencia romana fuera de la capital" (KIRSCHNER, 29. Traducción Propia).

"Sin embargo, en ningún otro aspecto esa identidad colonial se hacía más evidente que en la práctica de la veneración a César. Aunque la religiosidad romana fuera básicamente sincretista, una de las costumbres más dominantes en Macedonia oriental, en los tiempos del apóstol Pablo, se expresaba en el culto imperial. Eso sugiere que, dentro del imaginario popular de los filipenses, la figura del emperador ejercía un pape simbólico central. como el responsable por mantener el funcionamiento ordenado de todo el cosmos. Era tanto que, el César no era solamente el gran patrón del mediterráneo, sino que era llamado "Señor" (Kyrios) y "Salvador" (Soter), de quien dependían la prosperidad y seguridad del mundo entero. Por tanto, cualquier actividad pública - social, económica, política o cultural - se daba solo bajo el auspicio del emperador, a quien correspondía ser honrado por toda la población en todas esas ocasiones. En suma, todo debía apuntar a la gloria de César" (KIRSCHNER, 31. Traducción Propia).

"Delante del ambiente histórico-cultural que acabamos de reconstruir, no sorprende que cualquier mención de la sinagoga como punto inicial de la predicación este completamente ausente en la descripción que Hechos 16:11-40 hace del ministerio de Pablo en Filipos. Las razones exactas de la ausencia de una comunidad judía institucionalmente organizada en la ciudad son desconocidas, pero es posible que la presencia ostensiva de la ideología imperial haya inhibido la subsistencia formal de aquel grupo" (KIRSCHNER, 32. Traducción Propia).

"De todos modos, vemos que la estrategia evangelística de Pablo, que siempre enfocaba su predicación en las sinagogas, necesitó pasar por una leve adaptación contextual. En su viaje a Filipos, en el año 49 DC, el apóstol tuvo que anunciar al Mesías de Israel en un lugar a orillas del río, donde los pocos judíos que habían, juntamente con algunos gentiles participantes del judaísmo, se reunían los sábados para orar" (KIRSCHNER, 32. Traducción Propia).

"Lo que se ve después de ese primer momento es, sobretodo, la formación de una nueva comunidad, cuya identidad ya no se basaba en los valores culturales de Filipos, sino en la revelación última de Dios en la persona de Jesús". (KIRSCHNER, 32. Traducción Propia).

1. "Desde su génesis, la iglesia en Filipos operaba a partir del entendimiento de que el evangelio reconfigura completamente la base de las relaciones interpersonales... Tal acto generoso de servicio y hospitalidad (Lidia), en el momento de fundación de la Iglesia, indica que los criterios que regían ciertas dinámicas sociales - y que, con efecto, perpetuaban ciertos límites sociales - en la sociedad romana del primer siglo habían sido severamente desplazados por el mensaje de la cruz. Es instructivo, por tanto, que Lidia se haya apegado exclusivamente a su fe en Jesús como el único factor que establecía su vínculo de pertenencia con esa naciente comunidad. "Si ustedes consideran que soy fiel seguidora del Señor, vengan a quedarse en mi casa". Hch 16:15 TLA. (KIRSCHNER, 32. Traducción Propia).

"Además, desde el inicio estaba muy claro que el evangelio no hablaba sobre una filosofía abstracta, sino representaba la realidad de que el Cristo resucitado, teniendo toda la autoridad "en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra" (Fp 2:10), era capaz de ofrecer restauración concreta de la vida y libramiento escatológico de la muerte" (KIRSCHNER, 32. Traducción Propia).

"La agenda del equipo apostólico, llamados de "siervos del Dios altísimo" - era, realmente, "anunciar el camino de salvación" (Hch 16:17)". (KIRSCHNER, 33. Traducción Propia). 

2. El terremoto, "de tal manera que los cimientos de la cárcel (donde Pablo y Silas estaban) se sacudían" (Hch 16:26) culminó en la conversión del propio carcelero y de toda su casa: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y toda tu casa" (Hch 16:31). Así, para los cristianos en Filipos, Jesucristo, y no el César, era de hecho el "Señor" y "Salvador". (KIRSCHNER, 34. Traducción Propia).

3. "Los filipenses aprendieron, inmediatamente en los primeros pasos de su caminata de fe, que la supremacía de Cristo desenmascaraba la profunda inverosimilitud de la cosmovisión prevaleciente en aquella época". (KIRSCHNER, 34. Traducción Propia).

"Es muy interesante como, a partir de una acción positiva, en la cual una joven había sido emancipada de fuerzas malignas, todo el tejido ideológico que vestía la pompa de los que se imaginaban poderosos comenzó a desmoronarse. La predicación del Cristo resucitado, cuya señal Pablo apuntaba en el exorcismo de la esclava, reducía a la nada el significado que la población atribuía a los símbolos de Roma... Los filipenses descubrieron que el evangelio exponía la desnudez de los dioses que dictaban el padrón de vida romano y denunciaba lo enfermo de quienes insistían en interpretar la realidad a través de lentes paganos. Apuntar a la gloria de César, por tanto, se había convertido en algo diametralmente incompatible con seguir a aquel que había vencido a la muerte". (KIRSCHNER, 35. Traducción Propia).

"Lo que es especialmente relevante al asunto que hemos tratado es que, en Filipenses, la misión de la Iglesia no se traduce primeramente en algún tipo de activismo, sea religioso, social o político. Ante todo, la misión de la iglesia, para Pablo, es la extensión de la nueva identidad que los creyentes habían recibido en el momento en que fueron alcanzados por la gracia de Cristo". (KIRSCHNER, 35. Traducción Propia).

"Hasta que Pablo llegara nuevamente a Filipos, los creyentes debían permanecer "firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio" (Fl 1:27). "y en nada intimidados por los que se oponen" (Fl 1:28) y celebrando el privilegio de que "no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él" (Fl 1:29). Tal exhortación, sin embargo, no venía de una motivación meramente pragmática, como si la fidelidad de los filipenses fuese un medio para algún resultado cuantitativo. La verdad, el apelo de Pablo encontraba razón en la premisa de que la vocación de la iglesia en la ciudad debe reflejar la propia forma de ser de un pueblo, cuyos valores fueron enteramente recalibrados según la cosmovisión engendrada por el reino de Dios". (KIRSCHNER, 36. Traducción Propia).

"Es por eso que, en el punto de transición entre la introducción y la larga sesión de imperativos que se extiende hasta el final de la carta, Pablo toma el concepto de ciudadanía como estructura que justifica la vida que los cristianos fueron llamados a vivir como resultado de la resurrección de Jesús" (KIRSCHNER, 36. Traducción Propia).

"Aquí, no podemos dejar de notar un detalle exegético de suma importancia. El verbo politeuomai traducido en la RV como "compórtense de una manera digna" tiene el correcto sentido que le da la NTV "ciudadanos del cielo". Así la primera cosa que Pablo hace al articular el llamado de los cristianos en Filipos es recordarles, por medio de un lenguaje bastante común y teológicamente rico, de que el cuerpo de Cristo (iglesia) es el microcosmos de un modo de existencia que apunta para la gloria de un otro rey - de hecho, del único Rey que reina hasta incluso sobre la muerte. (KIRSCHNER, 36. Traducción Propia).

"Tal concepción de identidad De la Iglesia gana claridad aún mas cristalina en el tercer capítulo de la carta, donde Pablo utiliza la misma categoría de ciudadanía del reino de Dios para decir que la ética cristiana encuentra su base en la realidad inaugurada por la resurrección de Cristo". "En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador. Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio". (Fl 3:20, 21). (KIRSCHNER, 37. Traducción Propia).

"Tal vez, mejor que cualquier ciudadano cosmopolita alcanzado por la predicación de Pablo, fueron los filipenses quienes comprendieron qué significaba la victoria de Jesús sobre la muerte para la interpretación que ellos daban a los símbolos por detrás del modus operandi de su ciudad. Ser un discípulo de Jesús no significaba necesariamente renegar de todas las cosas romanas - Pablo y Silas no lo hicieron - sino, que acarreaba un padrón de vida que denunciaba la insignificancia de todo aquello que desalineaba con el verdadero Señor y Salvador de todo el cosmos". (KIRSCHNER, 37. Traducción Propia).

"Por tanto, antes de discutir sobre las expresiones prácticas de la participación de los creyentes en la sociedad, Pablo estructura su visión sobre la misión de la iglesia en la concepción eclesiológica de que el cuerpo de Cristo es el espacio donde la vida de Jesús debe ser inteligible. Así como todas las costumbres en Filipos expresaban el ethos de Roma, la iglesia es el pueblo que da forma visible al reinado de Cristo en la ciudad. Y es en Filipenses donde además encontramos uno de los textos más sublimes sobre la gloria que Dios reveló en la persona de Jesús. De una manera absolutamente contraintuitiva aquellos que estaban acostumbrados con los caminos de César, el Hijo de Dios triunfó sobre todo el panteón del imperio, revelando su grandeza en su auto vaciamiento (Fl 2:6-11) Así, la nueva ciudadanía de los creyentes en Filipos seguía un ritmo diferente: "Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús". (Fl 2:5). (KIRSCHNER, 37. Traducción Propia).

Cuando el tema es la misión de la iglesia en el contexto urbano de Filipos, la pregunta principal que plantea Pablo se refiere a la autocomprensión que la iglesia debe tener en relación a la cultura de la ciudad donde se encuentra el pueblo de Dios. Nuestra ciudadanía en Cristo relativiza todas las alianzas que tenemos con los símbolos que nos rodean y se define enteramente por el señorío de Jesús. La única realidad que da sentido y cohesión al compromiso público de la Iglesia, por tanto, es la realización de un estándar de vida caracterizado por la mentalidad de quien, antes de vencer, fue obediente hasta la cruz. La reflexión que esto suscita es si realmente nuestros intentos de ejercer nuestra vocación en la ciudad han estado en sintonía con la identidad real que recibimos de Cristo, o si hemos buscado cumplir nuestra llamada desde una visión eclesiológica distorsionada, que, al final, se parece más a los caminos del César que a los de Cristo.  (KIRSCHNER, 38. Traducción Propia).

Estevan Kirschner e Bernardo Cho. Missão Urbana. Mundo cristão. 1ed. São Paulo, 2020.

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