miércoles, 3 de julio de 2024

Evangelismo y Salud

By
Sidney Rooy


A veces he preguntado a mis estudiantes y a otros grupos:
- ¿Qué iglesias crecen con más rapidez en América Latina? Sin demora respondían: 
- 'Los pentecostales'
Pero les costaba reconocer que el segundo grupo era el de los 'adventistas'. Entonces les preguntaba:
- ¿Por qué estos dos? ¿Qué tienen en común los pentecostales y los adventistas?

Aunque obviamente muy diferentes teológicamente la respuesta es: LA SALUD.

Los pentecostales ofrecían sanidad por la fe a los suyos, a los que no tenían acceso a hospitales, ayuda médica ni medicinas. Muchas veces hubo curaciones y recibieron la fuerza espiritual y personal para seguir adelante. Se les impartía sobre todo esperanza en este Dios que actuaba por amor y se preocupaba por cada uno de ellos.

Aunque diferimos doctrinalmente, es interesante lo que podemos aprender de los adventistas desde un punto de vista histórico. Ellos se dirigen más a las clases medias y altas, sin despreciar la obra entre los más humildes y olvidados de la sociedad. Establecían clínicas de salud con enfermeras y doctores, entrenaban a la gente de cada grupo humano en primeros auxilios, daban cursos y acompañaban a los adictos al alcohol, al tabaco y a las drogas. Publicaban materiales de primera calidad con artículos escritos por eruditos mundiales de la salud y no solo de los suyos. Establecían reglas de vivencia a favor de la salud, reglas de abstinencia y de dietas vegetarianas. Establecían fincas y pequeñas industrias con productos orgánicos y cereales, tanto para la comida de sus comunidades, como para proveer empleo y futuro para los empleados. Por supuesto, a su manera, ponían a Dios y el amor de Cristo en medio de todo como motivo y mensaje para compartir.

Un ejemplo de su trabajo con los indígenas lo encontramos en el Perú y Bolivia entre los aymaras. El aymara Manuel Zúñiga Camacho había estudiado con protestantes en Chile. Al regresar a su pueblo en Puno, cerca del lago Titicaca, abrió una escuela para los suyos. Frente a la oposición del fraile, tuvo que cerrarla. No obstante en 1909, con el apoyo de los misioneros Frederick y Ana Stahl, que ya habían ganado la confianza del pueblo con su ayuda médica, pudo abrir su escuela de nuevo. Pronto prepararon auxiliares indígenas para ayudar en la enseñanza y en la obra médica, y la obra creció con gran rapidez. Después de los pentecostales, los adventistas forman la iglesia más grande del Perú. Ambos grupos reconocieron la necesidad en el área de la salud y la importancia de dar el liderazgo al hombre común.

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