Según Bakke (2002, 12) Jesús pasó dos de sus mil días en misión junto a la mujer samaritana "Jesús encarnó la evangelización étnica al saber que, en la verdadera misión, uno no hace misión al estilo 'toco y me voy' sino que se queda con las personas y construye una relación. Jesús hizo eso en Juan 4, y luego le dijo a la iglesia que ellos tenían que ir a través de Samaria, no alrededor de ella, en su camino hacia el fin del mundo. La misión al extranjero nunca debe ser una excusa para evitar a las personas de la misión que no nos agraden".
Um pouco de mim está em você, é um pouco de você está em mim.
"Muchos fallan estrepitosamente porque no se relacionan estrechamente con aquellos que más necesitan de su ayuda". 4TI, 260.
"¡Cuán cuidadosa debería ser, pues, la labor de los hombres por sus congéneres, y cuán grande la compasión! Ser colaborador de Jesucristo para la salvación de las almas es un gran privilegio, él con esfuerzos pacientes y abnegados quiso alcanzar al hombre en su condición caída y rescatarlo de las consecuencias del pecado. Por lo tanto, sus discípulos, los cuales son maestros de su palabra, deben esforzarse por imitar al gran Ejemplo". 4TI, 261.
Encarnacional
“Utilizo la palabra ‘encarnación’ en preferencia a la ‘contextualización’ para enfatizar que la plantación de iglesias no es simplemente una adaptación de la teología y la moral en lo externo de ritos y estructuras. Lo que se requiere es una identificación con el espíritu del pueblo, un conocimiento íntimo de su historia y de sus sueños, una sensibilidad por sus relaciones humanas y con la naturaleza y, lo que es más difícil, su entendimiento personal y comunal de lo divino, de Dios. En este esfuerzo por entender la cultura e interpretar correctamente el significado del mensaje bíblico en ella, se necesita el apoyo de las ciencias humanas y la vivencia entre el pueblo mismo” (Wagenveld, 143).
"Creio que, com respeito à grande tensão entre a interpretação vertical do evangelho, que o considera essencialmente interessado na ação salvadora de Deus na vida dos indivíduos, e a interpretação horizontal do evangelho, que o considera interessado principalmente nos relacionamentos humanos no mundo, devemos evitar este movimento oscilante inicial que vai de um extremo ao outro, pois isso não corresponde a um movimento que por natureza, procura abarcar a verdade do evangelho em sua totalidade. Um cristianismo que perdeu sua dimensão perdeu o sal e, não somente é insípido em si mismo, mas inútil para o mundo. Porém, um cristianismo que usa a preocupação vertical como um meio para escapar de sua responsabilidade para com a vida comúm do homem e uma negação da encarnação, do amor de Deus pelo mundo manifestado em Cristo." (John Stott, a missão cristã no mundo moderno, 24)
"Misión Encarnacional. Así como Cristo se encarnó como persona, así la iglesia y los agentes de misión deben encarnarse en el mundo. El Padre envío al Hijo al mundo a través del misterio de la encarnación; y el Hijo envía a su iglesia al mundo también a través del misterio de la encarnación (Jn. 17:18; 20:21). La iglesia es peregrina en el mundo, pero debe contextualizarse (aprender el lenguaje y la cultura del mundo) para cumplir con más efectividad su misión (1 Co. 9:19–23)." (Diccionario Hispano Americano de la Misión)
"Ministerio Encarnacional. Tiene que ver con los ministerios diaconales de todo tipo que la iglesia lleva a cabo. Segun Orlando E. Costas: «Por ce se entiende el grado de involucramiento de una comunidad de fe en la vida y problemas de su entorno social, i.e., su participación en la aflicción de este mundo; su acción profética, intercesora, y liberadora en bien de los débiles y destituidos; la intensidad de su predicación a los pobres, los quebrantados de corazón, los cautivos, los ciegos y los oprimidos (Lc. 4:18–21)» (The Church and Its Mission, 91)."
"Es importante tener presente que el crecimiento de la iglesia debe ser un crecimiento integral Es éste el crecimiento del que Pablo habla como un don de Dios. En el curso de su peregrinaje por este mundo (He. 13:14), la iglesia debe experimentar este tipo de crecimiento y expansión, que es tanto el resultado de su labor evangelizadora como la señal del reino venidero que ella espera. Como señala Orlando E. Costas: “La idea de crecimiento es por lo tanto básica a la experiencia y expectativa misional de los primeros cristianos y a la teología bíblica de la misión. Igualmente importante es la naturaleza multidimensional de ese crecimiento.”
Por ser un don de Dios y por ser integral, el crecimiento de la iglesia tiene múltiples dimensiones. Una de las más significativas es que se trata de un crecimiento espiritual. El crecimiento espiritual se manifiesta en la producción del fruto del Espíritu tanto en la vida cristiana del creyente individual como en la comunidad de fe. Pablo describe este fruto, cuando señala: “El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio” (Gá. 5:22, 23).
Como puede verse, se trata de un crecimiento interno que resulta en la madurez espiritual de los miembros de la iglesia, a medida que se desarrollan a través de la adoración, el estudio de la Biblia, la oración, el servicio, y la manifestación del fruto del Espíritu. Este crecimiento es de carácter cualitativo y es de suma importancia. No es que sea prioritario o deba optarse por él en desmedro de otros tipos de crecimiento, pero sí su experiencia ayuda a darle fundamento y forma a otras manifestaciones de crecimiento. El crecimiento cualitativo o espiritual debe ser apreciado y procurado por la iglesia.
Charles van Engen: “Por crecimiento espiritual se entiende la profundidad y amplitud de la relación de pacto del Pueblo de Dios en relación espiritual íntima con Dios, a través de la fe en Jesucristo por el Espíritu Santo, i.e., la profundidad de la madurez espiritual de los líderes y miembros, su grado de inmersión en la Escritura, su manifestación de un estilo de vida y ética del reino de Dios, su involucramiento en oración, su dependencia de Dios, su búsqueda de santidad y su vitalidad en la adoración.”
Es muy frecuente que se establezca una oposición falsa e innecesaria entre crecimiento cualitativo y crecimiento cuantitativo. En el Nuevo Testamento no se encuentra tal polarización u opción. Por el contrario, especialmente en el libro de los Hechos se destaca la importancia del crecimiento numérico (Hch. 2:41; 2:47; 4:4; 5:14; 6:7). Sobre el particular, Orlando E. Costas explica: “Por expansión numérica se entiende el reclutamiento de personas para el reino de Dios invitándolas al arrepentimiento y la fe en Jesucristo como Señor y Salvador de sus vidas y su incorporación a una comunidad local de personas que, habiendo hecho una decisión similar, adoran, obedecen y dan testimonio, colectiva y personalmente, al mundo de la acción redentora de Dios en Jesucristo y su poder liberador.”
De este modo, el crecimiento cuantitativo y el cualitativo deben ir juntos, y es absurdo querer separarlos. El primero tiene que ser una expresión del segundo. Una iglesia madura en la fe y llena del Espíritu Santo va a procurar la salvación del mayor número de personas, a quienes va a incorporar a la comunión de los santos y a discipular con responsabilidad para que a su vez se conviertan en proclamadores efectivos del evangelio del reino. Cuando esto ocurre, el crecimiento numérico sigue como consecuencia natural.
Este crecimiento numérico o expansión de la congregación local estará basado en la conversión de personas a medida que los creyentes vayan saliendo al mundo, ganen a personas para Cristo, y las traigan a la membresía de la iglesia. En la medida que este ciclo de reproducción se multiplique y amplíe, el tamaño de la comunidad de fe crecerá.
Costas hace referencia también a un crecimiento orgánico. Según él, se trata de una forma de crecimiento que merece nuestra atención ya que es muy significativa para la vida de la iglesia como cuerpo de Cristo. Dice Costas: “Por crecimiento orgánico se entiende el desarrollo interno de una comunidad de fe, i.e., el sistema de relaciones entre sus miembros—su forma de gobierno, estructura financiera, liderazgo, tipos de actividades en las que se invierten su tiempo y recursos, etc.” Como puede observarse, el crecimiento orgánico tiene que ver con el desarrollo estructural y organizacional de la comunidad cristiana: su organización, administración, liderazgo, estrategias, y mayordomía. Se trata, pues, del desarrollo de la infraestructura de la iglesia, mediante la creación y puesta en marcha de juntas, comisiones, comités, actividades, programas de capacitación y grupos pequeños.
Hay también un crecimiento conceptual, que Costas define de la siguiente manera: “Por expansión conceptual se entiende el grado de consciencia que tiene una comunidad de fe con respecto a su naturaleza y misión en el mundo, i.e., la imagen que la comunidad ha formado de sí misma, la profundidad de su reflexión sobre el significado de su fe en Cristo (comprensión de la Escritura, etc.), y su imagen del mundo.” Este tipo de crecimiento conceptual tiene que ver con la concepción del mundo que domina a la iglesia, y sus presuposiciones filosóficas e ideológicas.
Una forma de crecimiento que no ha recibido suficiente atención es la que Costas denomina como crecimiento encarnacional. Según él: “Por crecimiento encarnacional se entiende el grado de involucramiento de una comunidad de fe en la vida y problemas de su entorno social, i.e., su participación en la aflicción de este mundo; su acción profética, intercesora, y liberadora en bien de los débiles y destituidos; la intensidad de su predicación a los pobres, los quebrantados de corazón, los cautivos, los ciegos y los oprimidos. (Lc. 4:18–21).” El crecimiento encarnacional tiene que ver con los ministerios diaconales de todo tipo que la iglesia lleva a cabo.
Finalmente, el crecimiento expansivo es otra forma de crecimiento a la que debemos prestar atención. Por crecimiento expansivo se entiende el crecimiento que resulta de la plantación de otras iglesias por la iglesia local, a medida que nuevos convertidos de la misma cultura o de una cultura diferente son reunidos en congregaciones nuevas. Una iglesia madura se reproduce y planta nuevas iglesias.
Pacto de Lausana: “Confesamos que a veces hemos buscado un crecimiento de la iglesia a costa de la profundidad de la misma y hemos divorciado la evangelización del crecimiento cristiano. … Aunque los estudios del crecimiento de la iglesia, tanto numérico como espiritual, tienen su lugar y valor cuando se hacen con cuidado, a veces los hemos descuidado. Otras veces, con el deseo de asegurar una respuesta al evangelio, hemos acomodado nuestro mensaje, hemos manipulado al oyente por medio de técnicas de presión y nos hemos preocupado demasiado por las estadísticas y hasta hemos sido deshonestos en el uso que hemos hecho de ellas. Todo esto es mundanal." (La iglesia como comunidad de Personas, 95.)
"La consejería a personas de diversas edades
En todos los casos hay que adaptar el lenguaje verbal y no verbal y estrategias a las características y necesidades del aconsejado. Este es el principio encarnacional de las Escrituras. Jesús tuvo que encarnarse y Dios tuvo que revelarnos su Palabra en la Biblia para que pudiéramos entenderle. Igualmente Pablo lo hizo para ganar algunos para el Evangelio (1 Co 9:19–23). (Consejeria Biblica para todos, 74)
"El método que más frecuentemente usó, sin embargo, fue el de enseñar por medio del ejemplo de su propia vida. Los discípulos, por ejemplo, le habían observado y escuchado orando. Veían algo en la calidad de su comunión con el Padre que no estaba presente en sus propias vidas; y se le acercaron y le pidieron que les enseñara a orar (Lc 11.1). En otra ocasión, sin decir nada, les lavó los pies, dejando así la más clara lección sobre el servicio que jamás hayan recibido.
En todo esto vemos que el trabajo de enseñar pasa por muchos carriles diferentes. El maestro eficaz no puede limitar su actividad a un aula y una clase que dura cuarenta y cinco minutos. La enseñanza es algo más amplio y profundo que esto. En este sentido, todo cristiano puede ejercer el ministerio de la enseñanza sin necesariamente poseer la habilidad para hacer una presentación formal de la verdad. Por esta razón, el llamado de enseñar a los que son discípulos, es un llamado para todo el pueblo de Dios.
Para pensar:
«El método de Dios siempre es encarnacional. Le encanta tomar su verdad y envolverla con la vida de alguno de sus hijos». H. Hendricks." Alza tus ojos, 17 Julio
"Una iglesia tradicional y la iglesia renovada
Finalmente, hay que distinguir entre una iglesia tradicional y la iglesia renovada. Por cierto, esta distinción no se encuentra en el Nuevo Testamento, sino que es más bien un producto de la historia. En general, la iglesia renovada es una reacción contra la exterioridad de la iglesia tradicional, es decir, su énfasis en los aspectos externos y superficiales de la fe cristiana, y su atención puntillosa a las cuestiones meramente religiosas. En particular, esta reacción es también contra la concepción meramente formal e institucional de la iglesia, olvidando a veces que la iglesia es, antes que nada, una comunidad de personas animadas por el Espíritu Santo. La iglesia tradicional descansa plácidamente en la herencia recibida, sin darse cuenta o querer reconocer que el mundo cambia constantemente y que, en consecuencia, ella misma debe ser transformada permanentemente para poder cumplir su misión con mayor efectividad.
Vivimos en un mundo de rápidos cambios, y nos encontramos en un tiempo de transición permanente. Esta generación es testigo de uno de los cambios más impresionantes y revolucionarios de los últimos siglos. Algunos de los indicadores de los cambios que se están produciendo hoy son las siguientes transiciones: (a) De un mundo moderno a un mundo posmoderno. (b) De lo natural a lo sobrenatural. (c) De lo científico-tecnológico a lo espiritual-sensible. (d) De la racionalidad a la experiencia. (e) De lo especializado y particular a lo integrado y orgánico. (f) De la inteligencia racional a la inteligencia emocional.
Estos cambios se ven reflejados en la esfera religiosa y eclesiástica. En este plano, también se verifican nuevas tendencias que demandan de la iglesia una actitud de permanente renovación eclesiológica y misiológica. Algunas de estas tendencias representan nuevas realidades eclesiológicas, y en muchos casos las iglesias renovadas son un reflejo de estos factores.
(a) De un cristianismo centrípeto a un cristianismo centrífugo. El desarrollo numérico explosivo y la disminución de los prejuicios populares hacia los evangélicos resultan en más oportunidades para anunciar a Cristo que nunca antes. La presencia evangélica es aceptada y valorada más y más por vastos sectores de la sociedad. Los evangélicos tenemos grandes posibilidades en el futuro para un protagonismo significativo en diversas áreas: económica, política, cultural, social y educacional.
(b) De un cristianismo denominacional a un cristianismo posdenominacional. Nos estamos moviendo bastante rápido hacia un cristianismo evangélico no-denominacional. En América Latina hoy, la identidad evangélica es más fuerte que nuestra propia identidad denominacional. El denominacionalismo al igual que su cuna, la modernidad, está entrando en crisis en estos días. Algunos de sus productos e instituciones también están en crisis: misiones modernas, voluntarismo, escuela dominical, revivalismo, asistencialismo, etc. Hoy es cada vez más difícil hablar de “principios bautistas,” “ideales metodistas,” “doctrinas calvinistas,” o “prácticas pentecostales.” La epidermis denominacional se está tornando cada vez más permeable y estamos influyendo y siendo influidos más profundamente por otros dentro de la familia evangélica.
(c) De un cristianismo centrado en los enunciados dogmáticos a un cristianismo orientado a la práctica. Es decir, hay un movimiento que va de la ortodoxia a la ortopraxis. Hay una nueva cultura en gestación en nuestro mundo hoy. La tendencia de esta nueva cultura es a la integración antes que a la dispersión o discriminación. En este contexto cultural, los evangélicos estamos desarrollando una nueva cosmovisión, caracterizada por un énfasis menor sobre la ortodoxia y un énfasis mayor sobre la ortopraxis. Esto significa que estamos más interesados en las expresiones reales de nuestra fe que en la gramática de la fe. Un énfasis sobre el señorío de Cristo y una teología del reino son los elementos principales en este proceso de dejar detrás una ortodoxia estéril y movernos hacia una ortopraxis efectiva. Una cristología encarnacional está produciendo también una mayor percepción de un Dios que está cerca de nosotros y que está comprometido con las cuestiones humanas y con la historia.
(d) De un cristianismo rural a un cristianismo urbano. El cambio de un cristianismo rural a un cristianismo urbano es revolucionario y genera profundas tensiones. La mayor parte de nuestras discusiones y conflictos en materia eclesiológica y misiológica están relacionados con esta tensión, que es mayormente cultural. La fe evangélica tradicional es el resultado de las elaboraciones culturales que se originaron en contextos rurales, principalmente en los Estados Unidos durante el siglo XIX. La iglesia en la ciudad debe tomar seriamente en cuenta este conflicto de orientaciones culturales y concepciones de la realidad, mientras considera las mejores maneras de servir al Señor. Una iglesia renovada va a prestar mucha atención al contexto cultural en el que testifica de su fe.
(e) De un cristianismo institucional a un cristianismo post-institucional. Hoy se siguen nuevos patrones para expresar el deseo del pueblo de experimentar la vida y a Dios de una manera directa. Las personas no quieren tener experiencias indirectas o secundarias, a través de mediadores o intérpretes humanos e institucionales estandarizados. La lealtad de los creyentes a su congregación local o denominación está decreciendo. Las lealtades institucionales no parecen ser el elemento más importante para muchos cristianos.
(f) De un cristianismo estructural a un cristianismo relacional. Una nueva cultura con organizaciones más fluidas está en desarrollo en nuestro mundo hoy. Estas organizaciones se rehúsan a crear estructuras jerárquicas y son adversas a cualquier formalismo institucional. Las redes de relaciones personales son más importantes que las líneas rígidas de las jerarquías establecidas. Las congregaciones son dirigidas siguiendo un esquema de autoridad y sujeción espiritual. Se habla de ministerios y no de cargos, de autoridad espiritual antes que de poder político o influencia personal, y de consenso en lugar del voto de la mayoría. La iglesia renovada se está desplazando de una estructura que en la iglesia tradicional es básicamente clerical una comunidad de ministros. En las iglesias renovadas el modelo de liderazgo es más participativo. El liderazgo en equipo es el modelo de liderazgo que parece prevalecer.
(g) De un cristianismo moderno a un cristianismo post-moderno. La nueva cultura en gestación se caracteriza por organizaciones más fluidas, que se resisten a crear estructuras jerárquicas y son adversas a los dogmatismos. Las necesidades espirituales y emocionales del ser humano reciben más atención que la razón y el método del razonamiento científico. La búsqueda de lo absoluto y la unidad de la existencia humana son lo más importante, al menos como aspiración última de la cultura. Esto significa que se está produciendo un movimiento muy significativo que va de la racionalización y verbalización de la fe a la experiencia y manifestación de la misma.
Pensar en una iglesia tradicional es pensar en un absurdo o una contradicción. Una iglesia viva no puede ser otra cosa que una iglesia renovada. El imperativo bíblico es precisamente una renovación permanente. “No se amolden al mundo actual,” dice Pablo, “sino sean transformados mediante la renovación de su mente.” Y agrega: “Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Ro. 12:2). Este “ser renovados en la actitud de la mente” (Ef. 4:23) es la característica distintiva de una iglesia auténticamente renovada. Y esta actitud dinámica es siempre el resultado de la obra del Espíritu. Como señala David Haney: “Si la iglesia ha de ser renovada, esto sólo ocurrirá por el Espíritu Santo, no por medio de técnicas. ‘La renovación comienza por dentro’ en la vida espiritual de los creyentes individuales. Esta es la lección imprescindible para la iglesia de hoy.”
Si el Señor tuviera que hablar a su iglesia hoy: ¿Qué haría? ¿A quién hablaría? Haríamos bien en prestar atención a las palabras de John Stott: “Necesitamos tener la perspectiva de la iglesia que Jesús mismo tenía, y redescubrir la visión de una iglesia viva, renovada por el Espíritu Santo, tal como lo fue en sus primeros tiempos.”" (La iglesia como comunidad de personas, 44)
"¿Cuáles son, entonces, algunas de las lecciones sobre la misión que podemos aprender de estos parientes cercanos nuestros? Voy a limitarme a resumir algunos puntos del trabajo seminal de Steuernagel.
La práctica misionera de los moravos fue la práctica de toda una comunidad que por la experiencia del sufrimiento y el exilio había alcanzado cohesión interna y estaba altamente motivada. En proporción a su tamaño envió un número inusitado de misioneros.
"El Conde Ludwig Von Zinzendorf abrió un hogar para los refugiados moravos en 1721 en sus tierras. En Herrnhut (casa del Señor), Alemania, se formó una comunidad que llegó a ser quizás la agencia misionera más importante del siglo XVIII. Entre 1730 y la muerte de Zinzendorf en 1764, fueron enviados más de trescientos misioneros a todas partes del mundo. Su modo de enviar era llamar a la comunidad para orar y después echar suertes para elegir dos hombres para ir al lugar previamente designado. Después de pasar un tiempo con sus familias y la comunidad y en oración, se enviaba a los dos con ciertos elementos para sobrevivir y con un pasaje de ida al lugar de su destino. Llegados allí, tenían que construir su propia casa según las costumbres de aquel lugar, comenzaban su misión ganando la confianza de la gente y entonces empezaban una reunión hogareña para compartir su fe en Cristo... En la mayoría de sus obras comenzaron con frutos y establecieron iglesias. Por lo general, después de un par de generaciones las obras se mantuvieron pero cesaron de crecer". (Sidney Rooy en Wagenveld, 100).
"Entre moravos y metodistas surgió el motivo del amor por los no salvados, una visión inspirada por los grandes avivamientos. La expansión geográfica y la colonización de nuevas tierras inspiraron a muchos a acompañar a los comerciantes y a los ejércitos hasta los confines de la tierra. Para muchos esto fue un indicio providencial de que Dios mismo estaba abriendo las puertas para la plantación de la iglesia en los lugares más lejanos". (Sidney Rooy en Wagenveld, 102).
Fue una práctica que respondió al llamado de los lugares difíciles que demandaban una inserción encarnacional y costosa. Fue una práctica respaldada por una teología en la cual el Espíritu Santo ocupaba un papel central, pero esta teología buscó expresarse en términos comprensibles y sencillos más bien que en las categorías clásicas del pensamiento griego. El Conde Zinzendorf, uno de los guías de la comunidad morava, hablaba de la Trinidad como de una familia, y tomando en cuenta un estudio cuidadoso del propio vocabulario bíblico hablaba del Espíritu Santo como de una madre." (Tiempo de Misión, 108)
"Todas las iglesias están llamadas a colaborar con Dios en la transformación del mundo a partir del evangelio centrado en Jesucristo como Señor del universo, cuyo señorío provee la base para una eclesiología integral y una misión integral. La misión de la iglesia es la transformación de discípulos de todas las naciones—discípulos que se identifiquen con Jesucristo en su muerte y resurrección mediante el bautismo y aprendan a obedecerle en todas las dimensiones de la vida humana. Para su testimonio encarnacional la iglesia depende de los ‘eventos salvíficos’ por medio de los cuales Jesús obró la redención: su vida y ministerio, su muerte en la cruz, su resurrección y su exaltación. Por el poder del Espíritu, la iglesia constituye el comienzo de una nueva humanidad y, en lo que es, hace y dice, da testimonio de Jesucristo y colabora con Dios en la realización de su propósito. Es una comunidad de dones y ministerios; una comunidad de esperanza, fe y amor; una comunidad que se estructura en función de la misión integral para la gloria de Dios.”" (C. René Padilla, “Introducción: una eclesiología para la misión integral,” en La iglesia local como agente de transformación: una eclesiología para la misión integral, C. René Padilla y Tetsunao Yamamori, eds. (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2003), 44, 45.)
"Certamente, essa é uma das falhas mais características que temos como cristãos, especialmente aos que se chamam cristãos evangélicos - raramente parecemos levar a sério esse princípio da encarnação. "Assim como nosso Senhor assumiu nossa carne, discorre o relatório da cidade do México em 1963, ele também chama a sua Igreja para se envolver com o mundo secular. Isso é ao mesmo tempo fácil de dizer é sacrificial de se fazer." Para nós é mais natural gritarmos o evangelho a certa distância do que nos envolvermos com elas de forma profunda, pensarmos dentro da sua cultura e de seus problemas e sentirmos suas dores com elas. Entretanto, essa implicação do exemplo do nosso Senhir é inescapável. Como o pacto de Laussane declara: Nos afirmamos que Cristo envia o seu povo redimido ao mundo como o Pai o envio e isto conclama para um envolvimento profundo e dispendioso no mundo." (John Stott, A missão cristã no mundo moderno, 29 Ultimato 2010)
"1 João 3:17-18 Aquí o amor em ação emerge de uma situação com dois momentos. Primeiro "ver" um irmão passando necessidade e segundo, "possuir" os meios para satisfazer essas necesidades. Se eu não relacionar o que "tenho" ao que "vejo", não posso afirmar que o amor de Deus habita em mim." (John Stott, A missão cristã no mundo moderno, 32)
"As situações variam, e o chamado dos cristãos também. Com respeito às situações, haverá momentos em que o destino eterno da pessoa é a consideração mais urgente, pois não devemos esquecer que os homens sem Cristo estão perecendo. Porém, certamente haverá outras vezes em que a necessidade material da pessoa será tão premente que ela não será capaz de ouvir o evangelho se o compartilhamos com ela. O homem que caiu entre salteadores precisava, acima de tudo, naquele momento, de remédios e curativos para as suas feridas, não de folhetos evangelisticos nos bolsos! Semelhantemente, nas palavras de um missionário em Nairóbi, citado pelo bispo John Taylor, "um homem faminto não tem ouvidos." Se o nosso inimigo estiver faminto, nosso mandato Biblico não é evangelizá-lo, mas alimentá-lo (Ro 12:20)!
"Se somos cristãos, devemos gastar nossa vida no serviço a Deus e ao homem." (Stott, 37)
"Se pudermos aceitar este conceito mais amplo de missão como serviço cristão no mundo, abrangendo tanto o evangelismo como a ação social - um conceito que nos é apresentado pelo modelo de missão do nosso Salvador no mundo - então, os cristãos poderiam, sob a direção de Deus, fazer um impacto muito maior na sociedade; um impacto proporcional à nossa força numérica e às demandas radicais da comissão de Cristo." (Stott, 41)
"Ao fazermos o convite do evangelho, não temos o direito de esconder o custo do discipulado. Jesus ainda convida todos os que queiram segui-lo a negarem-se a si mesmos, tomarem a cruz e identificarem-se com a sua nova comunidade. Os resultados da evangelização incluem a obediência à Cristo, o ingresso em sua igreja é um serviço responsável no mundo." (Stott, 70)
"Tornar-se um cristão é, num sentido real, tornar-se humano, pois nada desumaniza mais do que a rebelião contra Deus ou, nada humaniza mais do que a reconciliação com Deus e a comunhão com ele. Porém, afirmar com entusiasmo que a salvação inclui a humanização não é o mesmo que dizer que a humanização (resgatar o homem do processo desumanizador da sociedade moderna) equivale a salvação.
"Lutero descreveu o homem caído como 'homo in se incurvatus', 'homem curvado, ou inclinado para dentro de si mesmo'. Dessa prisão Jesus nos liberta. Ele avisa que, se insistirmos em nos salvar, nos agarrando a nossa própria vida em egoísmo, perdemos nossa vida. Opostamente, somente se estivermos preparados para nós perdermos ao nos oferecermos em serviço a ele e aos outros, e que verdadeiramente nos encontraremos (Mr 8:35) É somente quando morremos que vivemos; somente quando servimos é que somos livres." (John Stott, A missão cristã no mundo moderno, 127)
Sinergia = Trabalhar juntos em harmônia
4TI, 67
Ed, 271
DTN, 822
Como Marcelo Dias menciona:
Para a missão cristã, esse panorama de multiculturalismo e pluralismo apresenta, além de desafios, oportunidades, se o povo de Deus compreender os tempos de rápida mobilidade e interdependência tecnológica. O estudo dessas oportunidades é chamado de missiologia de diáspora (dispersão) – uma moldura para a compreensão e participação na missão redentora de Deus entre pessoas que moram fora do seu lugar de origem. (Dias, 12)
Bakke, Raymond. Misión integral en la ciudad. Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2002.