¿En qué área estaría el aspecto misional o misionero en una Universidad?
El aspecto misional o misionero dentro de una universidad se ubicaría principalmente en la función sustantiva de interacción social (extensión universitaria), porque:
Propósito: La misión implica servicio, compromiso social y transformación comunitaria, lo cual coincide con la finalidad de la extensión: vincular la universidad con la sociedad.
Acciones típicas: Programas de voluntariado, proyectos comunitarios, educación intercultural, desarrollo local, asistencia social.
Relación con otras funciones:Formación académica: El componente misional refuerza valores y competencias éticas en los estudiantes.
Investigación: Puede generar estudios aplicados sobre impacto social, desarrollo sostenible o interculturalidad.
En universidades confesionales (como las adventistas, católicas o evangélicas), el aspecto misional también se integra en la visión institucional y permea las tres funciones, pero su expresión práctica se concreta en la extensión universitaria, porque es allí donde la misión se traduce en acción social y comunitaria.
¿Cómo se mide el impacto misional?
El impacto misional en una universidad (especialmente en instituciones con identidad confesional o enfoque social) se mide mediante indicadores cualitativos y cuantitativos que reflejan el grado en que la misión institucional se traduce en acciones concretas. Aquí están las principales dimensiones:
✅ 1. Impacto en la comunidad
Cobertura y alcance: Número de comunidades atendidas, beneficiarios directos e indirectos.
Mejora de condiciones sociales: Indicadores de salud, educación, desarrollo económico local.
Sostenibilidad: Continuidad de proyectos y fortalecimiento comunitario.
✅ 2. Impacto en los estudiantes
Formación en valores: Encuestas sobre sentido de pertenencia, compromiso social y ética profesional.
Competencias desarrolladas: Liderazgo, trabajo en equipo, empatía, interculturalidad.
Participación: Porcentaje de estudiantes involucrados en programas misionales.
✅ 3. Impacto institucional
Cumplimiento de la misión: Grado de alineación entre proyectos y principios institucionales.
Reconocimiento externo: Premios, convenios, impacto mediático.
Integración curricular: Inclusión del componente misional en asignaturas, prácticas y proyectos.
✅ Herramientas para medirlo
Indicadores cuantitativos: Número de voluntarios, horas de servicio, beneficiarios, proyectos ejecutados.
Indicadores cualitativos: Entrevistas, estudios de caso, testimonios, evaluación de satisfacción comunitaria.
Evaluación de resultados: Comparación entre objetivos planteados y logros alcanzados.
El enfoque misional y su articulación con la función de interacción social
La función sustantiva de interacción social —también conocida como extensión universitaria— constituye el puente entre la universidad y la sociedad, orientado a la transferencia de conocimiento, la cooperación y el desarrollo comunitario. En este marco, el enfoque misional se integra como una expresión específica de esta función, especialmente en instituciones con identidad confesional, donde la misión institucional incluye valores espirituales y servicio social.
Articulación con la interacción social
El enfoque misional comparte con la extensión universitaria el objetivo de impactar positivamente en la comunidad, pero añade un componente axiológico: la formación en valores y la vivencia de principios éticos o religiosos. Según UNESCO, la educación superior debe “contribuir al desarrollo sostenible y a la formación de ciudadanos responsables” (UNESCO, 1998), lo que coincide con la lógica misional de servicio y transformación social. Tünnermann Bernheim (2008) subraya que la extensión universitaria “no es un apéndice, sino parte esencial de la misión universitaria”, pues permite que el conocimiento se proyecte hacia la sociedad en forma de acción solidaria y cultural.
En universidades confesionales, el voluntariado, los proyectos comunitarios y las misiones urbanas o rurales son estrategias concretas para cumplir esta función, integrando formación académica con compromiso social. La interacción social puede convertirse en un espacio para educar en valores, desarrollar competencias y atender necesidades comunitarias.
Diferencias entre universidades laicas y confesionales
Universidades laicas: La interacción social se fundamenta en principios de responsabilidad social universitaria, desarrollo sostenible y ciudadanía democrática. Sus proyectos suelen enfocarse en salud, educación, medio ambiente y cultura, sin componente religioso explícito.
Universidades confesionales: Incorporan la misión institucional como eje transversal, articulando la extensión con objetivos espirituales y éticos. El impacto misional se mide no solo por indicadores sociales, sino también por la formación en valores y el fortalecimiento del sentido de pertenencia.
En ambos casos, la interacción social cumple la función de vincular saberes con necesidades reales, pero el enfoque misional añade una dimensión identitaria que orienta la acción hacia la transformación integral del individuo y la comunidad.
PARA MEDIR EL IMPACTO MISIONAL
Medir el impacto misional de una universidad adventista implica evaluar no solo indicadores académicos, sino también el grado en que la institución cumple su propósito espiritual y social. Aquí tienes un marco integral con dimensiones, indicadores y metas:
1. Dimensión Espiritual
Indicadores:
- Porcentaje de estudiantes que participan en programas de discipulado, grupos pequeños o capellanía.
- Número de bautismos y decisiones espirituales registradas anualmente.
- Frecuencia de actividades devocionales y asistencia promedio.
Metas:
- Al menos 80% de estudiantes involucrados en actividades espirituales.
- Crecimiento sostenido en decisiones espirituales (p.ej., +10% anual).
2. Dimensión Misionera
Indicadores:
- Número de proyectos misioneros urbanos y rurales organizados por la universidad.
- Porcentaje de estudiantes que participan en voluntariado misionero (local/internacional).
- Impacto social medido en beneficiarios atendidos (salud, educación, evangelismo).
Metas:
- Cada facultad organiza mínimo 2 proyectos misioneros por semestre.
- 50% de estudiantes involucrados en servicio comunitario.
3. Dimensión Académico-Misional
Indicadores:
- Integración de la cosmovisión bíblica en planes de estudio (evaluada por auditorías curriculares).
- Producción científica en áreas de misión (artículos, tesis, proyectos).
- Porcentaje de egresados que trabajan en áreas de servicio (educación, salud, ministerio).
Metas:
100% de asignaturas con resultados de aprendizaje que incluyan valores cristianos.
Publicación anual de investigaciones aplicadas a misión y desarrollo comunitario.
4. Dimensión Comunitaria y Testimonio
Indicadores:
- Percepción pública de la universidad (encuestas de reputación y confianza).
- Alianzas con iglesias y organizaciones para proyectos sociales.
- Participación en campañas de salud, educación y medio ambiente.
Metas:
- Mantener índice de satisfacción comunitaria >85%.
- Firmar al menos 5 convenios estratégicos por año.
5. Dimensión Global
Indicadores:
- Número de estudiantes enviados a programas misioneros internacionales.
- Participación en redes adventistas globales (AAA, IATS).
Metas:
- Incrementar movilidad estudiantil en programas misioneros en un 15% anual.
- Herramientas para medirEncuestas internas y externas (espiritualidad, compromiso social).
- KPIs (Key Performance Indicator) o Indicador Clave de Desempeño - en informes anuales (bautismos, proyectos, publicaciones).
- Auditorías curriculares y de misión.
- Sistemas de seguimiento de egresados.
COMPROMISO SOCIAL VS COMPROMISO MISIONERO
¿Desde cuando y por quiénes toma fuerza el debate del compromiso social de la iglesia, cómo se originó y cuales han sido sus implicaciones?
Copilot said:
El debate sobre el compromiso social de la Iglesia tiene raíces profundas que se acentúan desde el siglo XIX. Su desarrollo ha seguido tres grandes líneas temáticas:
1. Origen del Debate en el Cristianismo Moderno 📖
- Desde finales del siglo XIX, la Iglesia Católica comienza a formular una doctrina social sistemática, especialmente con la encíclica Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII, que aborda injusticias laborales y defiende la dignidad del trabajador.
- En el ámbito protestante liberal, surge el Movimiento del Social Gospel (1880–1920), promovido por figuras como Washington Gladden y Walter Rauschenbusch, que defendieron la aplicación de principios evangélicos a problemas sociales: pobreza, trabajo infantil, condiciones laborales y desigualdad.
2. Quiénes impulsaron el debate
- Protestantismo liberal estadounidense: Washington Gladden, Lyman Abbott y Walter Rauschenbusch interpretaban el concepto del Reino de Dios como una llamada a la transformación social profunda.
- Iglesia Católica: el Magisterio (León XIII, Pío XI, Juan Pablo II) amplió la doctrina social, consolidándola en documentos como Populorum Progressio (1967) y el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (2004).
3. ¿Cómo se originó el debate?
- La industrialización y urbanización de fines del XIX y principios del XX expuso enormes desigualdades sociales: pobreza, explotación laboral, hacinamiento urbano.
- Esto suscitó una tensión entre dos enfoques teológicos: espiritualismo centrado en el alma y misionismo integral que combinara salvación espiritual y justicia social.
4. Implicaciones del debate
- Institucionales: Las iglesias establecieron escuelas, hospitales, sindicatos, centros de apoyo a trabajadores y servicios sociales, impulsando la creación de infraestructura social institucionalizada.
- Ideológicas: La teología social influyó decisivamente en movimientos como el sindicalismo cristiano y el estado de bienestar; ideas del Social Gospel se reflejaron en leyes laborales y políticas públicas como el New Deal de EE.UU..
- Teológicas: Se redefinió la misión eclesial, integrando compasión social, lucha por la justicia y dignidad humana como componentes esenciales del mensaje cristiano.
5. Debate y posicionamiento adventista
- La Iglesia Adventista evitó alinearse con el Social Gospel liberal, preocupada por no relativizar el mensaje escatológico y la salvación individual.
- No obstante, desarrolló programas de bienestar social y salud pública, enfatizando que tales esfuerzos acompañan, pero no reemplazan, la predicación del mensaje del fin de los tiempos.
Este debate ha convertido la responsabilidad social en un elemento central de la identidad cristiana moderna. Desde la estructuración de políticas institucionales hasta la producción de teología social moderna, ha redefinido el modo en que las comunidades eclesiales entienden su rol en el mundo, especialmente en crisis estructurales como pobreza, injusticia y desigualdad.
A continuación una perspectiva histórica y los principales hitos del SOCIAL GOSPEL
Siglo XIX
- 1840–1870: Primeras respuestas cristianas a la Revolución Industrial (movimientos filantrópicos y sociedades bíblicas).
- 1891: Rerum Novarum (León XIII) inaugura la Doctrina Social Católica, defendiendo derechos laborales y justicia social.
- 1880–1920: Surge el Social Gospel en EE. UU. (Washington Gladden, Walter Rauschenbusch), que vincula el Reino de Dios con reforma social.
Primera mitad del siglo XX
- 1910–1930: Expansión del Social Gospel en América y Europa; influencia en políticas públicas y sindicalismo cristiano.
- 1931: Encíclica Quadragesimo Anno (Pío XI) profundiza la doctrina social católica frente al capitalismo y socialismo.
- 1948: Consejo Mundial de Iglesias (CMI) incorpora justicia social en su agenda ecuménica.
Segunda mitad del siglo XX
- 1960–1970: Teología de la Liberación en América Latina (Gutiérrez, Boff) enfatiza opción por los pobres y justicia estructural.
- 1967: Populorum Progressio (Pablo VI) sobre desarrollo integral.
- 1974: Pacto de Lausana introduce el concepto de Misión Integral en el mundo evangélico.
- 1980–1990: Iglesias evangélicas latinoamericanas adoptan programas sociales (educación, salud, desarrollo comunitario).
Siglo XXI
- 2004: Publicación del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (Juan Pablo II).
- 2015: Encíclica Laudato Si’ (Francisco) incorpora ecología y justicia ambiental.
- Actualidad: Iglesias cristianas (incluidas adventistas) integran misión social con evangelismo: proyectos de salud, educación, voluntariado global.
✅ 1. Perspectiva Teológica
Compromiso social:
Se fundamenta en principios éticos universales (solidaridad, justicia, dignidad humana).
Busca el bienestar integral de la persona y la comunidad, sin necesariamente incluir una dimensión religiosa explícita.
Ejemplo: Programas de alfabetización o salud basados en derechos humanos.
Compromiso misionero:
Tiene raíz en la misión cristiana: “ir y hacer discípulos” (Mateo 28:19).
Integra servicio social con anuncio del evangelio y formación espiritual.
Ejemplo: Brigadas médicas que además ofrecen estudios bíblicos.
✅ 2. Perspectiva Social
Compromiso social:
Se orienta a la transformación estructural: reducción de pobreza, inclusión, equidad.
Actúa desde la lógica de responsabilidad social universitaria y desarrollo sostenible.
Neutral en términos religiosos; busca cohesión social y derechos.
Compromiso misionero:
Incorpora dimensión espiritual como parte del desarrollo humano.
Promueve valores cristianos y prácticas comunitarias basadas en fe.
Puede generar tensiones en contextos plurales si no se gestiona con respeto intercultural.
✅ 3. Perspectiva Política
Compromiso social:
Vinculado a políticas públicas, derechos ciudadanos y agendas globales (ODS, UNESCO).
Se legitima en marcos estatales y normativas de educación superior.
Ejemplo: Extensión universitaria regulada por leyes nacionales.
Compromiso misionero:
Responde a la identidad institucional confesional y a la libertad religiosa.
No depende del Estado, pero debe respetar la normativa educativa y la diversidad cultural.
Ejemplo: Universidades confesionales que integran misión en proyectos sociales.
Diferencia claveEl compromiso social es universal y secular, centrado en derechos y desarrollo.
El compromiso misionero es confesional y espiritual, busca transformación integral (social + fe).
IMPORTANCIA Y TENDENCIA ACTUAL
Justificación de ambos compromisos
Compromiso social
Justificación: Se fundamenta en principios de justicia, equidad y desarrollo sostenible. La universidad, como institución pública o privada, tiene la responsabilidad de contribuir al bienestar colectivo y reducir brechas sociales.
Base normativa: Declaración Mundial sobre Educación Superior (UNESCO, 1998) establece que la educación superior debe “servir a la sociedad” y promover la ciudadanía democrática.
Compromiso misionero
Justificación: En universidades confesionales, se sustenta en la misión institucional y en principios teológicos (p. ej., servicio, evangelización, formación integral). Busca no solo desarrollo social, sino también transformación espiritual, alineada con la identidad religiosa de la institución.
Base doctrinal: Documentos como la Filosofía Adventista de la Educación o la Doctrina Social de la Iglesia justifican la integración de fe y servicio.
Tendencia actual:
¿Cuál es más importante y dónde se invierten más recursos?
Mayor relevancia global: El compromiso social es considerado prioritario en la agenda internacional de educación superior. Organismos como UNESCO, el Banco Mundial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsan la responsabilidad social universitaria como eje estratégico.
Inversión de recursos:
Compromiso social recibe más recursos porque está vinculado a políticas públicas, financiamiento estatal, cooperación internacional y proyectos de desarrollo (salud, educación, medio ambiente).
Compromiso misionero depende principalmente de fondos institucionales y donaciones privadas, por lo que su alcance suele ser más limitado y focalizado en comunidades específicas.
Factores de desarrollo y declive del compromiso misionero en las universidades confesionales
El compromiso misionero de las universidades confesionales ha sido una constante histórica que articula la formación académica con el servicio y la proclamación de una visión cristiana de la persona y la sociedad. Sin embargo, su intensidad y formas han variado según contextos teológicos, sociales, políticos y organizacionales. Este ensayo identifica los factores que impulsan (desarrollo) y erosionan (declive) ese compromiso, con base en marcos normativos y experiencias recientes en educación superior.jstory 1 más
1) Fundamentos doctrinales y misionales (motor histórico)
Desde el magisterio católico, Ex corde Ecclesiae (1990) define la identidad y misión de la universidad como la búsqueda de la verdad y su servicio a la sociedad, integrando fe y razón en docencia e investigación; esta base dogmática legitima la extensión apostólica y la responsabilidad social como parte constitutiva del proyecto académico.
En el ámbito adventista, la Filosofía de la Educación describe una educación cristocéntrica y redentiva: formar “pensadores, no meros repetidores”, con una finalidad de servicio amoroso y restauración de la imagen de Dios; ello configura un mandato misionero que vincula aula, investigación y acción social.
Estos marcos convergen con las agendas globales de educación superior (UNESCO, 1998), que reafirman las misiones y funciones de educar, investigar y contribuir al desarrollo sostenible, derechos humanos, democracia y paz, reforzando institucionalmente la dimensión pública del compromiso misional.
Factor de desarrollo: una doctrina explícita y normativas institucionales que traducen la misión en políticas académicas y de extensión aumentan coherencia y continuidad del compromiso misionero.
2) Gobierno universitario y alineación estratégica (coherencia organizacional)
La literatura organizacional muestra que la claridad y acuerdo interno sobre la misión correlaciona con respuestas más selectivas y efectivas ante escenarios de declive, evitando hiper‑reactividad táctica y manteniendo la orientación misional. En instituciones con alto acuerdo sobre misión, las respuestas tienden a ser menos dispersas y mejor alineadas.
A nivel histórico, la “misión” ha evolucionado del trípode docencia‑investigación‑servicio hacia declaraciones más complejas; las universidades necesitan re‑definir misión en contextos de globalización y presión tecnológica sin perder su propósito básico.
Factor de desarrollo: gobernanza colegiada y planificación estratégica que operativiza la misión en metas, indicadores y proyectos de impacto. Factor de declive: desalineación entre discurso y práctica (misión nominal, planes fragmentados) que diluye el compromiso misionero.
3) Economías universitarias, mercado académico y precarización (tensiones estructurales)
El avance de modelos de financiamiento basados en competencia, métricas y rankings puede subordinar el trabajo misionero a indicadores de productividad, relegando la acción comunitaria y la formación espiritual. En el contexto católico norteamericano, el aumento de docencia contingente y precarización laboral en universidades debilita la coherencia misional y la “economía de la vida” requerida para el florecimiento humano según la propia doctrina social.
Simultáneamente, la educación superior enfrenta masificación, presión por empleabilidad y tecnologías, empujando a reordenar currículos y prioridades con riesgo de desplazar la misión integral por finalidades instrumentales.
Factor de declive: precariedad y mercantilización que erosionan tiempo, recursos y motivaciones para la misión. Factor de desarrollo: modelos de gestión y acreditación confesional que protegen identidad, calidad integral y vínculos comunitarios.
4) Cultura intelectual y formación integral (fe, ética y ciencia)
La fuerza del compromiso misionero depende de la integración fe‑aprendizaje, con prácticas institucionales (culto, acompañamiento espiritual, servicio) que permeen la administración y el aula. Propuestas como “universidades que confiesan” reclaman incorporar prácticas cristianas también en la gobernanza y la vida institucional, para afrontar el pecado estructural y catalizar cambios culturales.
A su vez, la misión universitaria moderna exige que la formación conecte pensamiento crítico, creatividad y ciudadanía responsable; cuando esa formación integral se mantiene, el compromiso misionero se potencia y evita reduccionismos devocionales o tecnocráticos.
Factor de desarrollo: prácticas formativas (liturgia, servicio, reflexión ética) integradas a docencia e investigación. Factor de declive: separación rígida entre fe y ciencia (o entre aula y extensión), que relega el componente misional a actividades periféricas.
5) Contexto latinoamericano: misión, justicia y diálogo con las ciencias sociales
En América Latina, la misión cristiana dialoga con realidades de pobreza, desigualdad y legados coloniales; la producción misológica reciente propone marcos instrumentales, dialógicos y activistas para articular evangelización, justicia y conocimiento contextual.
La convergencia entre teología de la liberación e misión integral ha moldeado prácticas universitarias orientadas a dignidad, derechos y reconciliación, reforzando el compromiso misional como praxis pública de la fe.
Movimientos misioneros iberoamericanos han mostrado vitalidad impulsada por iglesias y redes, pero también alertas sobre una posible “fase pos‑misionera” por fatiga o débil anclaje teológico e infraestructura; esto subraya la necesidad de investigación, formación y soporte para sostener el compromiso.
Factor de desarrollo: integración de misión y justicia con investigación y formación contextual. Factor de declive: falta de infraestructura misional (agencias, capacitación, cuidado de personal) y desgaste institucional.
6) Políticas públicas y agendas internacionales (tercera misión y evaluación de impacto)
La visión UNESCO de la educación superior reafirma que la universidad debe contribuir al bien común, educar ciudadanos críticos, y reajustar currículos para competencias de comunicación, análisis y trabajo en contextos multiculturales; esto legitima la tercera misión (interacción social) como espacio donde el compromiso misional puede evaluarse y medirse.
Proyectos recientes en América Latina (p. ej., IMPALA, cofinanciado por la UE) han buscado tipificar y medirel impacto social universitario, creando metodologías para la tercera misión y fortaleciendo la cooperación internacional; tales iniciativas proveen herramientas útiles para que universidades confesionales demuestren su aporte misional con indicadores y evidencia.
Factor de desarrollo: marcos de evaluación de impacto y cooperación que visibilizan la misión en métricas institucionales. Factor de declive: ausencia de medición y rendición de cuentas que invisibiliza logros misionales ante decisores y financiadores.
Conclusiones y líneas de acción
El compromiso misionero se fortalece cuando existe:Fundamento doctrinal claro traducido en políticas y estándares (católicos y adventistas).
Gobernanza con acuerdo real sobre misión y alineación estratégica.
Economías justas y modelos de acreditación que protejan identidad y servicio.
Cultura institucional que integra fe, ética, ciencia y prácticas formativas.academia
Diálogo latinoamericano entre misión y justicia con base en investigación y formación contextual.
Medición de impacto y cooperación internacional para la tercera misión.
Riesgos de declive incluyen la mercantilización y precarización, la disociación entre discurso y práctica, la fatiga organizacional y la falta de evaluación sistemática; superar estos riesgos requiere rediseñar currículos y modelos de gestión para integrar misión y responsabilidad social, de manera coherente con las funciones sustantivas universitarias.
Bibliografía básica (enlace a fuentes citadas)UNESCO (1998), Declaración Mundial sobre la Educación Superior. Texto y marco de misiones de la educación superior; artículos sobre misión y competencias ciudadanas.
Juan Pablo II (1990), Ex corde Ecclesiae. Definición de identidad y misión de universidades católicas.
Adventist Philosophy of Education (GC Policy). Base cristocéntrica y redentiva; finalidad de servicio; acreditación adventista y protección de misión.
Scott, J.C. (2006), The Mission of the University: Medieval to Postmodern Transformations. Evolución del concepto de misión universitaria.
Parker, B. (1986), Agreement on Mission and Institutional Responses to Decline. Alineación misional y gestión del declive.
Danner, K., Saying No to an Economy that Kills. Impacto de la precarización en coherencia misional.
Arocena & Sutz; IMPALA (2025), tercera misión y medición de impacto.
Burity (2022), Palafox (2024), Taylor/Ruiz (2025), misión latinoamericana, justicia y retos contemporáneos.
¿Cuál es el impacto social directo de indirecto de las iglesias adventistas en su comunidad?
El impacto social de las iglesias adventistas en sus comunidades puede analizarse en dos niveles: directo (acciones inmediatas que benefician a la población) e indirecto (efectos a mediano y largo plazo en la calidad de vida, valores y desarrollo comunitario).
✅ Impacto Social Directo
Son acciones concretas que generan beneficios inmediatos:
Salud y bienestar
- Jornadas médicas gratuitas, campañas de vacunación, ferias de salud.
- Programas de prevención (nutrición, ejercicio, abandono del tabaco y alcohol).
Educación
- Escuelas y colegios adventistas accesibles.
- Talleres de alfabetización y formación técnica.
Asistencia social
- Distribución de alimentos, ropa, ayuda en desastres naturales.
- Programas de apoyo a familias vulnerables.
Voluntariado comunitario
- Limpieza de espacios públicos, campañas ecológicas.
- Apoyo en hospitales y orfanatos.
✅ Impacto Social Indirecto
Son efectos sostenidos en el tiempo:
Cambio de hábitos y cultura saludable
- Reducción de consumo de alcohol y drogas en la comunidad.
- Promoción de estilos de vida saludables (dieta, ejercicio).
Fortalecimiento del capital social
- Redes de apoyo entre vecinos, cohesión comunitaria.
- Mayor participación ciudadana en proyectos solidarios.
Formación de líderes éticos
- Jóvenes capacitados en valores y liderazgo.
- Influencia positiva en instituciones locales.
Desarrollo económico
- Emprendimientos impulsados por programas de capacitación.
- Generación de empleo en instituciones educativas y de salud adventistas.
Indicadores para medir impacto
Directo:
- Número de beneficiarios en campañas de salud,
- Cantidad de alimentos distribuidos,
- Número de estudiantes en programas educativos.
Indirecto:
- Reducción de índices de alcoholismo,
- Aumento de participación comunitaria,
- Percepción positiva en encuestas de reputación social.
Modelo integral para evaluar el impacto social de iglesias o universidades adventistas, con indicadores, fuentes de datos y herramientas de medición:
✅ 1. Dimensiones del Impacto Social
Salud y Bienestar
- Campañas médicas, ferias de salud, prevención de adicciones.
Educación y Capacitación
- Alfabetización, talleres técnicos, formación espiritual.
Asistencia Social
- Ayuda en desastres, distribución de alimentos, apoyo a familias vulnerables.
Desarrollo Comunitario
- Proyectos de voluntariado, liderazgo juvenil, emprendimientos.
Transformación Cultural
- Cambio de hábitos saludables, cohesión social, valores éticos.

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