domingo, 12 de enero de 2025

Culto Inspirador - Schwartz

¿Cuál es el elemento que distingue los cultos de las iglesias en crecimiento y los de las iglesias en decrecimiento, los de las iglesias con un desarrollo cualitativo superior a la media y los de las que tienen un desarrollo inferior a la media? En otra palabras: ¿Qué deberían tener en cuenta las iglesias cuando planifican un culto? Estoy seguro de que no hay ningún sector en el que se descuide tanto la distinción entre «modelos» y «principios» (véanse págs. 16-17). Muchos creyentes opinan que deberían adoptarse ciertos modelos de culto de otras iglesias ya que estos constituyen un principio de crecimiento.

Nuestra investigación, sin embargo, arrojó algo de luz a la discusión sobre los cultos que ha surgido últimamente. Un ejemplo: muchos creyentes están convencidos de que un culto dirigido principalmente a no creyentes (seeker service), según el ejemplo tan positivo y ejemplar de la Willow Creek Community Church y de muchas otras iglesias inspiradas en esta, constituye un claro principio de crecimiento. He hablado con muchos pastores, que están remodelando sus cultos siguiendo el modelo de esta iglesia, y que nunca se han preguntado seriamente si esta forma de evangelización -que es una más de las muchas y buenas posibilidades que existen- es realmente la más adecuada a su situación en particular. Ellos parten del hecho de que este tipo de culto es un principio válido universalmente y, según ha quedado demostrado, no lo es.

En nuestro estudio seleccionamos todas las iglesias que declararon estar muy de acuerdo con la afirmación «nuestro culto principal se dirige primordialmente a no creyentes». El resultado fue que esta afirmación no se corresponde con ninguna de las cuatro categorías de iglesia (ver gráfico pag. 31 izquierda). Esto no significa que los cultos adaptados a los no creyentes no sean una buena forma de evangelización, cuya adopción deberíamos considerar seriamente. Más bien significa que detrás de esta forma de culto no hay ningún principio de iglecrecimiento. Podemos dirigir nuestros cultos en exclusiva a creyentes o a no creyentes; podemos utilizar en ellos un lenguaje eclesiástico o un lenguaje «secular»; podemos celebrarlos de forma ordenada o libre -nada de esto es esencial para el iglecrecimiento.

El criterio decisivo es la respuesta que se da a la pregunta: ¿Es la participación en el culto una experiencia «inspiradora» para los asistentes? (gráfico de la derecha). Las respuestas a las once preguntas referentes al culto que les hicimos a las iglesias apuntaban todas en una misma dirección. Es el criterio de inspiración el que diferencia a las iglesias en crecimiento de las iglesias en decrecimiento o en estancamiento.

Christian A. Schwarz. Desarrollo Natural de la iglesia. CLIE: (Terrasa) Barcelona. 1996, 30.

El término «inspirador» requiere una explicación. Debe ser entendido en el sentido literal de la palabra latina inspiratio (inspiración que proviene del Espíritu de Dios). Es evidente que el Espíritu Santo, cuando actúa realmente y no sólo cuando se dice que actúa, ejerce efectos concretos sobre la forma, el desarrollo e incluso la atmósfera que se respira durante el culto. La conclusión unánime en tales encuentros suele ser que el culto «les ha gustado».

Siendo así, ya sabemos de donde procederá la oposición a esta característica cualitativa: de aquellos que piensan que el culto es, primordialmente, el cumplimiento de un deber cristiano. De acuerdo con esto, las personas asisten al culto no porque quieran tener una experiencia agradable e inspiradora, sino pensando en hacer un favor al pastor o a Dios.

Algunos pueden pensar incluso que Dios debería bendecir la asistencia a este tipo de cultos y premiar su «fidelidad» ya que demuestran su disposición a soportar un ejercicio espiritual poco agradable en sí.

Quien esté imbuido por este pensamiento procurará ejercer una presión, más o menos fuerte, para que los demás asistan también a la iglesia. De esta manera demuestran no entender los automatismos de crecimiento divinos, tan evidentes en el área del culto. Cuando las iglesias celebran sus cultos de forma «inspiradora» automáticamente atraen gente a ellas.

Los espiritualistas también ejercen una influencia negativa sobre la manera de desarrollar los cultos. Piensan que la «espiritualidad real» sólo puede tener lugar en el «hombre interior». Factores tales como la decoración agradable del local de cultos, un ministerio de recepción y bienvenida a los visitantes bien organizado, un moderador bien preparado, un orden adecuado de las partes del culto... carecen de importancia para los creyentes con una mentalidad espiritualista e incluso podrían despertar en ellos la sospecha de contribuir a acentuar los aspectos externos de la fe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario