Daniel Rode
Empieza un nuevo año y, con él, muchos desafíos. Sin duda, uno de ellos es el establecimiento de nuevas iglesias. Puede haber muchas razones para esto, pero creo que las siguientes siete son las más importantes.
1-Es un mandato bíblico
Cuando Dios creó la primera “iglesia” en el Edén, fue su plan cubrir con iglesias semejantes toda la Tierra. Su orden fue: “[...] fructificad y multiplicaos; llenad la tierra” (Gén. 1:28). El primer hogar-escuela-iglesia debía cubrir el orbe con la imagen de Dios (1:26-28). Este fue, y aún lo es, el propósito de Dios. “El huerto del Edén era una representación de lo que Dios deseaba que llegase a ser toda la Tierra, y su propósito era que, a medida que la familia humana creciera en número, estableciese otros hogares y escuelas semejantes a los que él había dado. De ese modo, con el transcurso del tiempo, toda la Tierra debía ser ocupada por hogares y escuelas”.1
En el Nuevo Testamento, el mandato de hacer discípulos de todas las etnias de la Tierra (Mat. 28:18-20) implicaba organizarlos en iglesias que, a su vez, fundaran nuevas iglesias. Pablo siempre agrupaba y organizaba a los nuevos conversos en congregaciones, aunque fueran pocos. Entonces, aunque no existe un mandato bíblico explícito de fundar iglesias, implícitamente está la prescripción, y así lo interpretó la iglesia primitiva.
Elena de White escribió: “Nuestra obra misionera debe ser más agresiva [...]. Debemos añadir nuevos territorios; la norma de la verdad debe ser establecida en nuevos lugares; hay que fundar iglesias; hay que hacer todo lo posible para cumplir este cometido: ‘Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones’ (Mat. 28:19)”.2
Pablo establecía iglesias familiares, aparentemente, en dos tipos de residencias romanas: la “domus” y la “ínsula”. La domus era una casa grande, perteneciente a personas adineradas, alrededor de un patio. La ínsula era una villa popular urbana, en el centro de la ciudad. Ambos tipos de viviendas podían albergar a dos o tres generaciones, además de los siervos y los visitantes; en torno a unas cincuenta o cien personas. La conversión de un dueño de una domus o de una ínsula podría impactar a todo su clan. Estas eran las “iglesias-casas” del siglo I.
La frase “la iglesia que está en su casa” se repite cuatro veces en el Nuevo Testamento. Las cuatro ocasiones en que se hace referencia a esta frase son estas:
-1 Corintios 16:19: En Éfeso, Aquila y Priscila tenían una iglesia en su casa-hogar. -Romanos 16:5: En Roma, también Aquila y Priscila tuvieron una iglesia en su hogar. -Colosenses 4:15: En Laodicea, Ninfas tenía una iglesia en su casa-hogar. -Filemón 1 y 2: En Colosas, Filemón tenía una iglesia en su casa-hogar.
2-Es clave para el crecimiento confesional
Una segunda razón para establecer iglesias es la importancia que tiene para el incremento de nuestra iglesia. Las religiones crecientes, en Latinoamérica, están continuamente fundando comparativamente más iglesias que las que son decrecientes.3 Se necesitan nuevas iglesias para reemplazar a las que van muriendo, y para alcanzar nuevos territorios y nuevas generaciones. (Daniel Rode. Cómo surgen las nuevas iglesias. (Entre Ríos:Editorial UAP, 2013), 12. El principio de la multiplicación en la naturaleza ilustra esto. Por ejemplo, el bananero crece hasta unos tres metros, y no crece más; pero en la cepa brotan “retoños”, que el dueño trasplanta. De esta forma, se reemplazan las plantas que van muriendo, y los bananeros se extienden a nuevos territorios. “Así como el fruto definitivo de un manzano [...] es otro manzano, el fruto definitivo de una congregación [...] es una nueva iglesia”.4
Si transcurren muchos años y una iglesia no tiene “hijas”, algo malo le está sucediendo. La mayoría de las iglesias grandes ha “dado a luz” muchas hijas. Si la iglesia está sana, se reproduce. En la División Sudamericana (DSA), se espera que una iglesia produzca una nueva hija cada cinco años. Pero actualmente, en promedio, cada iglesia en Sudamérica origina una hija cada 18 años.5
3- Las iglesias nuevas y pequeñas son más vitales y crecen mejor
Algunos discuten qué fue primero, si “el huevo o la gallina”. Según el Génesis, “la gallina” fue primero. El crecimiento en miembros va siempre acompañado de un crecimiento en nuevas iglesias. El crecimiento genera mayor crecimiento; es decir, mutuamente se potencian. Durante más de cuarenta años se ha comprobado que el crecimiento en miembros va acompañado de nuevas iglesias. Las iglesias nuevas y pequeñas crecen mejor, y son más vitales. La fundación de iglesias reduce las iglesias y las renueva. Este hecho fue confirmado con estudios que incluyeron más de 5 millones de datos de los 5 continentes, e iglesias de diferentes confesiones.6 Las iglesias nuevas son más eficientes en la producción de conversiones.
El porcentaje de bautismos en 5 años
- En iglesias de entre 300 y 400 miembros es del 7%;
- En iglesias de 200 a 300 miembros es del 17%;
- En iglesias de 100 a 200 miembros es del 23%.
Pero, lo impresionante es que en iglesias de menos de 100 miembros el porcentaje salta al 63%.
Por otro lado, las iglesias adventistas nuevas crecen a una velocidad 10 veces mayor que las iglesias antiguas. Abundantes estudios han confirmado que las iglesias más pequeñas y nuevas “tienen un porcentaje de crecimiento más alto”.
- En las iglesias de menos de 3 años, se necesitan 3 miembros para traer 1 converso.
- En las iglesias de 4 a 10 años, se necesitan 7 miembros.
- Pero, cuando la iglesia pasó los 10 años, se necesitan, en algunos casos, hasta 89 miembros para traer 1 nuevo miembro.7
La Iglesia Adventista de Tartagal, Salta, Rep. Argentina, casi duplicó su membresía en 3 años. A fines de 1998 tenía 240 miembros, y para diciembre de 2001 contaba con 411, sumando las 4 congregaciones hijas. ¿Cómo sucedió este crecimiento?
Primero, el pastor Alfredo Mirolo y su esposa, Aurora, practicaban un ministerio que atendía las necesidades.
Segundo, una evangelización que funda iglesias.
Tercero, la pareja pastoral permaneció 6 años en el lugar.
Cuarto, se promovía la formación de líderes.
El resultado fue un crecimiento del 24% entre 1998 y 2001; un crecimiento 6 veces más rápido que el que experimentó la Iglesia Adventista en el orden mundial.8
4-La fundación de iglesias dinamiza a otras iglesias
Una cuarta razón para fundar iglesias es que esto estimula a otras congregaciones para hacer lo mismo. Aun las iglesias de otras confesiones se reactivan cuando está funcionando un plan de apertura de nuevas iglesias.
Esto fue lo que ocurrió en las campañas evangelizadoras que realicé para abrir iglesias en las repúblicas de Uruguay y Argentina. En la apertura de la Iglesia Adventista de la ciudad de Rafaela (Prov. de Santa Fe, Rep. Argentina), las iglesias evangélicas se activaron y aumentó la asistencia de la Iglesia Católica. En el caso de la evangelización en la localidad de Ramírez (Prov. de Entre Ríos, Rep. Argentina), creció la asistencia en las iglesias Luterana, Bautista y Congregacional. Las iglesias de la misma confesión también se activan.
Glenn Akers realizó un estudio en Hawai, por el cual estableció una iglesia Bautista del Sur; se encontró que la nueva iglesia ayudó a otras a crecer.
- La Iglesia Católica aumentó su asistencia en un 100%.
- La Iglesia Congregacional aumentó en un 155%.
- Incluso dos templos budistas aumentaron en un 33%.9
5-Se necesitan diferentes tipos de crecimiento para la evangelización mundial
La quinta razón para establecer iglesias es que se necesitan diferentes tipos de crecimiento para la evangelización mundial. Ralph Winter y la misionología moderna han enfatizado la necesidad de lograr cuatro tipos de crecimiento para la evangelización mundial.10
- El crecimiento interno, o de calidad.
- El crecimiento de expansión, o numérico.
- El crecimiento de extensión, que funda nuevas iglesias en la misma cultura.
- El crecimiento de puente, que significa crecer en calidad, en número e implantando nuevas iglesias, pero en otra cultura.
6-El “imperativo demográfico” demanda nuevas iglesias
Los 7.130 millones de habitantes11 del mundo exigen más iglesias.
En el año 2000 había una iglesia o congregación adventista cada 59.300 habitantes.12
En 2013, había una iglesia o congregación adventista cada 47.000 habitantes.13
Se necesitan nuevas iglesias para nuevas áreas geográficas, especialmente en las ciudades. El cristianismo, en general, está retrocediendo en las ciudades.
- En 1900, el 70% de los habitantes urbanos era cristiano.
- En 2013, es del 41%; y se estima que
- Para 2025 lo será solo el 40%.14
Cada vez es mayor el desafío de llegar a cada barrio y barrio de emergencia (villas miseria) de las grandes ciudades, que crecen a un ritmo exorbitante.
En 2013, la población mundial aumenta en un 1,18% anual; las ciudades crecían en un 2%; la población urbana con carencias, un 3,09%; y los barrios de emergencia al 3,39%. Pero, los cristianos urbanos crecen solo el 1,58%.
En 2013, vivía en las ciudades el 52% de la población mundial; de estos, el 56% eran gente con carencias; y el 52% de estos pobres vivían en barrios de emergencia. Se estima para 2025 que vivirá en las ciudades el 57% de la población mundial; de estos, el 66% será pobre; y el 53% de estos vivirá en villas miseria.15
La Iglesia Adventista está estableciendo iglesias en las villas miseria. Por ejemplo, se fundó una congregación en la Villa 31 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En 2008, un grupo de la Iglesia del Centro, en Buenos Aires, inició una misión para establecer una iglesia. En la calle principal colocaron mesas con Biblias y folletos, y comenzaron con estudios bíblicos. Al poco tiempo, fueron bautizadas 26 personas. El 15 de octubre de 2010 se alquiló un local con capacidad para 45 personas, que pronto se colmó. En 2011, la tarea continuó con el apoyo de la iglesia de Palermo; ya se congregaban unas 70 personas.
7-Es el consejo de Elena de White
Ella insistió con la idea de la “multiplicación de iglesias”, evitando el hacinamiento en un solo lugar. La fundación de iglesias no es solamente responsabilidad de las uniones o de las asociaciones, o de las iglesias y sus dirigentes, sino de cada creyente, con los dones que Dios le ha dado. La pluma inspirada dice: “Sobre todo los que creen, Dios ha colocado la responsabilidad de levantar iglesias”.16 Se insta a visitar un lugar tras otro, para originar iglesia tras iglesia.17
“La fundación de iglesias siempre fue una misión divina y, como tal, los fundadores deben mantenerse en íntima relación con el Autor del plan. Por eso, la oración es fundamental para que Dios se mantenga al timón del plan. Debemos reclamar las promesas de la Palabra de Dios sobre nuestras rodillas [...]. Entonces, los hombres y las mujeres serán convertidos. Será reconocida la mano de Dios en la organización de nuevas iglesias. El Señor bautizará con el Espíritu apostólico a muchos que saldrán a realizar trabajo misionero en los lugares donde la gente no conoce la verdad”.18
Esta declaración destaca varios aspectos que rodean la fundación de una iglesia: la tarea hecha “de rodillas”; la conversión de hombres y de mujeres; “será reconocida la mano de Dios en la organización de nuevas iglesias”. Dios “bautizará con el Espíritu apostólico”, con el fin de “realizar trabajo misionero” en nuevos lugares. Solo bajo el control del Espíritu Santo se toman nuevos territorios y se instituyen nuevas iglesias. Esto es fundamental a fin de no perder de vista la razón primordial para establecer iglesias, que es seguir el modelo bíblico del Edén, que tenía como objetivo cubrir la Tierra con la gloria de Dios, por medio de los hogares-escuelas-iglesias pequeñas, que reflejaran su imagen. Este continúa siendo el sueño de Dios. Y, como débiles mortales, podemos participar de su sueño colaborando en la apertura de una nueva iglesia.
Referencias
1 Elena de White, La educación (Florida, Buenos Aires: ACES, 1978), p. 22.
2 ________________, Signs of the Times (21 de agosto de 1901).
3 Emílio Abdala, Guia de Plantio de Igreja (Guarulhos, San Pablo: Parma, 2007), p. 49.
4 Christian Schwarz, Las ocho características básicas de una iglesia saludable: Guía práctica para un iglecrecimiento natural (Terrassa, Barcelona: Clie, 1996), p. 68.
5 Dato suministrado el 28 de agosto de 2013 por el Pr. Edison Choque, director de Escuela Sabática y Misión Global de la DSA.
6 Schwarz, ibíd., p. 47.
7 Ron Gladden, Plantar el futuro, pp. 41, 42.
8 Carlos Hein, correo electrónico a Daniel Rode, 14 de diciembre de 2001. Archivo del autor.
9 Wagner, Plantando iglesias para una mayor cosecha, p. 41.
10 Abdala, ibíd., p. 51; Daniel Julio Rode, Fundamentos de crecimiento de iglesia (Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2008), pp. 26-28; C. Peter Wagner, “Church Growth Eyes”, en Fundation of Church Growth (Pasadena, California: Seminario Teológico Fuller, 1992), p. 6.
11 Todd M. Johnson y Peter F. Crossing, “Status of Global Mission, 2013, in the Context of AD 1800-2025”, IBMR 37, nº 1 (enero 2013), p. 33.
12 En el año 2.000 había 102.158 iglesias y congregaciones para 6.055.049.000 habitantes; General Conference of Seventh-day Adventist, 138th Annual Statistical Report, 2000, p. 34; David B. Barrett y Todd M. Johnson, “Annual Statistical Table on Global Mission: 2000”, IBMR 24, nº 1 (enero 2000), p. 25.
13 General Conference of Seventh-day Adventists, 148th Annual Statistical Report, 2010 (Silver Spring, Maryland: Asociación General de la Iglesia Adventista, 2010), p. 38. A estos números se le agregan las proyecciones.
14 En 2013 había 1.506.426.000 cristianos urbanos para 3.684.976.000 habitantes de las ciudades. Eso equivale al 41% en las ciudades. En 2025 se estima que habrá 1.801.106.000 cristianos urbanos entre 4.549.674.000 habitantes de las ciudades; los cristianos serán el 40% (Johnson y Crossing, “Status of Global Mission, 2013, in the Context of AD 1800-2025”, p. 33).
15 Ibíd., p. 29.
16 White, Un ministerio para las ciudades: Esperanza para los centros urbanos, p. 145; White, El ministerio médico (Florida, Buenos Aires: ACES, 2002), p. 419.
17 _____, Testimonios para la iglesia, (Doral, Florida: Asociación Publicadora Interamericana, 2008), t. 7, p. 22. 18 _____, Exaltad a Jesús (Florida, Buenos Aires; ACES, 1988), p. 117.
Este artículo fue publicado originalmente en Revista Adventista Enero - 2014. 6-9.
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